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Jesús Fueyo y el Golpe de Estado del 23-F (1981). Su amistad con Fernández de la Mora
https://www.ahistcon.org/PDF/numeros/ayer81.pdf
"...En otro orden de cosas, donde los textos de Fueyo debieron gozar de amplia recepción fue sin duda entre los sectores militares que contemplaban la posibilidad de forzar una rectificación autoritaria del “proceso democratizador”. De hecho, su discurso vino a proporcionar una parte de la cobertura jurídica y doctrinal invocada con posterioridad al menos en la vertiente que propugnaba la «solución Armada».
A este respecto, no sólo la predicción de Fueyo acerca de la «desintegración nuclear de la democracia» era citada en El Alcázar como lógico desenlace a la situación política en los días previos a la asonada militar (Medina,I.: «Los ronquidos de un sistema que agoniza», El Alcázar, 1 de febrero de 1981. La cita estaba tomada de Fueyo, J.: La vuelta de los budas, Madrid, Sala Editorial, 1973, p. 424.) sino que los artículos aparecidos en ese mismo diario bajo la enigmática rúbrica de «Almendros», unánimemente señalados como preludio del 23-F, retomaban en buena medida sus argumentos.
Así, los supuestos previstos por Fueyo para la activación de los mecanismos de defensa constitucional parecían guiar el artículo titulado «La hora de las otras instituciones», pues se justificaba en la parálisis política —provocada por el aislamiento de Suárez y la dificultad del desarrollo autonómico— y la falta de seguridad y orden públicos —fruto del terrorismo de ETA y la crisis económica—la llamada a la intervención del monarca y las Fuerzas Armadas.
Por su parte, en «La decisión del mando supremo» se denunciaba la reducción de los poderes que el jefe del Estado heredara de las Leyes Fundamentales de Franco, al tiempo que se consideraba que, ante «unas circunstancias tan excepcionales como las que vivimos», y dada la libertad de acción que le proporcionaba su«autoridad moral», se abría en cualquier caso la puerta a «la decisión del Rey» de imponer «una solución correctora del reciente proceso político» mediante el nombramiento de un gobierno de regeneración nacional que diseñara una reformaconstitucional, tal y como realizara en 1958 en Francia el general De Gaulle, un «paralelismo que en nuestro caso no resulta forzado» («Análisis político del momento militar», El Alcázar, 17 de diciembre de 1980; «La hora de las otras instituciones», El Alcázar, 22 de enero de 1981, y «La decisión del Mando Supremo», El Alcázar, 1 de febrero de 1981).
A la vista de tales equivalencias, no es de extrañar que el nombre de Jesús Fueyo fuera incluido en numerosas ocasiones entre los integrantes de una supuesta «trama civil del golpe», más allá de que su participación nunca pudiera demostrarse.
El rechazo frontal al anteproyecto de Constitución, propició el reagrupamiento y sintonía establecida a partir de ese momento entre Fueyo y Gonzalo Fernández de la Mora (hasta entonces considerados rivales) "aunque tras haber sido desalojados de sus plataformas de poder y haber visto defraudadas sus expectativas de protagonismo" (sic).
En palabras de otro conocido personaje político de la época, «estos ideólogos no son, ni mucho menos, intelectuales vulgares, sino personas muy inteligentes [...] que creen factible una posibilidad política de perspectivas cada vez más reducidas y consiguen mantener, si no la credibilidad de sus teorías, sí al menos el respeto por sus actitudes y razonamientos».
…Jesús Fueyo fue quedando progresivamente aislado del escenario público, situación agudizada por el fracaso de un intento de golpe de Estado al que tanto sus artículos como los de Fernández de la Mora habían servido en buena medida de sustrato doctrinal. Desde ese momento, ambos compartirían como principal centro de sociabilidad el último reducto de visibilidad institucional de la elite intelectual franquista, la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
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