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Niño Jesús con ángeles músicos por Juan Correa.
Angelitos negros
Correa el mulato. Un pintor poco conocido pero con una notable presencia en Sevilla. Un pintor de angelitos negros.
Por Manuel Jesús Roldán, 2 de agosto de 2016 0:10 h.
Pintor nacido en mi tierra, con el pincel extranjero, pintor que sigues el rumbo, de tantos pintores viejos. Aunque la Virgen sea blanca, píntame angelitos negros que también se van al cielo. Así comienza el poema de Andrés Eloy Blanco que popularizó Antonio Machín como canción y cuya melodía sirvió como inicio de una marcha dedicada a la Virgen de los Ángeles.
Detalle Inmaculada Antequera, Juan Correa
Ángeles negros en la pintura. Hubo un pintor de ángeles negros. Quizás mulatos. Ambas razas tuvieron cofradía en Sevilla. El pintor de angelitos negros se llamó Juan Correa. Nació en Ciudad de México en 1646 y falleció en 1716. Pintor de temas religiosos y de temas profanos, tiene obras repartidas entre México, Andalucía o incluso Italia. Hijo de padre de procedencia hispanoafricana, Juan Correa, cirujano (término amplio en la época) de Cádiz y de Pascuala Santaloyo, su madre, mujer libre y negra (“morena” en la terminología de la época) de Nueva España. Correa pintaba angelitos “morenos” o “del color quebrado”, que introducía en sus obras, una especie de reivindicación de su raza y de reivindicación de las etnias oscuras.
Juan Correa, la conversión de María Magdalena
Así se puede comprobar en un su obra del Niño Jesús con ángeles músicos (Museo Nacional de México), donde aparecen ángeles de diferentes razas. También se pueden identificar estos ángeles en algunas de las pinturas de Correa conservadas en Antequera, como la pintura de la Inmaculada apocalíptica, estudiada, como el resto de la obra de Correa, por la doctora Elisa Vargaslugo, dentro de un seminario de investigación que creó en la Universidad Nacional Autónoma de México
Noli me tangere, Juan correa, Museo de Zacatecas
Entre las obras de Correa destaca su Asunción de la Virgen de la Catedral de México, de espectacular composición y formato, mostrando también gran originalidad sus representaciones pictóricas en biombos dedicados a los cuatro continentes.
Pero si en algo destacó Juan Correa fue en sus numerosas representaciones de la Virgen de Guadalupe, auténtico icono que difundió por numerosos lugares como gran devoción de Nueva España.
Según refiere el profesor de la Universidad de Granada Francisco Montes, los estudiosos de la pintura del mulato Correa lo sitúan como el artista guadalupano más prolífico de su época, siendo sus representaciones “las más apreciadas por su fidelidad y perfección”. Sería el encargado de establecer el modelo iconográfico tradicional que luego repetirían sus continuadores. En este esquema, la efigie de la Virgen aparecía enmarcada por cuatro cartelas que presentaban de forma tetraepisódica los hechos aparicionistas del indio Juan Diego, a la que se sumaba una última en la parte inferior con la descripción del paisaje del Tepeyac junto a los monumentos erigidos en aquellos lugares.
Expulsión del paraíso, Juan Correa
Finalmente, en algunas ocasiones rodeaba a la Virgen una guirnalda de flores, que simbolizaba tanto aquéllas depositadas por los indios a modo de ofrendas, como el elemento milagroso causante del calco mariano. Fue el profesor González Moreno el que estudió el catálogo de pintura guadalupana de Correa en Sevilla, catalogando en su momento seis lienzos firmados por este autor. Corresponderían a los conservados en la capilla de San Onofre, en la Plaza Nueva, el del convento de San Leandro, el del museo del convento de jerónimas de Santa Paula –que representa únicamente a la Virgen con una inscripción referida a su encargo por parte de los duques de Alburquerque—, y otros dos en colecciones particulares. Habría que añadir como uno de los mejores ejemplares el lienzo que se conserva en la capilla de la Hermandad Sacramental de la iglesia de San Nicolás de Bari, fechado en 1704. En el cuadro se dispone la composición de forma horizontal, destacando la profusión del colorido adorno floral que rodea a la Virgen y los angelotes que sustentan las cuatro cartelas.
Virgen de Guadalupe, convento de San José
El referido profesor Montes añadió al catálogo de Correa en Sevilla un notable lienzo del convento de carmelitas descalzas de San José. Una obra de notable calidad, especialmente por las innovaciones iconográficas introducidas en unas grandes laterales, superiores en tamaño a otros modelos, con elaborado estudio de sus composiciones, posiblemente inspiradas en los grabados que el pintor Matías de Arteaga realizó para la edición sevillana de 1685 de la Felicidad de México de Becerra y Tanco.
Correa el mulato. Un pintor poco conocido pero con una notable presencia en Sevilla. Un pintor de angelitos negros.
Virgen de Gudalupe de Juan Correa en la Sacramental de San Nicolás / PEPE BECERRA
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Fuente:
Angelitos negros - Pasión en Sevilla
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