Viaje del noble bohemio León de Rosmithal por España y Portugal (año 1465 a 1467) (Relac. de Shaschek)
En Barcelona
(…) Mientras estuvimos en esta ciudad nos advirtió nuestro huésped que no saliéramos de la posada sólo dos ó tres, sino todos juntos, si queríamos pasearnos, porque decía que había muchos corsarios que cogían ocultamente á los hombres para venderlos. Cuando prendían á alguno lo llevaban á sus barcos, y allí lo amarraban para que no pudiera escaparse, y después los vendían como esclavos, y al apartarse de la orilla no los desataban sino cuando ya no se vela más que cielo y agua, para que de ningún modo pudiese huir, y al acercarse á la tierra volvían á atarlos, y así reunían hombres para venderlos como un rebaño.
No sé qué otra cosa cuente de esta provincia sino que los que la habitan son los más pérfidos y malvados de los hombres, y tales como no los hay en ninguna tierra. Tres provincias de infieles recorrimos, Bárbaros, Sarracenos y Granacerenos, y entre ellos estuvimos más seguros que entre los catalanes. El año que estuvimos allí había muerto su rey, llamado Pedro, y le puso el Pontífice en el número de los santos por los muchos milagros que hizo en aquel tiempo, y vimos su cuerpo en el templo en que está sepultado.
Barcelona es una ciudad grande y hermosa, y sus plazas tan limpias que aunque llueva mucho no se ensucian los pies con el lodo, porque todas están empedradas, y la lluvia arrastra los inmundicias y las lleva al mar, pues la ciudad está en la misma orilla (…)
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