Re: ¿Tuvo España un programa nuclear?
Interesante artículo que requiere tiempo de lectura y análisis. Así que cuando se dan esas circunstancias yo suelo leer primero las conclusiones pues ofrecen algún rasgo de la línea que se ha mantenido. Y en este caso esa línea se hace muy evidente cuando el autor afirma ya al final:
"No se podía firmar sin el Senado y el Congreso...", muy cierto, así se procede en aquellos Estados en los que hay un parlamento, luego no descubre nada que no se sepa, para continuar: "que no toleraría un EEUU tratando con un dictador." Y aquí si que se ve el sesgo personal, ¿qué no trataría con un dictador? ¿y qué han estado haciendo esos mismos EEUU tan morales ellos desde Yalta a lo largo y ancho del mundo? ¿Y qué hicieron con Nagasaki e Hiroshima? ¿Es que de pronto se volvieron tan puristas ellos? Es decir, el autor aquí se retrata ideológicamente en ese deseo personal, en esa suplantación de la intención, acción y moral del Parlamento americano, acontecimiento que nunca se podrá demostrar.
Todo historiador que desee trabajar con la Historia de modo verdaderamente científico, ha de ser tan frío como objetivo e independiente de sus ideas personales, sino sus hipótesis quedan abiertas a toda clase de dudas, discusiones y hasta descalificaciones. En este caso hablamos de un periodista.
Última edición por Valmadian; 30/09/2014 a las 23:20
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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