Iniciado por
Ulrico
Hola a todos.
Es curioso cómo se ha desviado el tema, desde Afganistán a Rusia, pero en cualquier caso, no deja de ser muy interesante.
Querría aportar unos pocos apuntes y reflexiones, sobre el gigante eslavo, en cuanto a la demografía.
Para entender un poco lo que es Rusia, creo que hay que partir de un hecho impactante. Y éste es que Rusia NO EXISTE. Pero maticemos esta afirmación harto sorprendente y que tiene su razón de ser.
En Occidente, es muy común confundir o hacer sinónimos tres términos, Estado, País y Nación, que, en el resto del mundo son muy diferentes. Y, al menos en este caso, Rusia no es una excepción con el resto del mundo.
Estado, haría referencia a la estructura administrativa, a la forma de gobierno, mientras que País, sería un término de contenido geográfico. En cuanto a la Nación, es éste un término de contenido étnico: Rusia son los rusos, y es Rusia allí donde hay rusos. Esto tiene bastantes implicaciones, no siendo de las menores, por ejemplo, el que, bajo esta idea, -que, no olvidémoslo comparte una gran parte del mundo- un país, una geografía no es sino de quien la puebla.
Es por ello que las políticas migratorias del gobierno ruso, son, a pesar de todo, extremadamente restrictivas -excepto si una persona procede de países "rusos", como Bielorrusia o Ucrania, o es un ruso procedente de otros países como Kazajistán (donde, como se ha mencionado, en torno al 30 % de la población es, en efecto, rusa) o Estonia (donde casi alcanzan la mitad del censo).
También es por ello que las políticas de natalidad, son uno de los objetivos clave del gobierno ruso. En efecto, como se ha mencionado, Rusia padecía un problema demográfico terriblemente serio, que, y sobre todo dado el concepto de nación que tienen, podía llegar a cuestionar la existencia de Rusia a medio plazo.
Sin embargo, hace ya unos cuantos años, desde la segunda mitad de la primera legislatura de Putin, se ha considerado la natalidad como unas de las líneas estratégicas del gobierno, y se han puesto en marcha políticas muy agresivas para el fomento de ésta.
Hace varios años, un reportaje televisivo hablaba de ello, en tono un tanto burlón, todo hay que decirlo, aunque, hay que reconocer que algunas de las ideas no dejaban de ser un tanto bizarras (además de algunas otras más normales, como fomento de guarderías en fábricas y oficinas, etc.). Algunas de estas políticas, y dependiendo del gobierno regional y local, incluían sorteos de coches y premios para parejas que tuvieran un tercer hijo en una región, mientras que en otra región, ¡se gravaba con un impuesto a las parejas que no tuvieran hijos!; y en otra región distinta, se les concedía a los funcionarios el derecho a un par de días libres llamados "días de fecundación", para ser empleados en el menester que su nombre indica, y que debían recuperarse en el caso de no lograrlo (aunque se podían volver a solicitar).
Sin embargo, por muy estrambóticas que pudieran parecer estas ideas, más importante debiera ser el resultado. Sin abandonar el tono burlón, el reportaje televisivo confesaba que la natalidad... se habia triplicado. (Sí, se ha leído bien. No es que hubiera subido un 3 %, sino que se había multiplicado por tres).
A este respecto, unos conocidos me han comentado que, actualmente (siendo estrictos, esta primavera), era posible, entre los muchos anuncios que se pueden leer en el metro, unos en los que aparece una familia en el campo, abuelos, padres e hijos, todos juntos, con una leyenda que dice algo así como que "La familia es uno de los milagros de la Naturaleza".
Aún hay más. En otro, más agresivo y directo, aparece una mujer sonriente con tres niños, junto a la que se lee algo como que "La Patria necesita que tengas hijos". Por cierto, mis amigos me comentaron que, tras leer este último mensaje, no pudieron evitar fijarse en la gente y advertir que la cantidad de mujeres y parejas que se paseaban con sus hijos, en número de tres, era sorprendentemente notable. Y parejas y madres muy jóvenes, por cierto.
Sólo añadir que las comparaciones, en este caso y por lo que nos respecta, se me antojan más odiosas que nunca.
Saludos.
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