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UN LIBRO EN TIEMPO RECORD

La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas




El CIS acaba de descubrir que los españoles son más escépticos que el Gobierno sobre las intenciones de los criminales. En esa línea van los estudios aquí recogidos

En una obra colectiva, nueve especialistas responden a la gran pregunta de la actualidad: ¿qué persigue la banda con su "alto el fuego"? ¿La paz, o es sólo un nuevo instrumento secesionista?

21 de mayo de 2006. Grafite Ediciones ha conseguido un incuestionable éxito: lanzar al mercado editorial un volumen de 340 páginas que estudia la denominada tregua de ETA desde diversas perspectivas y disciplinas: la Historia, la Ética, la Doctrina Social de la Iglesia, la Victimología, el análisis político, etc. Y todo ello, en los escasos dos meses transcurridos desde la declaración de "alto el fuego permanente" por parte de la banda terrorista.

Opiniones cualificadas

Estamos, pues, ante un estudio pionero de lo que ha de ser, en los próximos meses, un intenso debate en la sociedad española.

Un equipo de historiadores y periodistas, dirigidos por el profesor navarro José Luis Orella Martínez, han reflexionado conjuntamente con el objetivo de proporcionar luces que iluminen un debate de alcance nacional pero que, no obstante, parece exclusivo de políticos e iniciados. Y han alcanzado un doble mérito: proporcionar un amplio material pluridisciplinar que orbita en torno a la naturaleza del nacionalismo radical y del terrorismo de ETA; y hacerlo con una notable unidad de criterio interna.

Los coautores son nueve reconocidos expertos en los ámbitos desde los que investigan la cuestión: José Basaburua (especialista en análisis político de la actividad terrorista), Antonio Beristain (fundador del Instituto Vasco de Criminología y de la Sociedad Internacional de Victimología), José Ignacio Echaniz (redactor de la revista Arbil), Rafael Ibáñez Hernández (historiador), Jesús Laínz (colaborador de Elsemanaldigital.com), Jaime Larrínaga (ex párroco de Maruri, presidente de Foro El Salvador), Manuel Morillo (del Foro Arbil), Fernando José Vaquero Oroquieta (presidente de la Fundación Leyre), bajo la dirección del mencionado José Luis Orella, profesor de Historia.

Se recogen, en sus anexos, además, las opiniones cualificadas de hasta 13 personalidades relevantes del panorama mediático actual y algunas entidades directamente implicadas en la denuncia del terrorismo. Se incorporan, también, a su amplio anexo, diversos documentos cocidos al calor de la Iglesia católica y cuyo juicio del terrorismo es unívoco e incuestionable; más una amplia bibliografía y varias decenas de direcciones electrónicas relacionadas con la cuestión. Un esfuerzo notable, en cualquier caso.

Más allá del momento presente

No obstante, no se trata de un libro meramente coyuntural: al margen de la oportunidad de su elaboración, las cuestiones aquí tratadas permanecerán vigentes; incluso si el panorama político cambiara abruptamente. Y no podía ser menos: las raíces medievales de las Vasconias; los tópicos del nacionalismo vasco; la historia de los vascos perseguidos durante estas últimas décadas; las actuaciones de la Iglesia católica; las relaciones entre terrorismo nihilismo y totalitarismo; las aportaciones de la Victimología… Perspectivas y análisis, en suma, que seguirán en primera fila de la actualidad por muchos años, tememos.

Pero, aunque se trate más de una obra de contexto y de fondo, no eluden la cuestión que invoca su título y portada; de ahí que se dedique un espacio relevante a la naturaleza de la tregua; la textura de la conciencia ética de la necesaria resistencia a este totalitarismo; los posibles nuevos escenarios políticos; la situación de Navarra. Etc.

¿Qué nos espera con ETA?

Un libro polémico que ha sabido sumar a la actualidad de algunos estudios ya publicados con anterioridad, el rigor de otros inéditos y expresamente elaborados para la ocasión.

La conclusión a la que se llega, acaso, con su lectura es algo preocupante: ETA no ha cambiado. Sus pretensiones siguen siendo las mismas de siempre. E, incluso, está logrando liderar al conjunto del nacionalismo vasco en una vía secesionista acelerada y fatalmente decidida. Así, "su" paz no sería sino un frente más de su línea de combate. Pero, si el Estado abandona los instrumentos que más evidentes éxitos le proporcionó en su lucha contra el terrorismo, es decir, el Pacto por las libertades y contra el terrorismo y la Ley de Partidos, ¿sobre qué bases afrontará el reto al que se enfrenta? ¿Nos encontramos, acaso, a un paso de un salto colectivo al vacío?

Todas las respuestas las dará el tiempo, pero cada uno de nosotros vamos a ser actores de ese tiempo, y por tanto nos hace falta información. Este volumen abunda en ella.




Entrevista al historiador Fernando José Vaquero, coautor del libro “La tregua de ETA”

"La primera gran mentira de la tregua es el empleo de un lenguaje perverso y la muerte de la verdad"

Redacción - 29/05/2006
Fernando José Vaquero Oroquieta, historiador y experto en temas de terrorismo es uno de los autores del libro "La tregua de ETA, mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas", en él se ofrece la posibilidad de conocer los elementos de juicio para enfrentarnos a un debate de fondo sobre lo que verdaderamente implica la tregua de ETA y entender el proceso en el que actualmente nos encontramos.
Fernando José Vaquero ha hablado para Análisis Digital y ha recordado que la primera gran mentira de la tregua es el empleo de un lenguaje perverso y la muerte de la verdad. "La primera mentira de la tregua es que se habla de un proceso de paz empleando el lenguaje abertzale, que es un lenguaje perverso"; "cuando se emplea un lenguaje perverso y se manipula la realidad, la verdad muere, y es la primera víctima, por eso hay muchísimas mentiras en este proceso de paz".

¿Qué objetivos se marcaron a la hora de realizar este libro?

El objetivo del libro es proporcionar elementos de juicio para un debate de fondo sobre lo que implica la tregua de ETA y lo que implica el nacionalismo en sus últimas consecuencias. Lo que queríamos era conseguir plantear un debate en temas de fondo no en cuestiones coyunturales, para conseguir esto, aquí desentrañamos y proporcionamos claves decisivas y fundamentales para entender el proceso que estamos viviendo.

El título, "La tregua de ETA, mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas", ¿explica de alguna manera el "lado oscuro" de la tregua?

El título responde al intento de recordar muchas mentiras y tópicos como las que encontramos en el nacionalismo vasco. Ante esto queríamos proporcionar materiales de trabajo, de reflexión y de estudio no coyunturales. Vimos que hacían falta respuestas concretas y queríamos dar voz a los, por desgracia, menos escuchados: las víctimas , por eso hemos aportado temas como la ética, la doctrina social de la Iglesia, la ideología, el análisis político y el terrorismo. Había muchas expectativas, esperanzas y hacía falta respuestas concretas.

¿Cuáles cree que son "las mentiras" de esta tregua?

La primera mentira de la tregua es que se habla de un proceso de paz y para ello emplea el lenguaje del nacionalismo abertzale que es un lenguaje perverso. Cuando se emplea un lenguaje perverso y se Manipula la realidad, la verdad muere, y es la primera víctima, por eso hay muchísimas mentiras en el proceso de paz.

Por otra parte se persiguen también muchos objetivos de carácter político, mediático, y social por lo tanto esa es la segunda gran mentira, ya que a través de la manipulación del lenguaje se está intentando manipular el resultado.

Realmente no se persigue la paz, ETA tiene unos objetivos políticos muy determinados y ha manipulado los sentimientos y de las esperanzas de la de la gente.

¿Por qué cree que el diálogo del Gobierno con ETA ha creado tantos focos de discusión?

A lo largo de la historia ha habido distintos procesos de diálogo, con diversas organizaciones terroristas pero hay que ver y diferenciar el sentido que se le da a la palabra "diálogo" si el diálogo es exclusivamente para determinar el procedimiento de la entrega de las armas, lógicamente es un diálogo legítimo y que las víctimas van a agradecer, sin embargo si es un diálogo que desconocemos el cauce, que desconocemos sus premisas, que no ha escuchado a las víctimas, es totalmente ilegítimo.

Es un insulto y un gran desprecio ignorar a las víctimas, ellas son el sector que más se ha sacrificado de la sociedad española. Despreciar a las víctimas es también insultar a toda la sociedad española. El Gobierno está hablando mucho, pero no hay transparencia, de ahí la preocupación de la sociedad.

También tendríamos que preguntarnos qué precio político está dispuesto el gobierno a pagar por la paz; un precio político es concederles un plus de legitimidad, un nivel de interlocución político, o la legalización. El problema es que no sabemos qué quiere hacer el Gobierno de Zapatero; no hay claridad ni una lista de objetivos que se haya marcado el partido socialista, o por lo menos no lo ha hecho público y por ello realmente no sabemos si más allá de las palabras hay una firme voluntad política de admitir una serie de mínimos o realmente hay un colchón bastante flexible que desconocemos hasta dónde se puede modular.

¿Cómo valoraría los mensajes que está enviando el presidente del Gobierno?

El gobierno está mandando mensajes un tanto equívocos porque habla donde no debe hablar y donde debe hablar no habla, véase Baracaldo. Lo que expuso en Baracaldo lo debía haber expuesto en el parlamento. Pese a que en un proceso de este tipo debe haber mucha discreción, el presidente debería al menos hacerle partícipe al Partido Popular y a las fuerzas parlamentarias de los datos más relevantes del proceso. Sólo de este modo, el PP y el resto de fuerzas parlamentarias podría tener elementos de juicio suficientes para valorar si se dan condiciones para un diálogo admisible; un diálogo cuyo objetivo sería la rendición de ETA.

El PP no le apoya por la falta de transparencia, de comunicación, Zapatero no está considerando al PP como un verdadero interlocutor político y esto genera, disgusto, descontento y desmoralización.

¿Cuál cree que va a ser la actitud de ETA durante este proceso?

Creo que ETA jugará la baza de la tregua hasta el final, ETA ha apoyado el proceso, pero siempre desde su lógica, desde su dialéctica y siempre en función de unos objetivos. La independencia es su objetivo máximo, pero no sabemos si están dispuestos a renunciar a sus objetivos máximos. Realmente ¿quién sabe esto?; ¿lo sabe el gobierno?. Esta es una de las grandes incógnitas.

Si están dispuestos a transigir, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar? éstas son las cosas que aún quedan por determinar. Se ha concretado muy poco y va a ser precisamente en el momento de concretar los puntos de la tregua donde se van a ver como ya se están viendo que hay discrepancias y dificultades muy grandes.

¿En el libro habla de totalitarismo y terrorismo; qué tienen en común?

Totalitarismo y terrorismo tienen en común una interpretación ideológica de la realidad que prescinde de la naturaleza del otro, de la naturaleza del ser humano y de la entidad de la persona.

Los totalitarismos pretenden en nombre de una sociedad utópica, buscar que el hombre sea un agregado al que no le quede otra opción que sumarse a la corriente histórica y el terrorismo se suma a esas corriente en la que la persona humana no tiene ninguna relevancia , sino que es una herramienta más en esa lucha.

El terrorismo al igual que el totalitarismo, no asume la realidad tal y como es, sino que la interpreta , la reduce a unos esquemas en la que la persona tiene un papel mínimo, y como consecuencia, el hombre de esta "sociedad ideal" e "irreal" puede matar, extorsionar y pisar los derechos más básicos del ser humano.

¿Qué opinión le merece la ideología nacionalista?

En primer lugar, la ideología nacionalista tiene diversas corrientes. La Iglesia, por ejemplo, considera que el nacionalismo puede ser legítimo siempre y cuando no sea excluyente y coincida con las virtudes éticas del civismo y del patriotismo. En este caso, estaríamos hablando de un nacionalismo admisible, legítimo moral y legalmente. Pero el nacionalismo radical, es otra cosa. El nacionalismo radical se excluye totalmente del otro y no comparte su proyecto hegemónico, perdiéndose la relación con la realidad, y obviando los derechos mÁs básicos del ser humano.

Por ello, la ideología nacionalista siempre y cuando coincida con esas virtudes éticas de las que hemos hablado como son las del civismo y las del patriotismo son totalmente legítimas, lo absolutamente inaceptable es el nacionalismo radical.