ALASKA Y EL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA





ALASKA Y EL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA


(EXPEDICIONES DESDE SAN BLÁS EN LA NUEVA GALICIA)

Hacia el año de 1800, el Virreinato de la Nueva España comprendía la mayor parte de las tierras de Norteamérica.
A fines de la dominación española en el continente americano, el territorio de la Nueva España llegó a extenderse hasta las costas de Alaska.


Ya para 1568, el capitán Juan de Islas, compañero del Padre Andrés de Urdaneta (en las navegaciones hacia y desde, las Islas Filipinas), proponía a la Corona Española averiguar, partiendo del Archipiélago Filipino, si las costas de China se prolongaban hasta la California (conquistada por Hernán Cortés), o si estaban separadas por algún brazo de mar, pero las expediciones que llevaron a cabo Pedro de Unamuno y Sebastián Rodríguez Zermeño fracasaron.


En cambio tuvieron éxito las que las expediciones que partieron del puerto de San Blas, en el antiguo Reino de la Nueva Galicia, rumbo a Alaska en busca del supuesto estrecho.
La primera expedición fue la que salió de San Blas en 1774, al mando del alférez Juan Pérez. En la fragata Santiago recorrió la costa de la Alta California hasta los 55º latitud norte, en el actual territorio de Canadá.


Le siguieron las expediciones del capitán Bruno Heceta y la del capitán Juan Francisco de la Bodega y Cuadra (1) en la goleta Sonora, llegaron ambas hasta el grado 60 de la actual Alaska, hasta la desembocadura del río Columbia, que se llamó Bahía de la Ascensión o Boca de Heceta, también fundaron el Puerto de Bucareli. Más tarde el 11 de febrero de 1779 el capitán De La Bodega en la fragata Nuestra Señora de los Remedios, y el Teniente Ignacio Arteaga a bordo de la fragata Nuestra Señora del Rosario salieron de San Blas y llegaron hasta las costas de Alaska. Arribaron al asentamiento español de San Lorenzo de Nutka, actualmente el puerto de Vancouver y el fuerte de San Miguel de Nutka en el Peñón sur de la isla de Nutka.


El 8 de marzo de 1788 salió del puerto de San Blas, de nueva cuenta la fragata Nuestra Señora del Rosario al mando del Alférez José Esteban Martínez, acompañado del paquebote San Carlos capitaneado por Gonzalo López de Haro quienes llegaron también hasta Alaska y tomaron posesión de toda la costa porque los rusos y los ingleses merodeaban ya queriendo tomar las pesquerías españolas (novohispanas) que funcionaban por trueque con los indios. Martínez construyó un Fuerte de madera y piedra en 1789, pero fue desmantelado en octubre de ese mismo año. Fue después reconstruido y ampliado en 1790 por Pedro Alberni en la expedición de Francisco de Eliza: entonces el estrecho de Nutka fue reocupado por De Eliza. El capitán Alberni era catalán y traía consigo unos ochenta voluntarios catalanes.


La fortificación consistía básicamente en una batería de artillería para la defensa del puerto y de las edificaciones, y estaba casi al lado de la casa del cacique indio Macuina jefe de la tribu Nuuchanult.


El 4 de mayo de 1790, desde la base naval de San Miguel de Nutka (actual Vancouver) salió una expedición militar al mando del capitán Salvador Fidalgo para averiguar y expulsar en su caso a los rusos siberianos que ocupaban la costa. El Fuerte protegía el primer asentamiento español en esa costa, el asentamiento se llamó originalmente Santa Cruz de Nutca. El capitán de Eliza estableció tres líneas de defensa: La primera estuvo a cargo de la fragata de 300 toneladas Concepción, la segunda con los soldados a las órdenes de Alberni en tierra, y la tercera a cargo de la batería de artillería del Fuerte de San Miguel.


La construcción de la batería fue complicada. Se construyó en lo alto de una isla rocosa, alta pero pequeña. Las troneras debían ser construidas para soportar las armas. Llevó cuatro días situar ocho grandes cañones. Más tarde, otros seis cañones menores fueron también instalados. La batería sin embargo no disponía de espacio suficiente para otros ocho grandes cañones que Eliza también había traído y fueron almacenados en la orilla. Fue una proeza heroica por tratarse de un trabajo en condiciones muy precarias a causa del crudo invierno y la fuerza de los vientos marinos.
Inglaterra: la pérfida Albión, no cejaba en su empeño para desposeer a España de los inmensos y ricos territorios norteños de América, así que amenazó con una guerra más, y por medio de un convenio unilateral y forzado, se quedó con el puerto de Nutka y todos sus territorios del interior.


Y hacia el 1800, la Corona Española tuvo que ceder forzadamente, a Inglaterra el puerto de Nutka, a causa de las llamadas Convenciones de Nutka. Perdiéndose para el Virreinato de Nueva España aquellas ricas tierras norteñas.
LUIS OZDEN
Febrero del 2016.


Verdadera Historia de México: ALASKA Y EL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA