Cita Iniciado por Veleta
Cristiano: lo soy.
Pro-islámico: considero como beneficiosa una posible alianza con los moros contra la actual caspa atea que azota mi país. Se trata de un recurso que de momento creo que hay que evitar adoptar, pero si las cosas siguen por este camino, antes dimmí que perseguido por los masones.
¿Beneficiosa? Puede que te hayas perdido el capítulo en el que, cuando se empezó a hablar de la legalización de la homosexualidad en España, a los representantes de las comunidades musulmanas les faltó tiempo para ofrecer su apoyo al Gobierno en su aventura sodomita. Eso sí, a cambio de que se tratara la legalización de la poligamia.

Una alianza con musulmanes, sin duda favorecida por los rescoldos de la doctrina unitarista arriana visigoda, fue lo que llevó a la pérdida de España hace muchos siglos.


A este punto también quisiera dar un aviso a navegantes. No es nuevo que en círculos patrióticos (o, más bien, para-patrióticos) alguien acabe simpatizando con los musulmanes por ver en ellos un aliado contra otros. Esto es un error, y en el caso concreto de las Españas una traición de la mayor magnitud. Ya ha pasado con cierto miembro histórico de CEDADE (creo que de Galicia), y otro cierto miembro histórico neo-fascista italiano. Ambos acabaron convirtiéndose al Islam y ahora, como no, son pro-integracionistas de todo lo que sea musulmán. Por tiempos y en pocas palabras, retrasados mentales, y a continuación traidores.

Centralista: centralización y tradición son compatibles.
Es posible que con la tradición francesa, pero no con la hispánica.

El estado actual de las cosas no se presta a florituras forales.
Al contrario. Serían las florituras centralistas jacobinas las que nos retroportarían a un punto desde el que se incrementarían los problemas del independentismo tribal. El independentismo no es sino una reacción a otro mal, que es el centralismo.

Xenófobo: no lo soy en absoluto, de hecho creo que fuera de Hispania hay muchas cosas que se hacen mejor que aquí.
Obvio.

Lo que soy es racista (sin delirios kukluxklaneros, pero racista).
Por su definición, no existen grados de racismo. Personalmente soy preservacionista. Creo en la preservación étnica, cultural y espiritual de mi nación, así como en la de las otras naciones de Europa ya que, me guste o no, compartimos un espacio dentro del cual evolucionamos (o involucionamos, en el caso de que este espacio se llame Unión Europea).