El catatónico estado de la salud pública española
No recuerdo si se ha tratado este tema en alguna ocasión, pero cualquiera sabe dónde estará aunque se dé a "buscar". Mi intención es comentar sobre los "desastres" de la sanidad, que son incontables por mucho que el Estado haga propaganda, o que Dñª Esperanza Aguirre se pase las legislaturas inaugurando hospitales.
Y hablando de hospitales voy a comentar mi última peripecia en uno de ellos en particular: "El Hospital de El Escorial". Resulta que mi menda lerenda, después de haber sido casi toda la vida un "tarzán cualquiera", se ha convertido en un alérgico de tomo y lomo. La cosa, la peripecia, o la agonía, según se quiera ver, comenzó en octubre pasado con un vulgar catarro. Cuando la afección común y "vulgaribus" llevaba casi un mes y sin fecha de caducidad a la vista, decidí ir al médico de cabecera que muy agudamente me dijo que debía tener paciencia
, y hay que decir que para entonces llevaba unas tres semanas durmiendo en una butaca (con orejeras, eso sí, de las que son buenas para las siestorras), porque en la cama me ahogaba literalmente.
Por fín después de cuatro pasadas por urgencias, en las que se me volvieron a diagnosticar cuatro catarros comunes y falta de paciencia, a la facultativa de turno en el centro de primera atención se le ocurrió que podía estar sometido a un ataque alérgico "alerta roja". Entonces me recetó siete, ¡si, siete! medicamentos, cuyos efectos positivos empecé a notar dos semanas después, así como una citación para "Alergología" en El Escorial.
Hubo suertecilla y a mediados de enero (dos meses después sólo) era recibido por otra facultativa, la especialista. Iniciaron un tratamiento y me remitieron a que realizase "6 pruebas, 6" para determinar mi estado general. Por causas imprevistas, la primera de ellas coincidió con una de las nevadas que ha habido este invierno y no puede asistir. Dicha prueba, a realizar en febrero, daba paso al especialista de "otorrinolaringología" ( de ahí la costumbre de abreviar que tiene la gente: "otorrino", que suena fatal), el cual debía recibirme una semana después. Como era primera cita sin los resultados de la prueba suspendida por causas de fuerza mayor, me reasignaron nueva fecha: ¡ en junio próximo!
Entonces, ante tamaño desvarío, opté por anular el resto de las citaciones, solicitando nueva cita con la alergóloga. Me dieron una fecha para mediados de este mes de marzo. Pasados unos días, inexplicablemente aunque ya por costumbre, me llamaron a casa para retrasar un mes entero dicha cita. Además, me la daban para "Neumología", ante ello yo manifesté que mi tratamiento se debía a una alergia. Entonces me comunicaron que en el citado Hospital "no hay alergología"
¿Entonces quién me estaba tratando antes?
Bueno, ya resignado al "kafkianismo" sanitario español, pregunté en qué caía la nueva fecha de abril. Pues ¡toma del frasco! me la querían encasquetar el día de la república, ¡encima!
. "Bueno, señorita, ¿y en qué día de la semana cae? resultó, según me dijo, que en martes. "Pues mire usted yo los martes, jueves y viernes de cada semana estoy desaparecido, no existo durante las mañanas. Pues si no puede usted me replicó, no puedo darle nueva cita hasta ¡¡¡ OCTUBRE !!!
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. Mire, déjelo, anule todo y terminamos antes, acabé por contestar.
Lo que que quiero es dejar constancia aquí del desastre de nuestra sanidad, falta presupuesto, faltan instalaciones, falta personal (mientras la mitad de los sanitarios españoles han emigrado a Gran Bretaña) y falta voluntad de resolver las cosas. ¡Usted! Sr. Rodríguez Zapatero, usted miente, ¡usted! Sra Esperanza Aguirre, usted miente, y hay que suponer que mienten "todos y todas" como "bellacos-bellacas". Mientras tanto, no saben cómo seguirnos sacando dinero.
Última edición por Valmadian; 05/03/2009 a las 17:56
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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