En general está bien el artículo, pero también tiene algunas cosas que se las trae. Porque afirmar, por ejemplo, que cada vez que abre un libro de historia le dan ganas de haber sido inglés o francés es como para partirle la cara.
He pensado muchas veces, y algunas lo he escrito, que los españoles no somos los de antes. Para bien y para mal. Casi siempre, más para bien que para mal; aunque en ciertos aspectos la peña haya perdido virtudes que, como en todas partes, son arrastradas por el tiempo, el confort, los cambios en la educación y la maldita tele. A los que nos gusta la gente con su toquecito espartano, la vieja estampa del español sobrio y duro, hecho lo mismo a la sequía y al pedrisco que a los infames gobiernos y desgracias que la vida le echa encima desde los tiempos de Indíbil y Mardonio, nos produce simpatía y una cierta ternura. Sin que por eso nos ciegue la pasión, claro. Algunos opinamos que, en esta vieja y rezurcida piel de toro, el número de hijos de puta por metro cuadrado es superior al de otros países de parecidas latitudes o longitudes. Lo dará la tierra, supongo. El clima, quizás. Un país seco y difícil como éste, con el currículum que tiene en la chepa, es normal que tenga tan mala leche.
Quiero decir con esto que, si en España cada cual tiene su patriotismo –caspa nacionalista paleta, nostalgia imperial, matices intermedios o ausencia absoluta de todo ello–, el mío es una especie de solidaridad vaga y agridulce; un sentimiento melancólico hecho de viajes, de libros, de viejas piedras y de años infantiles escuchando, con paciencia y respeto, la memoria –por suerte amplia y liberal– de mis abuelos. Mi patriotismo, en resumen, es la certeza de que la gente con la que comparto suelo, lengua –cuando me dejan– e Historia, remó junta en la misma galera, sufrió idéntica miseria bajo reyes imbéciles, obispos siniestros y funcionarios corruptos, y se dejó la piel, cuando no hubo más remedio, en hazañas increíbles o empresas infames, según salía el naipe de la baraja. Hazañas y empresas casi todas inútiles, por cierto. Cada vez que abro un libro de Historia habría preferido ser inglés, o francés. A veces, hasta italiano –allí tienen, al menos, sentido del humor–. Pero esto es lo que hay. Cada cual baila con la que le toca.
Debo confesar que hace unas semanas me sentí patriota, a mi manera. O me rozó el puntito. Estaba en la exposición que hemos montado en Madrid sobre el Dos de Mayo, que seguirá abierta hasta septiembre. Unos trabajadores desmontaban y volvían a montar un cañón de artillería que pesa más de media tonelada. Eran chicos duros, obreros madrileños hechos al trabajo manual, serio, de verdad. Tan parecidos a un metrosexual de mantequita suave como un cisne maricón a un pato de infantería. Gente de manos encallecidas y brazos fuertes, jóvenes todos, que arrimaban el hombro con la alegre energía de la gente vigorosa y sana cuando emprende algo por lo que le pagan bien o le interesa mucho. La tarea los divertía, pues no siempre hay oportunidad de que el curro consista en montar una pieza de artillería de 1808. La cureña y el pesado tubo de bronce estaban en el suelo, y había que levantar una y colocar encima el otro. No había otra que hacerlo a pulso, entre los ocho que eran. Hablamos de traer a más gente, pero ellos decidieron que no, que podían hacerlo solos. Y a ello se pusieron.
La faena fue larga y difícil, peligrosa a veces. Le realizaron todos a una, animándose entre sí con el tono que pueden ustedes imaginar entre gente joven y de buen humor, bromeando con el pesado cañón, con Napoleón y con los franceses, mientras acompañaban la operación con comentarios y chulerías castizas propias de los barrios de Madrid. Y viéndolos esforzarse una y otra vez, apretados los dientes, dejándose allí los riñones hasta que lograron su objetivo, algo fanfarrones, tenaces, recios y masculinos como lo fueron siempre los tíos de toda la vida, no pude menos que pensar que si en ese mismo instante, doscientos años atrás, a esos jambos les hubiesen dicho hay franceses en la calle dando por saco y ahí tenéis unas navajas, colegas, era facilísimo imaginarlos saliendo afuera en grupo, alentándose unos a otros, a sacarles las asaduras. Por España o por sus cojones, tanto da. Y es que eran ellos, concluí. Los mismos fulanos, en otro tiempo y en otras circunstancias. Fusilados o sin fusilar. De pronto resultaba tan fácil reconocerlos que me estremecí en los adentros; y a pesar de mis resabios –pesa mucho haber sido lumi antes que monja–, no pude menos que sonreír, conmovido. Se secaban el sudor de la frente y bromeaban entre sí, orgullosos del esfuerzo, mirando satisfechos el cañón puesto sobre la cureña. Esos ocho hombres jóvenes no sabían que en ese momento eran mi patria. Y que el mejor homenaje a la gente que salió a pelear a la calle doscientos años antes, acababan de hacerlo ellos.
_http://xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=3127&id_firma=6270
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
En general está bien el artículo, pero también tiene algunas cosas que se las trae. Porque afirmar, por ejemplo, que cada vez que abre un libro de historia le dan ganas de haber sido inglés o francés es como para partirle la cara.
Me ha gustado. Hyeronimus sabes que Pérez-Reverte le echa a todo mucha mala leche, como la que tenemos muchos miembros de este "club" de opinión. No creo que don Arturo prefiera algunas veces ser de otro país hermano de nuestra querida Europa, por unas circunstancias y hechos históricos que han condicionado un devenir histórico más o menos favorable, más o menos crítico o, más o menos trágico incluso. Sino más bien a esa incapacidad nuestra, tantas veces constatada, de no saber reírnos de nosotros mismos, de esa falta, en suma, de un cierto y sano sentido del humor.
Hola Jorge
Este Reverte es la leche, me encanta como escribe y muchas veces me desconcierta. Pues no se si ama a España o la odia.
Más bien pienso que le pasa lo mismo que a muchos de nosotros, la critica porque la ama, ya sabeis el refrán "quien bien te quiere te hara llorar".
Si todos los republicanos fueran como este, creo que hasta los vería con algo de simpatía jajaja
Creo que le has entendido mal, lo que quiere decir es que los ingleses o los franceses tienen mas amor propio que nosotros, y si ellos tuvieran la mitad de proezas que nosotros las estarian anunciando a bombo y platillo, no como nosotros que preferimos esconderlas porque es las azañas bélicas son poco "ortodoxas"
Completamente de acuerdo contigo.
La batalla de Rocroi, que no fue el ocaso de los Tercios por mucho se empeñe el personal, es famosa, Trafalgar, famosa, pero que pasa con: Pavia,Lepanto, San Quintín, Breda, Nordlingem, Bailén o incluso más atras en el tiempo, Las Navas De Tolosa, nos avergonzamos de la conquista de Méjico y Perú, cuando debiera ser un orgullo lo que hicieron aquellos hombres, el primer Sitio de Zaragoza donde se paró en seco a los gabachos, n o es muy conocida en los libros de texto de los colegios.
Nadie las celebra (al menos de forma abierta), no se rinden muchos honores a esos valientes que se dejaron la piel por aquella(esta)España.
Los gabachos y los casacones montan fiestas por sus batallas ganadas, pero no se hacercan ni de lejos al historial de victorias que tiene esta tierra.
Ha sido la comunidad autonotuya menos histórica(Madrid), la única que ha montado algo grande respecto a la guerra de independencia.
pd:Estoy generalizando siempre hay casos puntuales.
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
http://fidesibera.blogspot.com/
Que lastima que no seamos americanos, la de buenas peliculas que se podrían montar. Cambiariamos la carga de los Rohirrin en los campos del Pelennor (y no digo que este mal hacer esa pelicula, soy tolkiano al 120%)por la carga de los tres reyes de las navas de Tolosa. ahhh como dice mi abuela "Dios le da pañuelos al que no tiene mocos"
A mi me encanta Aruro Pérez Reverte,especialmente el Capitan Alatriste,una obra quecada vez que lo leo, me siento cada vez más orgulloso de ser español,y ya lo del 2 de mayo,ni te cuento.
Yo creo que los españoles somos los mismos que los españoles de siglos atrás,solo que nuestra bravura y el sentido del honor y orgullo están dormidos,solo hace falta algo que lo active,como venga uno de fuera y meta las narices en nuestros asuntos,mirad cuando lo del perejil,por un minúsculo peñón,casi nos liamos ha ostias.
Y hablando de batallas, no se habla de las victorias españolas frente a las inglesas en el siglo XVIII,ni de Blas de Lezo que defendió Cartagena de Indias de una invasión inglesa,y los aplastó siendo muy inferior en número.
¡Por España Siempre!
Estoy muy deacuerdo contigo, pero yo creo que nuestro sentido del honor y del orgullo no está muy dormido(o no necesitamos grandes problemas para sacarlo a relucir). Te pongo un ejemplo, en mi colegio en Canada hay otro español, él y yo casi llegamos a las manos con un grupo de ''canadienses'' bastante nutrido por que nos llamaban tercermundistas y tocaban los aparejos diciendo que aparte de ser un provincia de Méjico no conociamos las nieve(muy tirvial, lo sé) pero pico en el orgullo y casi se lia la de San Quintín, de no ser por un profesor.
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
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Mazadelizana,tienes toda la razón,es cierto,y rectifico,nuestro sentido del honor y orgullo no está tan dormido,pondré un ejemplo:
Cuando mi padre de hallaba en Afganistan en el 2005,me contó,que un par de soldados españoles entraron en un bar del campamento italiano que estaba al lado del campamento español,y unos italianos muy gallitos,dijeron algo muy malo referente a España y a los españoles,estos dos soldados españoles,viendo como se metían con España,actuaron dando ostias en el bar,dos contra treinta más o menos,dijeron los testigos que los dos soldados españoles en un principio dieron pal pelo a los italianos,pero claro eran muchos y ya puedes imaginarte como acabaron...bastante magullados.Pero los soldados del campamento español mostraron su orgullo,e incluso los italianos se sorprendieron de esa valentía.
¡Por España Siempre!
No pretendí parecer rudo y de historias parecidas en Afganitán te puedo contar más que dedos tengo en las manos
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
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y con lloros;
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con trabajos y aflicciones
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