Concuerdo, como casi siempre, con gran parte de lo que aportan Erasmus, Hyeronimus y Valmadian. Lo que sí quiero es añadir una cosa. Este asunto -en manos de gente frívola- se ha convertido en un motivo para escarnecer la imagen de Jesucristo u otras obras artísticas cristianas. De tal forma que algunos chistosos han dado en manipular imágenes como el Cristo de Corcovado de Río de Janeiro o "La creación de Adán" de Miguel Ángel, plantándole la grotesca cara resultante de la pésima "restauración". Esto es algo que cunde por las redes sociales y por internet; las imágenes en cuestión no voy a ponerlas aquí, pues las considero una blasfemia iconográfica y no le veo maldita la gracia a esta burla de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo.
El mal es raudo y veloz para aprovecharlo todo y cargar contra Cristo. Una pobre señora comete un error técnico, merced a un error más grave previo: el de aquellos que le encomendaron una labor para la cual no estaba cualificada... Y mentes impías y malvadas aprovechan esto para alimentar la estúpida risotada de una sociedad que está dispuesta a reír la última tontura.
¿Qué hacemos nosotros, mientras tanto? El combate que hemos de dar es continuo, allí dondequiera que estemos. Y nuestro combate no es simplemente teórico, ni político... Tenemos que combatir dando testimonio de nuestros principios y oponiéndonos a toda blasfemia con la contundencia precisa.
Si esto hubiera pasado con Mahoma...
Marcadores