Respuesta: Cuba, ¿nueva comunidad autónoma española?
Lo cierto es que la "doctrina Monroe" está más que muerta desde que los EEUU decidieron que ellos "si pueden" intervenir, interferir, modificar, etc., todos y cualquier asunto fuera del ámbito americano. Por tanto, y en aplicación de la Carta de las Naciones Unidas, dicha "política monroista" debería ser formalmente derogada y enterrada en el panteón de la Historia.
Afortunadamente para nosotros, como idea sólo es romántica. Y digo "afortunadamente" porque si tal situación se diese, España debería asumir todos los costes económicos y sociales de los 12 ó 14 millones de cubanos que viven actualmente en la isla. Es decir, habría que dar cumplimiento a todos los aspectos contenidos en la Constitución vigente de 1978, pero también toda la normativa incorporada a nuestro ordenamiento proveniente de la UE, incluyendo los llamados "criterios de convergencia", y todos los acuerdos signados por España con terceros Estados, lo que supondría que habría cambios incluso estratégicos.
Tenemos un ejemplo vivo y no teórico que aún no ha terminado de llevarse a cabo plenamente: la reunificación alemana. La R.F.A. todavía está "boqueando" por el enorme esfuerzo realizado para acabar con todas las diferencias entre "alemanes del Oeste" y "alemanes del Este". Este proceso empobreció extraordinariamente a la R.F.A., supuso un retraso para su economía de 20 años y todavía no se han igualado las condiciones de ambas partes. Y hablamos de Alemania, la economía más potente de Europa.
Lo que sí sería mucho más factible y deseable, es que La Corona Española se convirtiese en la cabeza visible de Hispanoamérica, algo similar (aunque no igual) a la Commonwealth, en la que cada Estado compartiría con los demás unos ideales y una Historia común de intereses ante el mundo, así como definiría unos rasgos de personalidad nacionales. Dar realidad a una "Comunidad Hispana de Naciones". De ahí devendrían tratados preferenciales con la UE y hasta la posibilidad de un uso conjunto del euro con cada moneda nacional.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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