Bueno, en realidad ya ha sido admitida la idea por muchos pensadores (filosofos como Donoso Cortés, sociólogos, etc.) que la Teología condiciona a la Moral, y la Moral a su vez condiciona a la economía.
Si partimos desde el análisis del desarrollo entre la moral católico-romana y la contraponemos al análisis del desarrollo de la moral protestante, vemos ya que desde San Agustín quedo preestablecida la idea de que la obtención de la gracia divina (la posibilidad de por lo menos salvarse) depende únicamente de Dios.
Calvino responde a un esquema parecido, o quizás aun mas fatalista, exponiendo que Dios ya sabe antes de que nazcan nuevos hombres, quienes de estos se salvara y quienes perecerá en el infierno. Sin embargo, fue el quién introdujo la idea de "vocación", expresando el mismo Calvino que: "No solo anticipo Dios, la caída del primer hombre (...) sino que lo disputo todo por la determinación de su propia voluntad".
La idea de "vocación" o "voluntad" propia del calvinismo, que luego impregnaría en épocas de Isabel I al anglicanismo y su "hijo" el puritanismo, es de fuerte prosapia economicista.
El ideal agustiniano, en cambio, no habia dado primacía a aquella idea de voluntad individual para el engrandecimiento de la vida terrenal (el crear negocios, expansión económica, etc), sino que se mantuvo fiel a lo expresado por Cristo; “No sólo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios.” (Mateo 4:4)
Esa gran división del pan, que representa lo material, terrenal y mundano, frente a la vida ascética y espiritual, propia de que la vida de ahora es un peregrinaje y preparación ("homo viator", hombre viajante), a la ciudad de Dios, y esa primacía por lo espiritual, fue lo que caracterizo a los pueblos de la Hispanidad.
La dicotomía "pueblos hispanos vrs pueblos anglo-protestantes", hecha por muchos hombres como Ramiro de Maeztu, José Enrique Rodó o José Vasconcelos, viene a resumir la lucha interpretada por José Enrique Rodó en su libro "El Ariel" donde se habla de escapar de la fascinación de "El Caliban" (el monstro que se mueve por los instintos terrenales que evoca al anglosajón) y no intentar copiarlo, sino de ser original, tomando lo mejor de la herencia greco-romana e hispánica, tratando de resucitar a la gran "espiritualidad" propia de los pueblos hispánicos.
Parecida idea la de Ramiro de Maeztu, que expresaba en su Defensa de la Hispanidad: "Lo original, ¿no es lo originario?".
Lastimosamente, hoy nos encontramos como hace 1 siglo, pueblos y políticos que siguen queriendo copiar las directrices del Caliban, hablando de soluciones económicas y de escapar de crisis o defaults como si fueran un remedio cúralo-todo, siendo de mayor gravedad la crisis espiritual de nuestra época.
Lo peor es que, por más que muchas figuras históricas de hispanoamerica quisieran emular los pasos del Caliban (USA o Inglaterra), no han igualado el desarrollo económico de aquellas naciones que miraban con admiración y desparpajo, esto es porque no han podido o no han sabido suplantar del todo la moral catolico-romana e hispanica, cambiandola enteramente por una moral protestante.
Al fin de cuentas, gracias a ellos, hoy los hispanoamericanos, nos encontramos sin espíritu ni materia, sin religiosidad ni economía desarrollada, sin pan ni Palabra de Dios...
De ahi que, siendo nosotros parte de este mundo globalizado y economicista, la gente opte por "Iglesias" (evangelistas y demás lacras) que les proponen una mejor vida, pero una "mejor vida", para ellos, es algo parecido a lo que para los norteamericanos significa el "American Way of Life"..., una vida consumista y vacia en todo sentido de la palabra...
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