Respecto al tema de los judíos, abrir cierta "relación" con ellos no me parece negativo, siempre que no sea de sumisión, por supuesto. Una de las grandes misiones que nos queda por resolver es la total conversión de los incrédulos y, pienso, que la Iglesia no debe descansar en su titánica lucha por acabar con el judaísmo (con su condición "judía", no se me malinterprete).
Está claro que es casi una utopía, que el judaísmo está muy escorado y cerrado en sí mismo contra el resto del mundo, pero Cristo lo intentó una vez tras otra, tropezando siempre en la piedra de su incredulidad y comportamiento traicionero. Cosa que él ya sabía.
¿Que el misterio del pueblo judío es delicado, oscuro y peligroso? Desde luego. Pero romper relaciones con ellos, mostrando una oposición frontal y directa no ha evitado que los judaizantes penetraran en lo más profundo de nuestras filas.
Algún día tiene que llegar el momento de "agarrar al toro por los cuernos" e intentar de nuevo lo "imposible". Pues claro está que tarde o temprano tendrá que llegar la plena Comunión.
Una plena Comunión católica, desde luego, no ecuménica donde todos seamos igual de válidos sea cual sea nuestra fe.. Sin conversión sincera no hay Comunión. Y esa es una posibilidad que, aunque lejana, pienso que se debe dar. Ya que es una victoria que se ha de cumplir antes de llegar al final de los tiempos.
Pd. No digo con esto que sea tal la intención del Papa, habrá que ver cómo se suceden los acontecimientos.
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