Re: La biblia no es un conjunto de textos de ciencia
Voy a intentar arrojar un poco de luz en esta discusión, espero así que tanto las dudas de ALACRÁN como de RAOLBO, tengan una mejor aproximación sobre lo que han planteado en sus últimos mensajes.
1.- En 1909, la Comisión Bíblica declaraba que se deben entender, según el sentido literal e histórico los siguientes puntos del relato del Génesis: la creación especial del Hombre, la formación de la primera mujer sacada del primer Hombre, la unidad del género humano, la felicidad primitiva de nuestros padres en un estado de justicia, de integridad y de inmortalidad."
DENZINGER, n. 2123 en Los orígenes del Hombre Víctor MARCOZZI. Edit. STUDIUM, Madrid 1958. Pág., 177.
Sobre las cuestiones planteadas por la mencionada Comisión Bíblica, S.S. Pío X "exigió a todos los fieles "obediencia intelectual" a las declaraciones de dicha Comisión."
Ex Motu proprio "Praestantia Scripturae", 18 nov. 1907, DENZINGER n. 2113
En fin, espero que las dudas, tal como dije arriba, empiecen a disiparse algo.
En dicha declaración dogmática no hay contradicción alguna y si un rechazo abierto del poligenismo, algo que desde posiciones científicas sigue sin poderse demostrar. Así, pues, no hay contradicción alguna en la intención de SS León XIII, ni en la Comisión Bíblica que él mismo ordenó crear para el estudio detallado de la Creación.
2.- Sobre el hexamerón hay un desconocimiento bastante generalizado. Partiendo de la palabra Creación, se parte de la idea "el mundo creado de la nada". Hay que entender que el término "mundo" se presta a confusión debido al uso del término como sinónimo de Tierra, pero en el lenguaje del autor sagrado mundo es igual a universo, sin especificar lo hay en él, pero si referido a todo lo que contiene, incluidos el sistema solar y la Tierra.
Pero ¿cómo lo hace el autor sagrado?:
[I]"Para materializar esta creación (del cielo y de la tierra y toda su multitud), el autor enumera los diversos fenómenos en un orden cronológico que permite una percepción espontánea, según la imagen del antiguo Oriente, y hace de cada fenómeno una acción divina particular. Así llega a 8 fases de desarrollo en 6 días solamente, con el fin de proponer a sus compatriotas el prototipo divino de la semana israelita.".
"Los 6 días se componen de dos tridua paralelos: en el 1º, los grandes espacios nacen de "la separación"; en el 2º, reciben cada uno sus seres vivos apropiados. Primer día: a la separación de la luz de las tinieblas corresponde la creación de los astros (cuarto día); segundo día: a la separación de las aguas, debajo y encima del firmamento (imaginado por los antiguos como una bóveda sólida), corresponde la creación de las otras especies animales y, en fin, la creación del hombre (sexto día)."
Enciclopedia de la Biblia Edic., Afrodisio Aguado. Madrid 1968, pág., 68.
En la primera parte, también se crea El Paraíso.
Siguiendo el primer tridua, el de los grandes espacios creados por separación, coincide plenamente con la Teoría del Big Bang y todo su proceso posterior, incluida la "separación de la luz y las tinieblas" que, en lenguaje científico, se explica (provisionalmente, todo hay que decirlo), como era hadrónica o tiempo de Planck, o tiempo de gran unificación, durante el cual no había diferencias entre las fuerzas fundamentales no se diferenciaban, excepto la cuarta, o gravedad para, finalmente, el universo volverse neutro, y la luz se separa de la materia.
3.- Las interpretaciones del Génesis siempre han sido diversas, veamos algo sobre ello:
"Asimismo, el orden sucesivo de la creación pertenece a la forma artístico-literaria como hoy patentizan, en general, los exegetas por un examen detenido del capítulo primero. SAN AGUSTÍN no tenía duda alguna sobre esto: Nec in distinctione rerum attendendum esse ordinem remporis, sed naturae et doctrinae." (S. Aug. Sup. Gn. ad litteram, 1, V, cap. V. De civitate Dei, cap., 9)
"Y SANTO TOMÁS prefiere la interpretación de SAN AGUSTÍN a la más estrictamente literal de SAN GREGORIO. "Esta opinión -escribe- (la de SAN GREGORIO), está, al parecer más conforme con la lectura, es más corriente, pero la primera opinión (la de SAN AGUSTÍN), es más razonable y me agrada más.", (Sto. Tomás, Sent. 1, II, dist. XII, q. 1, a. 2.) y en otro lugar dice que es preciso responder a los argumentos de una y otra opinión: Ut igitur neutri sententiae praeiudicetur, utriusque rationibus respondendum est. (Ibidem. 1, II, dist. XII, q. 1,a. 2.)
"SANTO TOMÁS da de ello la siguiente explicación: el relato bíblico se expresa de un modo humano; y se acomoda a la capacidad y cultura de los hombres a quienes se dirige: " Moyses, rudem populum de creatione mundi instruens, per partes divisit, quae simul facta sunt.", Es decir, "Moisés, al instruir al pueblo rudo de Israel sobre la creación del mundo, dividió en partes lo que fue hecho a la vez." (Sto. Tomás, Summa Theologica I, q. 74, a. 2.)
El día, durante el cual brilla la luz, es el tiempo propicio para la actividad humana; es la medida normal y providencial del trabajo humano. El autor sagrado atribuiría esa medida del trabajo humano al Artífice divino, cuyo modo inefable de obrar no entendemos.
En cuanto al número escogido: seis para el trabajo y uno para e,l descanso, la tradición ha visto siempre el símbolo y consagración de la semana, institución fundamental desde el punto de vista religioso. Por tanto, el relato bíblico, aun enseñando cosas realmente acaecidas, suele usar un lenguaje antropomórfico, adaptado a la mentalidad de los hombres a quienes se dirige. No se excluye que haga lo mismo también respecto a la creación de los animales y de las plantas.
El texto sagrado dice: Producat terra animan viven tem 9in genero suo, iumenta et repitilia, et bestias terrae secumdum species suas. Factumque est ita. Et fecit Deus bestias terrae iuxta species, et iumenta, et omne reptile terrae in genere suo."(Gen., I, 24-25)
(Víctor MARCOZZI, op. cit.)
Me queda explicar algo. La obra al respecto de MARCOZZI, perfectamente ajustada al Dogma, la Tradición, la Doctrina y el Magisterio, consta de dos libros: El hombre en el espacio y en el tiempo y, una segunda publicación, que es la que he estado usando en este tema, Los orígenes del hombre, que vienen a conformar una unidad completa. Entre ambas publicaciones suman 822 páginas de análisis y explicaciones sobre aquello que estamos tratando. A lo largo de esa extensión MARCOZZI hace un repaso en profundidad, aunque perfectamente dirigido a un público católico no experto, de la evolución, especialmente analizando los argumentos esgrimidos por los "darwinistas", buscando los errores de sus hipótesis y mediante las correspondientes aportaciones dar la réplica desde un enfoque católico. Se trata de una obra no fijista, sino empírica, una tercera vía que ni es monística y atea, ni creacionista al estilo protestante. Es una obra católica desde el comienzo hasta el fin.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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