Estimado Valderrábano,
No me pondré cansino, exponiendo más una vez mis argumentos en contra del iberismo que, como bien refiere el Sr. Jasarhez, están sobradamente debatidos en este foro. Le diré apenas que Franco es un ejemplo - y mire Vd. que no soy salazarista ni mucho menos franquista - de cómo llegar de patriota español a defensor de la independencia portuguesa.
De joven, Franco como ardoroso patriota y militar que era, probablemente se ha preguntado algo como "Qué coño hace aquél rectángulo de tierra desgarrado de la Patria?". Como gallego de nacimiento, por cierto se habría dado cuenta en su niñez que sus vecinos portugueses eran, en muchas cosas, más cercanos a los gallegos que otros españoles; y que no veía explicación para que no quisieran hacer parte de la unidad política española, haciéndola más grande y poderosa (en aquél tiempo, Portugal era una nación con territorios en todos los continentes). De una bravata de cadete de la escuela militar, llega a demostrar cómo sería fácil una victoria militar sobre Portugal (si lo era en aquél entonces, imagínese ahora - yo creo que un par de días serían suficientes).
Probablemente Vd, Valderrábano, y muchos de los españoles (muchos de los portugueses también, claro) se han preguntado lo mismo que Franco.
Sin embargo, la Cruzada le ha enseñado a Franco a ver Portugal como una reserva moral al abrigo del temporal que se desataba sobre España. De Portugal recibió apoyo, estima y sangre voluntaria para su causa. Más tarde, durante la guerra en Europa, ha tenido en el Dr. Salazar un apoyo diferente: una cuña de influencia en el bando aliado que le permitió a España mantenerse alejada del conflicto y abastecida de trigo argentino, aportado hasta sus puertos con el beneplácito de la marina británica que controlaba el tráfico atlántico. Lo mismo después de la guerra, donde en la ONU y en la NATO, siempre tuvo en Portugal el más fiel defensor del régimen franquista contra los ataques de las potencias occidentales.
Con el tiempo - y estoy muy convencido de lo que digo - Franco se convirtió en un sincero defensor de la independencia de Portugal y de sus provincias ultramarinas (colonias, en puridad). Por la simple razón que creo haber demostrado: no porque valoraba a una hispanidad compuesta de diversidad, pero sí porque la independencia portuguesa era beneficiosa para España.
Yo creo que lo seguirá siendo, aunque para nada sea todavía una reserva moral; pero en el momento en que España vuelva a ser cristiana y misionera, defienda a Dios, Patria y Rey; y si Portugal no la acompaña, entonces yo seré el primero a renunciar a la nacionalidad portuguesa. Pero las cosas no van a pasarse así.
Adjunto un interesante vídeo, extraído del programa "España en la Memoria" del Sr. Alfonso Arteseros, que presenta aquello a que se llama documentación histórica sobre el tema que debatimos aquí. Un testigo presencial de los hechos: una entrevista a D. Serrano Súñer. Llamo vuestra particular atención a partir del minuto 7.
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