Del imprescindible libro "España anestesiada,amordazada, extraviada", publicado en 1988 por la Sociedad TFP-Covadonga, copio una parte interesante del apartado relativo al aborto:
....IV - La aprobación del aborto establece en España la matanza de los inocentes, pero la “convivencia queda a salvo”...
(pág. 321)
(...)
- 6. El rodillo socialista sanciona la ley que introduce en España la matanza de los inocentes.
(pág.331)
a) La aprobación en el Congreso de los diputados. – Tras diez meses de trámites, el Congreso de los Diputados aprobó el aborto el 6 de octubre de 1983, con 183 votos a favor, 109 en contra y 4 abstenciones. Mientras se realizaba la votación, grupúsculos feministas reunidos frente a las Cortes se entregaban a parodias blasfemas y cantaban obscenidades, celebrando por anticipado la victoria que el rodillo socialista les daría.
b) La visita de Felipe González al Vaticano.- Justamente entre la votación del proyecto en el Congreso y en el Senado, Felipe González viajó a Italia. El presidente del Gobierno solicitó un a audiencia con S.S. Juan Pablo, que le fue concedida.
Después de la misma, en rueda de prensa, Felipe González destacó que hubo “una valoración general de los problemas en el ámbito de las relaciones entre el Estado y la Santa Sede, que son buenas y espero que lo sigan siendo”. (ABC, 16-10-1983).
Naturalmente, el Gobierno socialista procuró afirmar con ello –en una época en que las imágenes y las impresiones tienen cada vez más influencia sobre la opinión pública- la idea de que las autoridades eclesiásticas no se iban a empeñar a fondo en la lucha contra el proyecto abortista. Un comentarista tan poco sospechoso como Abel Hernández, escribió: “Seguramente lo que más le interesa al dirigente socialista español de su encuentro con el papa es la foto.” (Abel Hernández, “Crónica de la Cruz y de la Rosa”, p.118).
Según “ABC”, “el Vaticano hizo público un comunicado, en el que afirma que la audiencia ha servido ‘para tocar los principales problemas actuales’ y recuerda la doctrina de la Iglesia contraria al aborto ‘que en ningún caso permite la voluntaria y directa supresión del ‘nasciturus’. Esta enseñanza fue claramente expresada por el Papa también durante su visita a España.” (ABC, 16-10-1983).
Hasta aquí lo "normal" (¿?).
Continúa el libro
Por su parte, el entonces presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Díaz Merchán, que se encontraba en Roma, describió del siguiente modo el encuentro de Felipe González con el Papa:
“Cuando terminada la entrevista del Papa con el Presidente González, Juan Pablo II volvía al aula del Sínodo, ante toda la Asamblea, vino y me abrazó, diciendo para que lo escucharan todos: “he estado con su presidente’.”
El Beato con el "demonio": "encuentro inmejorable..."
Agregando luego:
“Venía todo alborozado y contento. Por lo tanto, todos los obispos se congratulaban conmigo porque el encuentro con el Papa había sido inmejorable.
Después lo mismo escuché de labios del Cardenal Casaroli y de monseñor Eduardo Martínez Somalo” (“Heraldo de Aragón”, 1-11-1983).
Comentando estos hechos, el corresponsal del “Heraldo de Aragón”, Santiago Fernández Ardanaz, relató que monseñor Díaz Merchán declaró:
“Con ningún gobierno hemos tenido más contactos y colaboraciones. Las relaciones Iglesia-Estado son óptimas y el clima es de búsqueda continua del acuerdo.”
Al preguntársele si existían “tensiones” entre la Iglesia y el Gobierno, monseñor Díaz Merchán respondió:
“Los problemas están ahí, ni los crea el Gobierno ni los crea el Episcopado”, y resaltó el “clima de cordialidad y mutua cooperación” entre la Iglesia y el Gobierno.
El corresponsal consignó también otro ejemplo de ese clima: el encuentro en Roma por esas fechas del sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Martínez Somalo, con Fernando Ledesma, autor del proyecto abortista. Durante dicho encuentro, con “gran sentido de humor y cordialidad, monseñor Eduardo Martínez y el ministro Ledesma habían conversado y bromeado sobre sus aficiones juveniles ciclistas” (“Heraldo de Aragón”, 1-11-1983).
c) La aprobación del Senado.- El 30 de noviembre, el Senado aprobaba la ley del aborto por 110 votos a favor, 45 en contra y 3 abstenciones.
(Tras un recurso interpuesto por Alianza Popular ante el Tribunal Constitucional, la Ley del Aborto retardó su entrada en vigor; finalmente, las Cortes adaptaron la ley a las recomendaciones de dicho Tribunal, y el Gobierno Socialista preparó una nueva redacción, que se aprobó a mediados de 1985.)
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