Estimados amigos:

Les agradezco la católica delicadeza de haber escrito algunas líneas en memoria del ex Presidente de Chile, Capitán General don Augusto Pinochet Ugarte, quien junto al resto de los comandantes en jefe de las FF.AA y de orden liberara a mi Patria de la dictadura marxista de Allende y de una inminente guerra civil. Mi familia, así como las de millones de chilenos le deben, literalmente, la vida.

Comprendo, obviamente, la profunda indignación de reacciones viscerales, como la quema de banderas españolas, pero debo aclarar que fue un episodio circunstancial, motivado por el secuestro de que fuera víctima el General Pinochet en Inglaterra, producto de las burdas maquinaciones de Garzón. Sin duda alguna que estas circunstancias son propicias para una confusa mezcla de pasión e ignorancia, ya que no ha faltado gente que a la par ha quemado banderas españolas y gritado consignas por el generalísimo Franco (profundamente admirado por todos los pinochetistas). Por mi parte, les puedo asegurar que en esta ocasión no se han producido este tipo de hechos. He concurrido tanto al Hospital como a la Escuela Militar y el ambiente en ambos lados es bastante tranquilo.

Agradeciéndoles nuevamente su deferencia y oraciones, se despide atte.

C. YÁÑEZ D.

EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM.