Otro punto importante, Ramiro. El nacionalismo es una ideología revolucionaria, entendida muy sequndum quid puede resultar beneficiosa como antídoto ante una gravísima crisis social. Pero un antídoto a destiempo se transforma en droga (en la peor acepción de la palabra).
El nacionalismo, ideología de origen pagano y racista, implica un culto al lugar y raza en que se nace, no se entronca con el patriotismo que de suyo es espiritual y una aplicación de la virtud de la piedad, derivada de la justicia.

El patriotismo une lo que el nacionalismo divide. La nación española, unió en una gran patria una multitud de pueblos que, en virtud de su nacionalismo (tribalismo, espíritu de clan, etc) se odiaban, formando la civilizazción más admirable de que tenga memoria la historia, Las Españas. Tiempo después, el Enemigo del género humano, sirviéndose de esa misma ideología, destruyó la Civilización Hispanoamericana, mediante la revolución independentista, y esas mismas naciones, aún más divididas, volvieron a odiarse y lo siguen haciendo hasta hoy.
Ahora ese mal ha infisionado a la Madre Patria. Y, !ay de la parte, si es que el todo se descompone!


EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM