Madrid provincia, fin de semana, atravesando la localidad en la que resido, curso 2008-2009, de regreso de un día de encuentro familiar en el chalet de uno de mis hermanos en otra localidad. Era algo más de la medianoche de un mes de marzo, mi madre sentada a mi lado en el coche medio dormida. De pronto al pasar junto a uno de los "antros" próximos a la calzada, escuchamos un griterío femenino histérico. Mi madre me pregunta ¿qué pasa?, le respondo "nada mamá, un grupo de fulanitas". Allí estaban, reproducciones exactas, clones idénticos, de las descritas en el artículo, pero provocando a los conductores de los coches que por allí pasaban. Pude reconocer algunos rostros: ¡alumnas mías!

La incorrecta y pésimamente mal llamada "liberación de la mujer", no es sino la "esclavización de la mujer". No es sino la vuelta atrás en el tiempo y en la inmoralidad, pues éstas modernas manifestaciones son las mismas que las que se dieron en Sodoma y Gomorra. Y las "feministoides" no son sino instrumento de lo peor, de la maldad más abyecta. Una puta lo era entonces y lo es hoy como entonces. Pero aún siendo nefasto entonces, hoy tiene muchísima mayor maldad, porque hoy existe la moral, la ética, la educación, la ley, el estado, al menos para quien no es creyente, mientras que para quienes si lo somos, además, la Fe, la Esperanza y la Caridad de Dios.

No sé si os habréis dado cuenta, pero ¡qué feas se han ido poniendo! Fijaros en sus caras y en muchas veréis la expresión de lo que se supone son los súcubos.