Pero la cancioncilla también dice:
"El preso numero nueve era un hombre muy cabal
iba en la noche del duelo muy contento en su jacal
pero al mirar a su amor en brazos de su rival
ardió en su pecho el rencor y no se pudo aguantar..."
Matar a la mujer y al amante de ésta no es, ni pudo ser jamás, un acto de "defensa de su mujer", ni del honor de ésta porque lo había perdido, sino de rabia pora el agravio. Por eso dice la letra, que expresaba el sentir popular de aquellos días, "pero al mirar a su amor en brazos de su rival, ardió en su pecho el rencor y no se pudo aguantar". Es lo que la justicia llamaría "enajenación pasajera" a consecuencia del dolor de la terrible afrenta sufrida. No sea usted tan duro con la letra de esta cancioncilla, porque también puede que este preso (el número 9) no le tuviera ningún miedo a la eternidad porque no tuviera consciencia de haber cometido ningún pecado. Y justamente por eso, aunque la justicia humana le estuviera condenando, él no sintiera consciencia de haber cometido falta contra el derecho divino. De hecho, podía confundirse (tampoco dice la letra que este hombre estuviera muy versado en leyes, ni tampoco en teología...). La tradición no condenaba su "delito", como aquí ya todos sabemos, aunque las leyes de su país (el autor es mejicano, recordemos...) sí lo hicieran. Muy por seguro que estaba ambientada en tiempos del presidente Plutarco Elías Calles... e imagínese que este pobre esposo agraviado hasta hubiera sido simpatizante del ejército cristero... De eso tampoco dice nada la cancioncilla... pero puestos a sacar conclusiones...........
Sinceramente, mi estimado Hyeronimus, yo no veo rebelión manifiesta contra Dios en la letra de esta cancion. En todo caso, mala baba de su autor y de la cantante progresista de los años sesenta, pero solamente eso. En eso sí que podría estar de acuerdo en el calificativo de "luciferina", pero solo un poquito. En ese caso, el sentir popular habría merecido también ese mismo calificativo, desde los tiempos romanos hasta casi nuestros días (y aún ahora, incluso, aunque muy pocos acertemos a admitirlo). ¿Acaso yo también seré "luciferino"?.
Un abrazo en Cristo
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