Respuesta: Abriendo el año 2010
Iniciado por
tautalo
Voy a ser el primero en postear en Hispanismo.org (jajaja), pues casi todos vais a estar de fiesta, mientras que yo estoy aquí -en mi casa- leyendo el "Fausto" de Goethe, oyendo los petardos en la calle.
Y quiero abrir este Año 2010, proponiendo a todos, un tema:
Como bien sabéis cuando empieza un año nuevo siempre se hacen propósitos. ¿Qué propósitos nos vamos a marcar para este 2010 que se inicia, en lo que respecta a la lucha por España?
Me gustaría saber qué ideas, que se os ocurre que pudiéramos hacer -eso sí: siempre que se puedan decir abiertamente, con prudencia -pues nos leen ojos que no nos mirarían bien sin nos vieran.
Dando ejemplo, empiezo yo:
Voy a hacer todo lo posible por traer más gente -de confianza- a Hispanismo.org.
Un saludo a todos.
Bueno, amigo Tautalo, también es mi costumbre quedarme en casa. De hecho tengo como norma adoptada ya hace muchos años que la "Noche vieja" es la única noche en la que sé que casi nunca voy a salir, es decir, salvo las excepciones que suponen la obligación de cumplir con la familia, circunstancia que no se da todos los años afortunadamente. Y es que considero bastante absurdo que sea una noche en la que hay obligación de divertirse.
Además, es una noche que me produce una impresión de fatalidad ya que no sabemos qué nos trae el nuevo dígito. Por ejemplo, el 2001 fue el año en el que falleció mi padre, ¿iba a estar gritando como un poseso ¡viva el 2001!? No lo hice, por supuesto, pero eché pestes de las celebraciones pasadas.
También la contemplación de la vacuidad de las gentes que lo celebran en la calle y que podemos percibir perfectamente a través de las transmisiones televisadas, y los mismos programas festivos, todos igual de sosos, bobos o estúpidos, repitiendo los mismos tópicos y presentando las mismas aburridísimas variedades.
Voy a añadir una cena en la que el abuso te deja el estómago hecho polvo, en la que acabas mirando el reloj para comprobar lo que te falta para poder retirarte y volver a tus costumbres. Menos mal que yo ni fumo ni bebo, y al menos mi organismo no se resiente tanto al día siguiente.
Pero en esta última ocasión la fecha me ha pillado con un catarro monumental, los alimentos no me saben a nada, tengo algunas décimas que me animan a estar envuelto como una cebolla incrustado en una cómoda y amplia butaca, me libro de estar en cualquier otro sitio, incluso familiar, que no sea mi propia casa, así que pese a estar fastidiado con las nada amables sensaciones del catarro, he estado disfrutando de la lectura de La España de la Edad Media por Abdón de Paz, periodista, erudito y escritor español del XIX, que en este título trata de la sociología de las instituciones y de los grupos sociales medievales de la España cristiana.
Aún así, no dejo de desear a todos los amigos y contertulios que el nuevo año sea uno de esos raros años en los que nada malo pasa. En cuanto a los propósitos, lo mejor es seguir insistiendo en lo que sabes que es el camino correcto.
Un abrazo en Cristo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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