Creo que todo este problema ha surgido al dotarse a las regiones de una estructura administrativo-política, con gobiernos autónomos y parlamentos. Si todo hubiera seguido como estaba antes de la constitución del 78, nada de esto hubiera ocurrido. Quizás hubieran tenido un estatus autonómico los catalanes y los vascos, y pare usted de contar. En el resto de España no existían sentimientos autonomistas y el regionalismo existente era meramente cultural. Las diputaciones provinciales hacían el trabajo de servir de nexo de unión entre las provincias y el Estado. Y el sistema era eficaz y evitaba todas estas tonterías (para ser benignos en el epíteto empleado) que posteriormente han venido sucediendo. El café para todos ha resultado ser una auténtica catástrofe en todos los sentidos. No tenía sentido hacer más adictos al café que los que ya había... porque el café pone a la gente muy nerviosa.
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