El Brexit también ha servido para sacar a la luz las miserias de los demócratas y la hipocresía de la tiranía politicocorrectista.
Que si "los jóvenes están a favor de la UE", "los más formados votaron quedarse", "el populismo y la extrema derecha están detrás del Brexit", "un 7% de los que votaron 'No' afirma que ya se arrepiente" etc, etc. Los adalides de la democracia ¡Pidiendo que se repita el referéndum por los motivos más ridículos, pidiendo que el Gobierno británico se pase por el forro la "sagrada voluntad popular"! Todo el día hablando de "regeneraciones democráticas" e historias para luego ignorar a conveniencia lo que de ahí sale. Pero claro, lo del Brexit no fue una "fiesta de la democracia" porque salió el resultado que podríamos denominar "democráticamente incorrecto". Si es que, no hay "fiesta democracia" si el "pueblo" (leáse, en la actualidad, contenedor informe de personas) no vota lo que le han mandado sus capitostes.
Que conste que a mí me importa bien poco si el sistema liberal es coherente con sus principios o no, pues los que no son directamente perversos son trasnochadas y diabólicas utopías. Pero un hombre, por equivocado que esté, puede mantener un mínimo de dignidad si al menos es coherente hasta el final en sus convicciones, por erradas que estén. Pero el honor ha sido completamente proscrito en esto que llaman Occidente.
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