COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS


Eso decían los romanos. Se lo comenté a una amiga, muy progre ella, y me dijo que le parecía un dicho macabro. ¡ Qué cosas !


Ayer fue el cumpleaños de una compañera de trabajo. No tenía muchas ganas de ir, pero al final me animé. Me puse de guapito y salí dispuesto. Al ver allí tanta gente, me animé, y amén de las copillas de champán, me fui a por el bacardi con limón. Sentado con un amigote que le gusta más el flamenco que a mí, entre flamenco, fútbol y mujeres fueron rondando nuestras conversaciones, mientras las niñas bailaban, y alguna pareja de maricones y lesbianas se besaban al fondo. También había parejas normales, claro. Y, qué curioso, mi amigote, que no creo que pueda ser acusado de facha, decía sentirse profundamente asqueado por las escenitas homosexuales. Todo eso ocurría en un garito de pueblo, en un antro de lo más normal del mundo, no en un arrabal de San Francisco, ni tan siquiera en Chueca. Cuando le cuento este tipo de cosas a mi señor padre, el hombre se queda patidifuso. A la gente que se crió en la tranquilidad del franquismo y que no se mueve mucho entre la juventud le cuesta creerse la realidad, y es normal.

En fin, conforme se iba desarrollando la noche, estando con buenos amigos y chicas guapas, digamos que las burbujas del ron con limón se me fueron subiendo. Las niñas deleitaban la vista entre el baile de la salsa, la rumba o la sevillana. En contra de lo que me pasaba anteriormente, las pocas veces que he tomado alcohol en estos dos últimos años no he desfasado más de la cuenta. Me sorprendo yo de eso. Será la edad.....O yo que sé. El caso es que veía que el bar se iba vaciando, y que como casi todas las niñas andaban con novio, yo sentía deseos de liarme con alguna. Allí no vi oportunidad, y después de algunas charlas ya sin sentido, me decidí a buscar por el pueblo alguna oportunidad. Llevaba sólo tres copas y me sentía fuerte, quizá en esa falsa euforia que todos conocemos. En fin, me despedí del escaso personal y, apenas acordándome de los sitios de juerga del pueblo, al poco de las tres de la mañana me decidí a andurrear, a buscar. ¿ Qué buscaba ? Tomarme una copa y fornicar, para qué vamos a engañarnos. El pueblo estaba muerto. Fui a otro bar y allí no quedaban sino algunos borrachuzos, que apenas hablaban. Me fui pronto de allí, lamentándome del escaso gentío, que acaso necesitaba para mi entrada en acción. Entré en otro lado, y en el camino hallé a un viejo amigo que me dijo que iba a por cocaína. Entré en el bar, y quedaban algunos borrachos disfrazados, por una fiesta de carnaval o yo que sé qué historia. Me dijo el dueño que me tomara lo que quisiera, pero en breve iba a cerrar. Varios conocidos apenas aullaban entre copas, dándome uno un efusivo abrazo y proponiéndome que iban de botellona a un sitio del pueblo con algunas chicas. En ese momento, me di cuenta de que estaba haciendo el idiota, y me fui para mi casa. Hacía viento fresco y las farolas iluminaban el fondo de la plaza, custodiada por la Iglesia de San Martín de Tours y por una pequeña escultura de Nuestra Señora de Cuatrovitas, donde antaño estuvo la Cruz de los Caídos en la Cruzada del 36. Era una noche triste e insulsa, y yo ya iba con la cabeza bien puesta, pensando en dormir mucho y en relajarme un poco de este estrés que me tiene a mal traer. Estimulado por algún piropo recibido del bello sexo, me fui con el rabo entre las piernas, sintiéndome algo mal, pues ya no estoy acostumbrado al mundo noctámbulo, pero algo alegre, por haberme despejado un rato. Y volviendo a sentirme mal por haber quebrantado el recogimiento que exige la Santa Cuaresma. Que estranha forma de vida, tem este meu coraçâo, vive de forma perdida, quem daria-lhe o condâo....


Dicen que hay crisis. Claro que la hay. Pero a la crisis económica, la juventud, la que se supone el futuro del país, sólo piensa en beber y en drogarse. Aunque cierren pronto los garitos, comparado con antes, ahí andaban. Espectros que vagan entre la tarde y la noche pensando sólo en consumir, sin pensar en lo que puede suceder el día de mañana, sin pensar en una familia, en un objetivo, en su patria. ¿ Acaso soy yo mucho mejor que todos ellos ? No, me temo. Yo no llego, probablemente, a su " nivel ", pero como tantos otros jóvenes, vivo imbuido de falsas preocupaciones, sin priorizar lo que de verdad importa. El que el mundo esté rematadamente jodido no justifica que uno se deje contagiar. Por eso mismo, ve uno más fácil el resurgimiento del islam aquí que la reacción de la España de siempre, la católica. Cada vez se ven más parejas de moros con " cristianas ". Y ya advirtió un argelino ( Sin premio, gracias ): " Os venceremos a través de los vientres de nuestras mujeres ". Aquí, de mientras, somos el paraíso del aborto y el principal consumidor de cocaína. El cacique Alfonso Guerra acertó de pleno. Y yo, que me conformo con poco, sólo quisiera encontrar una buena moza con la que poder formar una familia católica y vivir en tranquilidad....Pero eso parece misión imposible, y no creo que sólo sea por mi fealdad.


Me levanté a la luz del mediodía, sin resaca, calentito entre mis mantas, escuchando algo de la radio y a mi hermana que andaba limpiando y llamándome vago, no sin razón. El solano penetraba por mis ventanas, habiéndome perdido una gustosa mañana. Pensé en que si había sacado algo en claro. Puede ser que vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos, que no fuese recuerdo de la muerte....Pero no, no estaba tan tristonamente barroquizante. Aunque me llevé toda la noche pensando en fados y me levanté casi igual. Que estranha forma de vida....Un zumo de naranja me puso las pilas.


España baila en la cubierta del Titanic. Su mayor aspiración parece ser la bacanal. Aunque sea orgía en crisis. Y hasta uno, con tan poca inteligencia, se da cuenta. Más después de llevar una vida bastante tranquila en eso del fiesteo, y quizá por eso ve en la distancia. Comamos y bebamos, que mañana moriremos. Y encima algunos abiertos tolerantes dicen que eso parece macabro. Qué poco gusta la realidad. Por eso quizá gusta tanto el carnaval y el disfraz....Y de mientras, podemos querer seguir encerrándonos en nosotros mismos, sin querer ver lo que hay, con alcohol o sin él. Aunque yo haya aprendido a ser más sereno en mis escasísimas juergas. El dinero se esfuma y los oligarcas politiqueros se enriquecen cada vez más, y cada vez más numerosa es la gentuza que vive del cuento. Pero qué más dará....


Igual el problema venga cuando, no ya que no haya que beber, sino que comer. Pero de mientras....

Comamos y bebamos, que mañana moriremos. Por España entera va.



" Si Dios no existe, todo está justificado. ", Fiodor Mijailovich Dostoyevski. El que también dijo " O el valor absoluto o la nada absoluta ", que tanto defendía Ramiro de Maeztu. En esas andamos.