Re: El tigre enjaulado
Es todo un síntoma muy preocupante que las dos naciones más antiguas de Europa estén hoy en estado catatónico. A la España ingobernable, pero sumisa al mercadeo europeo, se suma una Gran Bretaña que le suelta un tremendo puñetazo en la cara a la UE, pero lo único que logra es demostrar su propia debilidad, pues se ha roto hasta el último hueso de la mano. Gran Bretaña se ha roto, no lo ha hecho la UE que, lógicamente, ha encajado el golpe después de la picadura griega, pero muy mucho me temo y ya lo vengo afirmando desde hace unos días, que la UE va a acelerar su plan de constituirse en Estado Federal y quien no quiera estar no va a salir en la foto.
Gran Bretaña se ha roto, Escocia amenaza con un nuevo referéndum de independencia y, lo más peculiar si cabe, puede ordenar repetir el del Brexit al menos en su territorio. Nos olvidamos, o ignoramos más bien, que el Reino Unido tiene un peculiar sistema jurídico: the common law, con numerosas fuentes desde las decisiones del Parlamento nacional hasta la jurisprudencia de las sentencias judiciales que, a diferencia del sistema español, no distingue entre Jurisprudencia con mayúscula, o jurisprudencia con minúscula, sino que como el toro, todo es toro, desde la cabeza hasta el rabo, de tal manera que ni derogaciones, ni jerarquía normativa. Como consecuencia pueden rebuscar normas o sentencias emitidas en los años de maricastaña y resucitarlas para uso actual. De ello se valió el ex-magistrado Baltasar Garzón para retener e intentar encausar a Pinochet.
Irlanda del Norte sigue la misma ruta que Escocia, y podría segregarse para unificarse con la República de Irlanda. Los británicos están totalmente divididos con un Brexit que ha sumado más, pero que no ha ganado; con un "Leave" que ha sumado menos, pero que tampoco ha perdido estrictamente hablando, con lo que el Reino Unido en estos momentos se encuentra en una especie de limbo legal. No cabe duda que el "inglés viejo" se ha rebelado con el "Imperio" en la mente, pero el "inglés nuevo" ha renunciado al mismo porque ya no le produce nada y quiere otros horizontes. Escuchando a un chaval de veintitantos años entrevistado para la televisión en la calle de alguna ciudad británica, afirmaba algo muy significativo: "yo quiero poder vivir o trabajar en cualquiera de los 28 Estados de la Unión, no estar encerrado en uno de ellos."
No son necesarias muchas encuestas para entender que ese botón que acabo de mencionar des una muestra muy clara de lo que quiere la gente joven hoy en Europa y lo demás podrá ser lo que se quiera, y se podrá discutir bizantinamente si son galgos o podencos, que nada de ello soluciona eso, nada. Recuerdo que cuando me vine a vivir en la localidad serrana madrileña en la que resido, me llamó la atención de que había bastantes lugareños en contra del asentamiento de gentes que venían de la gran ciudad. No sé como andarán hoy, pero la población se ha multiplicado casi por tres y la mentalidad imperante es muy distinta.
Así que alternativas hay pocas y, desde luego, soluciones a lo populista de extrema derecha o de extrema izquierda, las dos caras de la misma moneda revolucionaria, no sirven para nada salvo para levantar polvo y meter ruido. Me parece mucho más coherente impulsar ese viejo lema carlista que reza "más sociedad, menos Estado" y habrá que re-inventar la Europa de las patrias, y habrá que re-descubrir que Europa es un proyecto cristiano que se tiró al baúl de los olvidos a raíz del Genocidio Francés del XVIII . Así, la Europa de la Cristiandad bien vale una misa en París, en Londres, Roma, Madrid o Berlín y quien no esté en ninguna de ellas se quedará sin bendición.
Última edición por Valmadian; 27/06/2016 a las 19:14
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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