Bueno, Lienart (el patrocinador del primer experimento de curas obreros en Francia) era ya muy viejo cuando empezó el Concilio y en el desarrollo de éste no tuvo papel reseñable; solamente uno, pero importantísimo cuando al día siguiente de la inauguración del Concilio, en la 1ª Congregación, Mons. Felici anunciaba votar la lista oficial para las Comisiones preparatorias... El Cardenal Lienart le interrumpió y (siguiendo el plan elaborado con el alemán Cardenal Frings) pidió la suspensión, por unos días, para proponer nuevos candidatos (que, ya elegidos, manipularían todo hacia la heterodoxia...). Tras los aplausos del Aula, el Cardenal Frings también se levantó y le respaldó. Más aplausos cuando, tras deliberar, la Presidenciadel Concilio lo aplazó, etc...
Esa burla al reglamento del Concilio supuso la primera gran victoria de la ‘Alianza de obispos del Rhin'; cuyos pasos sucesivos supondrían dejar paso al bastardo Concilio que ha llegado hasta nosotros y que suplantó sibilinamente al ortodoxo preparado entre 1959-1962, del que nunca más se supo y cuyos esquemas acabaron en el cubo de la basura. ¡¡Y eso que decían, hasta entonces, que era el mejor preparado de la Historia!!. La cosa tiene su guasa, si no supiéramos que tal horror clama venganza del Cielo...
Mucho más peligroso fue el judío cardenal Bea, líder absoluto del Secretariado para la Unidad de los Cristianos, organismo mangoneador del Concilio a nivel doctrinal, que supervisaba y censuraba los esquemas para darles el visto bueno desde el punto de vista protestante. Así como suena.
Pero, como digo, a nivel de procedimientos, orden del día, votaciones, vetos, zanjar discusiones o impedirlas, el papel desde 1963, quedó encomendado a los Moderadores (4): destacando sobre todo Suenens y Doepfner. Otros pesos pesados eran Alfrink (holandés); Koenig (austriaco); Frings (alemán); Silva Henriquez (Chile), Lefebvre (el cardenal, no el futuro fundador de la SSPX); Ancel, Amleto Cicognani, el barbudo patriarca Maximos IV, y otros tantos de la misma calaña.
Bugnini por entonces aun no era ni obispo ni cardenal.
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