Forma parte de la externalización de servicios básicos del estado. Coinciden dos variables. Por una parte la deliberada decisión del estado de "adelgazar" el alcanze de sus prestaciones. Por otra la "necesidad" de todos quienes se lo pueden permitir de acudir la prestación privada de servicios. Así la proliferación de mutuas sanitarias, guarderias y formación privada a cualquier nivel, comunicaciones (correos, teléfono, autopistas -en este caso inevitable en algunos sitios...-...), búsqueda de trabajo (ETT, "cazatalentos"...) y un largo etcétera.
La seguridad privada no ha sido la última en llegar, pero sí la que mayor auge experimenta. Se encuentra presente en tiendas, restaurantes, urbanizaciones, casas particulares, etc. Y tal y como están las cosas, con la dimisión pública del estado en su capacidad de protección de hogares y familias sólo puede ir en aumento. Su extensión sólo depende de la posibilidad de pagarla de los "protegidos". Para las instituciones, como recoge la noticia, es de tal envergadura que son el principal cliente. Para los negocios también, ya no es una cuestión de bancos, sinó que se ha extendido a tiendas de ropa, restaurantes, etc. Y en lo privado, pues depende exclusivamente del poder económico de los contratadores. Mucha gente contrataría estos servicios de seguridad privada si pudieran pagarla.
Tras los últimos asaltos con violencia o sin violencia, los pueblos afectados se han planteado contratar vigilancia privada.
Pagar lo público y además pagar lo privado (sanidad, educación... seguridad) únicamente conduce al empobrecimiento real de las clases medias. Doble "pago" ante la precaria prestación pública.
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