Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de Hispanoamérica!!!
Ora Pro Nobis!!!
Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de Hispanoamérica!!!
Ora Pro Nobis!!!
EL TESORO DE MI PATRIA
«… La Historia de México no comienza con las peregrinaciones de las tribus indígenas, como no comienza tampoco en la unión de razas, que lleva a cabo el Cristianismo en la Península Ibérica al despedazarse el Imperio Romano; nosotros no somos ni aztecas o mayas, ni españoles tampoco; la raza indígena nos legó su tierra, que tiene la exuberancia de los trópicos y la placidez de las alturas, y la raza española nos heredó su lengua y su cultura y la religión también: ambas nos dieron su sangre.
La Historia de México empieza cuando se percibe entre el fragor de la conquista el aleteo del ángel tutelar de mi Patria, que, enviado por Dios, baja de los Cielos, extiende sus enormes alas tricolores hasta cubrir con su sombra la esmeralda de nuestras costas Oriental y Occidental y se detiene en el Tepeyac; baja entonces del trono, que aquellas alas formaban, la Reina de los ángeles y pone sus virginales pies, los que quebrantaron la cabeza del dragón infernal, en nuestra propia tierra, que florece a su contacto y con el rocío de la hierba da un beso de amor a aquellas plantas vencedoras. María habla al indio un lenguaje de Madre, le hace promesas amorosas, se declara Protectora, Madre y por consiguiente Soberana de México, y deja la tosca tilma un retrato pintado por los ángeles, que forman su corte. Esta imagen celestial es el tesoro de mi Patria, más precioso que la plata o el oro de sus entrañas; es el emblema de mi pueblo, más querido que el águila vencedora de su escudo, es el título de nobleza de mi raza, pues coloca a una indita – a una Virgen Criolla, símbolo de nuestra raza y de Nuestra Nación, a las que anunciaba proféticamente – sobre los coros de los ángeles y sobre los altares de los hombres; es la proclamación que hace Dios de los destinos gloriosos de mi raza, que baña el sol y viste de estrellas; es el grito que lanzó el Empíreo sobre Anáhuac proclamando la Soberanía del Hijo de aquella morenita queridísima y la evangelización de los indios, consecuencia de la aparición guadalupana, fue la respuesta que dio México a aquel grito de los Cielos, fue su primera aclamación a Jesucristo. Las rosas que llevó Juan Diego a Zumárraga fueron la sonrisa de México, que florecía en invierno para saludar agradecido a María; pero fueron también símbolo de las generaciones mexicanas, que la Madre de Dios, al aparecer en el ‹ayate›, hacía caer a los pies de la Iglesia, a las plantas de Cristo Rey…»
Obispo Aux. de Zamora D. Salvador Marinez Silva en la Fiesta de Cristo Rey (1928) .
¡Viva la Virgen de Guadalupe!
El 12 de Diciembre los hispanos celebramos la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, es Patrona de México, de toda América y de Filipinas, sin embargo en España también se venera mucho, son muchos los lazos de unión entre el gran pueblo de México y el gran pueblo de España.
¡Viva la Virgen de Guadalupe!
¡Viva Cristo Rey!
Comunidad de Pueblos Hispánicos
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
Según el prolijo examen que mandó hacer el 25º. Virrey de la Nueva España, don Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera, en presencia del Licenciado Juan Salguero, del Bachiller Tomás Coronado, el Experto Nicolás de la Fuen Labrada, del Perito Juan Sánchez, del Conocedor Alonso de Zárate, y de 10 de los más diestros pintores de ese tiempo, así la reseñan:
“….. Este precioso Ayate en que se apareció la Siempre Virgen María, Nuestra Reina de Guadalupe, es de 2 piezas pegadas y cosidas con un hilo blando. Es tan alta la bendita Imagen, que empezando en la planta de su pie, hasta llegar a la coronilla, tiene 6 jemes de hombre y 1 de mujer (“Jeme” es la distancia que hay desde la extremidad del dedo pulgar a la del dedo índice, separando el uno del otro todo lo posible. Es de hombre es unos centímetros más grande que el de mujer). El cabello es muy negro y partido al medio de la frente serena y proporcionada. El rostro llano y honesto. Las cejas muy delgadas. Los ojos bajos. La nariz proporcionada. La boca Breve. El color trigueño nevado. Las manos puestas al pecho sobre la cintura y levantadas hacia el rostro. En la cintura tiene un cinto morado, apareciendo sueltos debajo e las manos, los 2 cabos de su atadura. Descubre solamente la punta del pie derecho, con el calzado pardo muy claro, de tono cenizo. La túnica que la viste desde el cuello a los pies, es de color rosado y las sombras de carmín oscuro, y está engalanada con labores de Oro.
Tiene por broche al cuello un óvalo pequeño también de Oro, con rayos negros alrededor de las orillas, y dentro de él un círculo negro con una cruz en medio. Las mangas de la túnica son redondas, y vueltas descubren por forro un género de felpa que parece blanca. Muestra también una túnica interior de color blanco que tiene deshilados los extremos, con pequeñas puntas que se descubren en las muñecas. El manto es de color verde mar, el cual cubre la cabeza dejando descubierto todo el rostro y parte del cuello, va tendiéndose airoso hasta los pies haciendo pliegues en algunas partes, y se recoge mucho sobre el brazo izquierdo entre éste y el cuerpo.
Está todo perfilado con una cinta de Oro, que sirve de adorno y es algo ancha. Toda la parte que se descubre del manto, está sembrada de 46 estrellas de Oro salpicadas con profusión. La cabeza se encuentra devotamente inclinada hacia el lado derecho. Ciñe una corona real que asienta sobre el manto y termina en puntas o astas de oro, que son 10, ahusadas arriba y anchas abajo. A los pies una media Luna con las puntas hacia arriba, recibiendo en medio el cuerpo de la Imagen, la cual está toda como en un nicho en forma de Sol. Por lo lejos se ven resplandores amarillos anaranjados, y por lo cerca, parecen que nacen de la espalda de la Virgen. Del lado derecho hay 62 rayos y por el izquierdo 67, dando un total de 129 flamas de Oro. Lo restante del lienzo, así en longitud como en latitud, está en celajes de nubes algo claras que la rodean formando una concavidad. Esta divina fábrica descansa sobre un ángel que le sirve de planta, descúbrese de la cintura para arriba y el resto se oculta entre nubes. Junto al rostro muestra una túnica interior de color blanco, tiene las alas tendidas con ricas plumas largas y verdes. Su ropa es de color bermejo a la que se adhiere un cuello dorado. Como tiene los brazos abiertos, con la mano derecha coge la punta del manto y con la mano izquierda la e la túnica, y por ambos lados caen por encima de la Luna. El rostro del ángel es el de un niño hermoso, que, al parecer, está muy contento de conducir así a la Reina del Cielo…..”.
Ecce Christianus | He aquí el Cristiano. He aquí alguien llamado a batallar
lunes, 11 de octubre de 2010
PRESENCIA DE MARÍA por Alfonso Junco (+1974)
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EL CORAZÓN Y EL REGAZO
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Entre el tumulto de ráfagas geniales que se agolpan y entrecruzan en la estupenda Ortodoxia de Chésterton, fulgura aquélla en que se imagina a una personalidad científica de la luna, contemplando a un hombre. Al observar el sabio de la luna que en el organismo humano hay un ojo a la derecha y uno a la izquierda, un brazo y otro brazo, una pierna y otra pierna, un oído y otro oído, un pulmón y otro pulmón, deduciría con aparente lógica que toda la estructura era doble, simétrica, y al llegar al corazón buscaría, con certidumbre de acertar, el otro corazón del lado opuesto. Y fallaría. Precisamente al llegar al corazón, caería en fracaso decisivo.
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Pues bien: el cristianismo no es de la luna ni está en la luna. El cristianismo sí sabe que el hombre tiene un corazón, y sabe dónde lo tiene, y cómo. Sabe lo que el hombre tiene de simétrico y lo que tiene de asimétrico, lo que tiene de racional y lo que tiene de subconsciente. Sabe de su amor a la evidencia y de su amor al misterio.
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Conoce al hombre en todos sus vericuetos, en todas sus oscuridades y contradicciones, en todas sus complejidades infinitas. El hombre, este desconocido de que habla Alexis Carrel en libro resonante, sólo es un conocido -¡y con qué inexplorada profundidad!- para el cristianismo.
Porque conoce el corazón humano, porque está hecho -divinamente hecho- para el corazón humano, el cristianismo abraza y magnifica el culto a la celeste maternidad de María. La frialdad desolada del protestantismo construye un orbe religioso en que no existe el culto a la Madre. Pero el corazón se niega. El corazón necesita este centro de ternura, esta exquisita suavidad de mujer, esta intercesión maternal.
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María intercede ante Jesús: sigue intercediendo, como aquella primera vez en que, agotado el vino de las bodas, una palabra suya, discretamente deslizada apenas, suscitó y casi violentó el primer milagro de su Hijo. Con esta misma finura conmiserativa, con esta delicada previsión de evitar el bochorno del que padece necesidad, sigue la Madre de Jesús intercediendo por toda la infinita sucesión de los que queremos y no podemos, de los pobres vergonzantes que somos legión en la humanidad.
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María vive hoy, como vive hoy su Hijo. No acabó su tarea, ni su misericordia está agotada. No pertenece, simplemente, al pasado, como un personaje de hace veinte siglos. Con presencia de gloria está presente en los cielos, con presencia de amor está presente en la tierra.
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La Iglesia, que es Cristo perpetuado entre los hombres, tiene esta estupenda misión y este maravilloso privilegio de actualizar a Cristo. Hoy nace Cristo en Belén, hoy habla en la colina, hoy se da en el milagro de la Cena, hoy muere en el Calvario, hoy resucita victorioso. No es una vieja historia inoperante: es una eterna actualidad que sacude y transforma y extasía las almas.
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¿Habéis pensado alguna vez lo que fuera de Cristo sin su Iglesia? ¿Habéis medido toda la enormidad y pujanza que entre los hombres tiene el olvido?… Pero la Iglesia es esta gran enamorada y esta gran recordadora que no nos deja olvidar: y Cristo se nos mete por los ojos en cuadros, esculturas y ceremonias, se nos mete por los oídos en la cátedra del Evangelio y en el tribunal de la confidencia; palpita en nuestras manos por la señal de su santa cruz; se nos entra en la boca en el misterio dulce y pavoroso de la Eucaristía. Cristo vivo, Cristo presente, Cristo actualizado, Cristo visible y como si dijéramos corpóreo, saliendo al paso de nuestro embotamiento y olvido, eso es la Iglesia. Bien lo sabía el que la fundó y por eso la fundó.
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Dios puede perderse en la nebulosa lejanía de filosóficas abstracciones o de deísmos yertos, si no encarna y se acerca a nosotros y nos habla en Cristo; porque Cristo caería en el olvido y sería a lo sumo un atrayente personaje histórico, si no se perpetuase y actualizase en su Iglesia; y la Iglesia vendría a dispersión incoherente y a descomposición mortal -como en las sectas disidentes lo dio ya la experiencia- sin una invulnerable autoridad, sin una visible cabeza, sin un jefe: el Papa.
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Y así como la Iglesia actualiza a Cristo, de manera semejante actualiza a su Madre. Hoy, como ayer, María pide por nosotros. Hoy, como ayer, nosotros, mínimos hermanos del Primogénito Cristo, la sabemos nuestra Madre y buscamos refugio, suavidad y caricia en su regazo. Porque todos, todos somos niños -¡y ay de aquél que no tenga algo de niño, porque no entrará en el Reino!-; todos somos niños, y cuando la vida nos golpea y el desencanto nos ahoga, y la tempestad se desenfrena contra nosotros, corremos instintivamente al regazo de la Madre. Ella nada pregunta ni reclama: abre, nomás, sus brazos para cerrarlos sobre el hijo maltrecho; y llora con él, y lo consuela, y delicadamente pide -como en Caná- el milagro misericordioso.
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EL EVANGELIO Y EL TEPEYAC
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Honda en la entraña del corazón humano, la reverente devoción a María nace y finca en la roca del Evangelio. Aquella que el ángel saludó por llena de gracia y por bendita entre todas las mujeres; aquella en quien el Verbo tomó carne; aquella ante la cual Santa Isabel, movida del Espíritu, exclamó: “¿De dónde a mí tanto bien que la Madre de mi Señor venga a mí?”; aquella que recibió el llanto primero y la primera sonrisa de Jesús; aquella que siguió todos los pasos del Hijo y suscitó el primero de sus milagros; aquella que Cristo en su agonía dejó por madre al predilecto; aquella que perseveraba con los apóstoles amedrentados cuando en viento y en llamas vino el Paráclito, no constituye un personaje de antojo ni encarna una fantasía sensiblera. Clavada está en la roca del Evangelio, en la veneración de los discípulos, en los muros de las catacumbas, en las definiciones de los concilios, en el culto radiante y victorioso de veinte siglos cristianos. No representa una devoción parasitaria sino un amor esencial.
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Pero nosotros, católicos, nunca confundimos al Creador con la creatura. Su distinción irrevocable es dogma de nuestra fe. Sabemos y enseñamos y ponemos al alcance del más humilde aprendiz de catecismo, que el culto propiamente de adoración, que se llama latría, es para Dios solo; que el culto a los santos y a la Virgen es de veneración, y tiene por eso significado y nombre diferente.
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Es ofensiva inepcia -repetida con monótona tozudez en propagandas protestantes- que los católicos adoramos a María como si fuese Dios. Y no menor inepcia ni menos burdo agravio, tildarnos de idólatras por la reverencia a las imágenes: pues es verdad elemental que en ella reverenciamos a la persona que trasuntan, no la piedra o el palo o el lienzo; como al descubrirnos ante la bandera nos descubrimos ante la patria y no ante el trapo; como al besar el retrato de nuestra madre, besamos a nuestra madre y no al cartón.
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María es nuestra Madre. ¡Tristes de aquéllos que no la conocen! ¡Tristes de aquéllos que, conociéndola, la olvidan, o por el orgullo de la inteligencia, o por el desvarío de la carne, o por el seco engaño del estoicismo! Cristo, modelo de varón, no quiso la ridigez amarga del estoico que esconde las lágrimas. Profundamente humano, Cristo lloró a vista de todos. Y nosotros, cristianos, tampoco tenemos por vergüenza el llanto. Somos, sí -debemos ser-, sufridores y bravos y enteros. Pero no asfixiamos la sensibilidad humanísima, en la inhumana sequedad de la soberbia. Más bien, con sencillez de niños, dejamos nuestras lágrimas en el regazo de una Madre.
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Y esta infancia espiritual -que Cristo muy señaladamente encareció en el Evangelio, y que florece lo mismo antaño en las Fioretti de Francisco de Asís que hogaño en las rosas de Teresita de Lisieux-, alienta para nosotros, con singularísima fragancia, en el candor enamorado de Juan Diego y en la tilma celeste del milagro. María, Madre en Cristo del humano linaje, quiso ser, con particular ternura y con histórica plenitud, Madre de México.
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Porque la Virgen de Guadalupe se identifica con la sustancia de la patria. Ella presidió el nacimiento de nuestra nacionalidad. Quiso visitarnos -como a su prima Isabel en su gravidez-, cuando estas tierras estaban "grávidas de Cristo", y aceleró el nacimiento de Él y su reinado entre nosotros de manera tan insólita y desproporcionada con los medios humanos, que todos los historiadores lo advierten y se asombran.
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Ella, que consoló a los vencidos y amansó a los vencedores, no muestra fisonomía de india ni de española, sino de mexicana; y diríase que preludió en su dulce imagen la fusión de las dos razas que constituyen la nuestra, por las rosas de Castilla que se absorben y pintan en el ayate del indígena.
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Ella, fervorosamente amada por todos los caudillos de nuestra Independencia, palpitó lo mismo en los pendones de Hidalgo que en las proclamas de Morelos y en las insignias de Iturbide.
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La Madre de Jesús y Madre nuestra nos dé espíritu y pauta y camino. Y la Virgen de Méjico, la Virgen de los pueblos indoespañoles, extienda a la integridad del continente el blando hechizo de su imperio, levántese por símbolo unitivo de amor y de verdad, y llegue a ser -unánime, plenaria- la Virgen de América.
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http://www.luxdomini.com/presencia.htm
*Introducción del libro El Milagro de las Rosas, magnífica obra guadalupana de Alfonso Junco, México, JUS, 2a. Ed.
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Fuente:
Catolicidad: PRESENCIA DE MARÍA por Alfonso Junco (+1974)
“Non fecit taliter omni nationi”
Desde el cielo una hermosa mañana…
Nuestra Santísima Madre, se digno a aparecer al indio de raza de nación española americana y mejicano de reino. Y fue como, mucho se ha dicho, el fin de las tinieblas de la división y el tiro de gracia al paganismo y la idolatría.
Pero la Vírgen de Guadalupe no se apareció en 1325, fecha de la fundación de la antingua ciudad de Tenochtitlan, ni mucho menos el 27 de septiembre de 1821, fecha de la secesión de la Patria y la invención del “Estado Mexicano”; (ave de mal agüero se hubiera convertido de haberse presentado en esas fechas) no, Nuestra Señora, la misma Virgen de la Victoria de Lepanto, del Pilar de Zaragoza, lo hizo el 12 de diciembre de 1531, organizado ya el Virreinato, anunciando 300 años maś de esplendor para estas tierras, confirmando las sabias Leyes de Indias y el labor inestimable de los misioneros.
“No hizo cosa igual con otra nación” palabras de las Sagradas Escrituras que Benedicto XIV pronunció al aprobar el patronato de la Virgen de Guadalupe como Patrona de Hispanoamérica en 1754, pero no se entienda aquí nación en el sentido moderno, el Pontífice no se refiere a la nación revolucionaria, la nación moderna artificial absorbida por el antes mencionado “estado mexicano” sino la nación cultural orientada por la comunidad política natural hispánica y lejos del contractualismo actual en palabras de Miguel Ayuso.
La imagen santa de Nuestra Señora presentada en la bandera de los cristeros usada como reivindicación de la defensa de la Fe y la Santa Iglesia: «Regina Martyrum» de tantos, pero también para reivindicarla del uso maquiavélico de la Revolución del cura Hidalgo. Es sin embargo de notarse que el movimiento cristero no se identificó con ningún partido ni movimiento político, ni siquiera con el vasconcelismo que parecía ser el más católico de todos, está claro sin embargo que no fue tampoco que careciera de dirección, pues Anacleto González Flores se dio cuenta del camino a seguir en toda lucha mejicana:
Esta claro pues, que nuestros esfuerzos se encaminen siempre a la Segunda Reconquista Hispánica cómo única vía política, social y cultural deshechando desviaciones revolucionarias de todo tipo.
“Nuestra vocación, tradicionalmente, históricamente, espiritualmente, religiosamente, políticamente, es la vocación de España, porque de tal manera se anudaron nuestra sangre y nuestro espíritu con la carne, con la sangre, con el espíritu de España, que desde el día en que se fundaron los pueblos hispánoamericanos, desde ese día quedaron para siempre anudados nuestros destinos con los de España.
Y en seguir la ruta abierta de la vocación de España, está el secreto de nuestra fuerza, de nuestras victorias y de nuestra prosperidad como pueblo y como raza.”
Que en esta fiesta, mayor en el reino novohispano al conmemorar las apariciones milagrosas de María Santísima de Guadalupe patrona mayor de la Nueva España y de los demás reinos de las Américas, encomendamos muy especialmente en nuestras oraciones a Nuestra Señora, a nuestro legítimo soberano y católico señor Rey legítimo de las Españas y de las Indias, Tlatoani e Inca católico soberano de dos mundos y abanderado de la Tradición SAR Don Sixto Enrique de Borbón-Parma, a quien Dios guarde muchísimos años y encomendamos del mismo modo y muy humildemente al amparo de Nuestra Señora la reunificación de las Españas de ambos lados del mar del oceáno. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Santísima de Guadalupe! ¡Viva España! ¡Viva la Nueva España! ¡Viva el Rey legítimo!
https://carlistasmejico.wordpress.com/
México se vuelca para festejar a la Virgen de Guadalupe
Las autoridades esperan a siete millones de peregrinos de toda América que acuden a la Basílica para honrar este 12 de diciembre a la santa patrona
Elías Camhaji
México 12 DIC 2016 - 18:50 CET
Peregrinos acampan frente a la Basílica de Guadalupe. FRANCISCO CAÑEDO
Los peregrinos esperan estar ante ella al menos un instante. No importa que sea por tan sólo unos minutos o, incluso, segundos. El hambre, el frío y el cansancio se quedan afuera de la Basílica si se trata de la Virgen de Guadalupe. Así se vive la peregrinación más grande de América cada 12 de diciembre. La devoción rebasa fechas y fronteras. Cerca de dos millones de fieles de todo el continente ya se han dado cita desde la tarde del domingo para festejar a la santa patrona y las autoridades mexicanas esperan que esa cifra llegue hasta los siete millones en el trascurso del lunes.
La Virgen morena no sabe de razas ni de clases sociales. Los devotos han llegado en avión, en coche, en bicicleta o a pie. Los más creyentes recorren varias decenas de kilómetros de rodillas para pagar una manda, una promesa para que se les concediera un milagro o un favor. Gerardo Reyes ha custodiado en moto una peregrinación de ciclistas que partió a las ocho de la mañana del domingo y llegó a las tres del mediodía. Viene desde Atotonilco, en el Estado de Hidalgo, unos 20 kilómetros de la capital. Ha montado un campamento de 40 personas sobre la calle de Montevideo que ahora yacen sobre el pavimento, rendidos por el cansancio. "Vengo con la devoción de ver a nuestra madrecita y a agradecer todo lo que nos ha dado", cuenta.
Reyes regresará esta madrugada para evitar las aglomeraciones de este lunes y confía en el auxilio de los voluntarios para volver seguros a su pueblo. Unos metros más adelante está María de Jesús Villaseñor, que reparte pan dulce y café con siete familiares para quienes no pueden costearse los alimentos al hacer el viaje. "Hay mucha gente que viene de fuera y no tiene ni para comer, he hecho la promesa de ofrecerles lo que pueda hasta que Dios me dé vida", comenta. Cuando reparta las 100 piezas que trae, entrará al santuario y dará gracias a la Virgen, antes de volver por la mañana al trabajo.
José Luis Ramírez descansa en una de las jardineras que rondan otro campamento improvisado en la de los misterios. Caminó con 100 amigos y familiares desde San Pedro Mártir, al sur de la capital. Es la primera vez que viene. Nunca imaginó que hubiera tanta gente y que el trayecto fuera tan extenuante.
María Mariscal ha venido de más lejos, pero su viaje ha sido más cómodo. Voló desde Quito para poder ser parte de las celebraciones y ha quedado impresionada. "La fe y el amor a la virgen nos hizo venir aquí, ella es la Señora de América", relata emocionada junto a un grupo de turistas.
Mientras pasan grupos de peregrinos que lanzan arengas y cantan, los comerciantes tratan de aprovechar el suceso. Las estatuillas pequeñas se venden a 100 pesos (cinco dólares) y las grandes en 150 pesos (ocho dólares). Las pulseras, las medallas y los llaveros de la Virgen son de los productos más solicitados, cuentan los vendedores callejeros, y son más baratos, sólo valen 10 pesos (dos por un dólar).
Las autoridades capitalinas han desplegado 4.000 policías que cuidarán de los fieles, a los que se sumarán unos 5.500 voluntarios que velarán el orden durante los festejos. La Cruz Roja ha hecho un operativo de 30 ambulancias que tratan los estragos del recorrido en las calles aledañas, desde los desgarres hasta los desmayos.
La noche cae y ya casi es tiempo de cantarle Las Mañanitas a La Guadalupana, la canción tradicional mexicana para desearle un feliz cumpleaños. La tradición dicta que su última aparición fue hace 485 años cuando el indígena Juan Diego abrió su ayate (un textil hecho de la planta del maguey) y las rosas desvelaron la imagen de la patrona de México. Los festejos para conmemorar el nacimiento del catolicismo mestizo han comenzado, al tiempo que la sucesión de historias, misas y fieles parecen no tener final.
Fuente: EL PAIS
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Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de todos los Reinos del Virreinato de la Nueva España, en virtud de la bula del Papa Benedicto XIV Non est equidem de 1754.
Máxima extensión del Virreinato de Nueva España, con la incorporación de la Luisiana (1764 - 1803). En verde claro el territorio no controlado de forma efectiva, pero reclamado como parte del Virreinato.
sr. Hyeronimus:
Lo felicito por su guadalismo, mismo que comparto, pero no estoy de acuerdo con que se "inventó" el Imperio Mexicano, este se escindió de la Monarquía Española y se convirtió en sujeto del Derecho Internacional y además el tal Sixto de Borbón NO es rey de España y mucho menos de América, que es el nombre de lo que Ud. con resabios extemporáneos de colonialismo denomina Las Indias. Viva Sta. María de Guadalupe Reinade México y Emperatriz de América!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Disculpe usted, pero S.M. Don Sixto de Borbón Parma, es la persona de la Familia Real Española que reúne en si la legitimidad de origen y la legitimidad de ejercicio que según las leyes de la Monarquía Hispánica han de reunir los reyes de España. Que por las circunstancias históricas y los avatares políticos no lo hayan situado en el Trono, no significa que en su persona no se aúnen los seculares requisitos así exigidos y le corresponda por derecho. A fecha de hoy, y por disposición de Franco, tenemos en la "jefatura del Estado" a dos señores de sangre real, eso sí, pero que aplicando la legislación del Reino de España nunca tendrían que haber sido elevados a tal categoría. Antes de hablar, le ruego que se informe adecuadamente.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Recuerdo a las personas no versadas en estos temas, que S.A.R don Sixto de Borbón Duque de Aranjuez, pese a ser un príncipe católico intachable y reunir, como indica Valmadian, requisitos "de hecho" (o ejercicio) por dicha circunstancia y también "de derecho" según las Leyes Dinásticas (que a mi entender le vienen sobre todo de su ABUELO el Duque de Parma don Roberto I infante de España), NUNCA se ha intitulado a sí mismo como Rey de España ni de las Indias; denominación esta última que nada tiene que ver con "colonias" (sic) sino con los REYNOS DE INDIAS que pertenecían a la Corona de Castilla y por tanto a la Monarquía o Imperio Hispánico exactamente igual que los Reinos peninsulares de Murcia, Galicia, Señorío de Vizcaya etc.Lo felicito por su guadalismo, mismo que comparto, pero no estoy de acuerdo con que se "inventó" el Imperio Mexicano, este se escindió de la Monarquía Española y se convirtió en sujeto del Derecho Internacional y además el tal Sixto de Borbón NO es rey de España y mucho menos de América, que es el nombre de lo que Ud. con resabios extemporáneos de colonialismo denomina Las Indias. Viva Sta. María de Guadalupe Reinade México y Emperatriz de América!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y quien nacía en los Reinos de Indias no era "indígena" o "colono" sino español a todas luces con independencia de su raza. De ahí que se respetara y reconociera hasta el Estamento Nobiliario propio y originario de los indios, reconocido por cartas de nobleza de Castilla (cosa inédita en la historia).
Última edición por DOBLE AGUILA; 13/12/2016 a las 23:58
....Y en efecto; las dos últimas personas que han ostentado la Jefatura del Estado se lo deben todo a Franco (cuya memoria jamás defenderán, ni cuando se ponen estatuas sin cabeza en las calles de Barcelona), lo que constituyó el más grave error que aquel gran soldado de España cometió en su vida y emborronó tristemente su mandato y su legado. Error del que parece llegó a arrepentirse cuando ya era demasiado tarde.
Pero todos los hombres yerran, y cuando se ostenta el poder la trascendecia de dichos errores siempre es mucho mayor.
Última edición por DOBLE AGUILA; 13/12/2016 a las 23:55
A casi 200 años de distancia, en pleno Siglo XXI, discutir sobre la legalidad o ilegalidad de los derechos de Felipin y Calixto es tan ocioso como discutir sobre la reinstauraciòn del pacto de infeudaciòn. Y al propòsito recordemos las palabras de un guerrillero mexicano "no hay màs majestad que la de Dios, màs altezas que las de los cerros, ni màs juntas que la de los rios".
Excepto por el hecho constatable de que "SU" guerrillero mexicano está muerto, enterrado y olvidado, mientras "Felipín" es el Jefe de Estado de España, aparte de la cuestión dinástica, y Don Sixto Enrique reconocido por miles de carlistas en sus derechos vigentes, pues el Derecho Positivo español, es decir, toda la Legislación en vigor, recoge todo el derecho sucesorio, sea el Siglo XXI o el XLII, pues el XXI sigue siendo tan retrógrado, inerme y yermo como el XIX o el XX, si no peor a la vista de lo que se lleva mostrado hasta el momento. Y ello sin contar con que ese derecho está recogido hasta por la vigente Constitución de 1978 de España. Así que para decir tonterías de siglo XXI uno tiene un montonazo de sitios chorras donde soltarlas.
Última edición por Valmadian; 14/12/2016 a las 05:12
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
.......y "no hay mayor ciego que el que no quiere ver", "ni más tela que la que arde", "ni más tonto que el que asó la manteca"A casi 200 años de distancia, en pleno Siglo XXI, discutir sobre la legalidad o ilegalidad de los derechos de Felipin y Calixto es tan ocioso como discutir sobre la reinstauraciòn del pacto de infeudaciòn. Y al propòsito recordemos las palabras de un guerrillero mexicano "no hay màs majestad que la de Dios, màs altezas que las de los cerros, ni màs juntas que la de los rios".
A 200 años de marranadas masónicas a mayor gloria y beneficio de los anglosajones, explotadores de toda hispanoamérica y ladrones de más de la mitad del territorio del Reino de Nueva España (o México); los "derechos de Calixto" (supongo que se referirá a Calixto García el traidor cubano) no pasan de ser nombrado maestro masón o cualquier mamonada al uso. Hoy reposa en el Cementerio de Arlington, junto a sus camaradas a quienes sirvió fielmente: los norteamericanos.
Claro que tiene razón don Valmadian, por supuesto que debe ser un chiste decir que Sixto de Borbón es rey de España y de las Indias, inca del Perú y tlatoani de México o a poco creen que semejantes "chorras" y "asaderos de manteca" son serios.
No hay chiste que valga, me estoy refiriendo a la normativa, a las leyes seculares que regulan la Monarquía Hispánica y que en España se han venido pasando por la entrepierna desde 1830 hasta nuestros días. Hablo de algo que provocó nada menos que tres guerras civiles en el XIX y la participación activa en una cuarta en el XX, y en los que muchos dieron su vida por los ideales de la Monarquía Católica, al grito de ¡Dios, Patria, Rey!, cuyo representante actual es Don Sixto, frente a una impostura ilegal, liberal-masónica. Tiene pelotas que el Auto-acordado de 10 de mayo de 1713, nunca derogado frente a las mentiras de los liberales y masones, incorporado a la Novisima Recopilación de Autos Acordados de 1805 en su Ley 5ª. del Título I del Libro III, sea hoy reproducida en el artículo 57 de la vigente Constitución española de 1978, lo que viene a demostrar que toda la rama dinástica reinante desde Isabel II hasta hoy no son los legítimos titulares de la Corona , sino que el derecho histórico asiste a la rama a la que pertenece Don Sixto Enrique de Borbón-Parma.
Por tanto, y considerando que las consecuencias (efecto dominó) de ello han marcado todas las circunstancias de la vida en España, la cuestión no es un chiste en modo alguno. Si es en cambio triste la traición de un pueblo hacia sus reyes legítimos, dejado llevar de toda clase de intereses, excepto por un grupo minoritario de fieles. Por supuesto, la acumulación títulos es habitual y costumbre entre la nobleza. No necesariamente a una situación de iure ha de acompañar otra de facto, así es común que tal o cual marqués o conde, sean titulares del topónimo de un lugar y, sin embargo, no tener señorío o jurisdicción alguna sobre tal sitio, más aún, en muchas ocasiones ni siquiera haberlo visitado. Así, los reyes, todos los reyes de todos lo países, ostentan títulos que resultan hasta sorprendentes, pues son acumulaciones debidas a las políticas matrimoniales, además de conquistas, o incluso como trofeos de guerra. Para su estudio y conocimiento existen las disciplinas que se ocupan a nivel universitario del Derecho Nobiliario, o los estudios de Genealogía y Heráldica.
Ahora bien, yo entiendo su postura, pues vive y se ha educado en una república, la cual siento tener que recordarle a usted, persona católica, que persiguió a la Iglesia durante muchas décadas hasta el extremo de no permitir que los curas fuesen vestidos como tales por la calle, en el ejercicio de su libertad, o que sus revoluciones hayan sido siempre ideadas e instigadas desde los ámbitos más anticristianos habidos y por haber.
Le puedo asegurar que es serio, y no una chorrada, ver a 500 ó 600 carlistas reunidos en los salones de un hotel de Madrid aclamando a Don Sixto como Rey Legítimo, porque entre esos asistentes había, además, catedráticos de universidad, militares (de paisano), abogados, profesionales de diversos campos, estudiantes, obreros y hasta polícias, ¿cree usted que eso es una chorrada? Un rey lo es para su pueblo, porque su pueblo así lo quiere y reconoce, un rey cuenta con el amor de su pueblo y si no cuenta con eso no es rey de nada, bueno tal vez de su casa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Normativas históricas incumplidas no son cosa de chiste, para que usted lo entienda: México tiene la legitimidad de abrir un pleito reclamando a Estados Unidos Texas en virtud del incumplimiento de los colonos estadounidenses que exigieron la anexión a Texas por E.E.U.U del acuerdo que les permitía asentarse en territorio mexicano a cambio de lealtad de la República de México. Como en el caso carlista, la reclamación es legítima y según el derecho, pero luego entra la problemática de hacer valer el derecho. Los carlistas lo llevamos intentando doscientos años, pero seguimos intentándolo.
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
¿Por qué no atiendes a la argumentación que se te ofrece gratuítamente acerca de la importancia que encarna la figura de don Sixto antes de soltar el clásico desaire con pretensiones burlescas?
No hay nada de ridículo, podrás estar de acuerdo o no pero el meollo de esta cuestión es de gran importancia.
Y sí, afecta también a los territorios indianos pues lo que representa este señor es la única opción de alcanzar algún día la unión, que no unidad, entre los pueblos hispánicos.
Cuando se dice: Las Indias, no se hace desde el resabio colonialista extemporáneo. Quizás usted tenga esa percepción. Es todo lo contrario el llamarlas así cuando se tocan temas de nuestra historia común.
El post o aportación es sobre la virgen de Guadalupe, que viene a ser la misma madre de Jesucristo, como todas las vírgenes, aunque las personas las hayan dado un rostro y atuendo diferente. Y ese legado, lo llevaron a América nuestros ancestros a los que admiramos profundamente tanto acá como allá en América millones.
Uno de ellos fue Hernán Cortés. Gestor de Méjico. Y como dejó escrito: "Les hicimos la guerra. Pelearon. Y con la ayuda de Dios y de la real Ventura de V.A siempre los desbaratamos". Y fue gracias a muchos indios también para que la civilización católica cristiana hiciera posible inventar Méjico. Y estando con, de y para España, Méjico ya tenía legislación de derecho e internacional... Para ello era Virreinato y llamado Nueva España. Otra cosa sería lo que a usted le parezca. Pero leyes y reconocimiento internacional tenía.
Felipin, no caballero. Se llama Felipe. A mí tampoco me agrada su legado e posicionamiento, pero el respeto es señal de educación. A mí no se me ocurriría acudir a un foro ingles a escribir su chabelita ( por su reina). Aún con el daño que antaño aquella pérdida isla nos causó... Por poner un ejemplo.
Y concretamente, si el post es sobre la virgen, ¿Por qué cita usted a Don Sixto?... Es que no veo la conexión.
Y me alegro que, al menos venere a la virgen.
Sobre su último mensaje: ¿Quién exactamente desea la unión, a quien acusa? Luego escribe: Juntos, pero no revueltos... Pues juntos es Unión, hasta donde yo sé. Y sí, como quieran, no revueltos. Claro que si una o un hispanoamericano desea y puede unirse a un o una española, no es usted quien para prohibir esto... Fíjese que la historia nos une. Una misma Fe, un misma lengua, etc. Pero vamos! Que los españoles no necesitamos a quien no nos quiere, no se apure, pese a tanto insurgente adoctrinao, somos muy de valernos por nosotros mismos....Pese a la marrasma que nos inunda. Donde hubo fuego, quedan rescoldos.
Tándem Aquila Vincit
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Salve, llena de gracia; el Señor es contigo..
Bendita tú eres entre todas las mujeres que fueron, son y serán; Reina Virginal, Madre Santísima, Virgen Pura..El Espíritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
Y el Oriente, Luz Verdadera vino al mundo e ilumina a todo hombre y toda mujer como Sol de justicia.
TÚ DIOS mío solo ayúdanos, que nosotros haremos para Su camino.
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