Re: Carta de San Roberto Belarmino a los matemáticos del Colegio Romano (1611)
Lo que ni Galileo, ni Belarmino, ni nadie en la época fue capaz de imaginar, ni suponer, era la realidad sobre la cual discutieron y llevaron a unos y otros a las posiciones que hoy en día se siguen sucediendo. En las cartas del Cardenal expuestas al inicio de este hilo, se habla de las estrellas de la Vía Láctea que, por aquél entonces era considerada una nebulosa, no una galaxia más entre los otros miles de millones en una cifra absolutamente imposible de calcular, sólo estimar, pero nada más.
https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADa_L%C3%A1ctea
Para llegar a saberse que la Vía Láctea, nuestra galaxia, es lo que es fue preciso esperar hasta las investigaciones de Edwin Hubble:
https://es.wikipedia.org/wiki/Edwin_Hubble
Y no es que no se supiera que estaba constituida principalmente por estrellas, es que lo que desconocía era su estructura, forma aproximada, movimiento, etc., Ya antes de Hubble el astrónomo Edward Barnard, que da nombre a la segunda estrella más próxima al Sol (6 años luz de distancia) y, la estrella con el movimiento propio más rápido detectado, mostró cómo son las diferentes regiones de la Vía Láctea, realizando un extraordinario trabajo fotográfico. Hay que tener presente que dicho trabajo fue llevado a cabo hace más de un siglo, con unos medios muy inferiores a los actuales, y que dan cuenta de lo que es nuestra galaxia. No existe telescopio alguno, ni otro sistema de captación de luz y observación, por ejemplo los mejores prismáticos, con capacidad para, primero, captar el número de objetos tan impresionante como lo hacen los sistemas fotográficos (acumulativos, mientras que los ojos no lo son), ni, por supuesto, abarcar campos reales tan extensos, salvo que con la fotografía se puedan llevar a cabo gracias a la puesta consecutiva de diferentes imágenes componiendo el correspondiente diorama.
Hace algo más de un siglo se publicó el trabajo de Barnard bajo el título de A photographic atlas of selected regions of the Milky Way, en una edición muy limitada y que sólo después de muchos años no se ha podido disponer de él. Yo tengo un ejemplar que pesa dos kilos y medio, en Inglés, pues una característica es que nunca se ha traducido, al menos al español, pero hoy también se puede disponer gratuitamente dicho atlas en PDF. A continuación dejo el enlace correspondiente y unas breves orientaciones sobre cómo usarlo. Advertir que la superficie abarcada en cada una de las tomas fotográficas ronda entre los 40 y 60º de arco, y que los mejores prismáticos, con mayor campo, son los que suelen llevar las siglas EWA (Extra Wide Angle, apenas rozan entre los 9º y algunos que otro los 11º, siendo lo habitual entre los 3'5 y 8'5º.
Una vez pinchado en el enlace:
1.- En la barra de arriba a la izquierda, pinchar en "SEARCH"
2.- Donde pone Browse by Region (una barra de búsqueda) pinchar en la flechita a la derecha. Se despliegan las 50 tomas numeradas, se elige una, por ejemplo la 1ª o la 18ª, por ejemplo, pues todas son independientes entre si. A continuación a la derecha se pincha en GO.
3.- A continuación aparecerá a la izquierda de la pantalla la foto seleccionada. Pinchar sobre ella para que se amplíe.
4.- Finalmente, aparecerá centrada en la pantalla del monitor y con el puntero que aparecerá con el signo "+" pinchar nuevamente sobre ella. Prácticamente cubrirá toda la pantalla.
5.- Proceder del mismo modo con todas y cada una de ellas.
Barnard's Photographic Atlas of Selected Regions of the Milky Way
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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