Revista FUERZA NUEVA, nº 549, 16-Jul-1977
Blas Piñar en las Ventas
LEALTAD A UN PENSAMIENTO Y A UNA OBRA
Discurso pronunciado por Blas Piñar en la plaza de Toros de las Ventas (Madrid), el 10 de junio de 1977.
Otra vez, camaradas y amigos, la democracia liberal impuesta por decreto-ley nos condena a los españoles a pasar de la concurrencia política a la disensión apasionada y al enfrentamiento.
I
Otra vez, las plazas de toros, hechas para la lidia, es decir, para un espectáculo lleno de arte y de color, se transforman en recintos para agrupar multitudes enfervorizadas en torno a ideales contrapuestos.
Otra vez, con una pérdida incalculable de tiempo, de energía y de dinero, tan necesario es un país que arrancó de la miseria, de la incultura y de la desgana, se dilapida todo con una inmensa frivolidad en la farsa de unas elecciones cuyo resultado tiene que decidir el pueblo, cuando el pueblo, aturdido, sofocado, cansado y hasta enloquecido por la propaganda, ya no tiene criterio y no sabe en realidad ni qué vota ni a quién vota.
Otra vez, por la deserción de una parte muy numerosa de la clase política que colaboró con Franco, pero que sólo fue franquista hasta su muerte, aquí está, ante vosotros, la minoría inasequible al desaliento, a la cual ni la huida en desbandada ni el espíritu revanchista, arredra, atemoriza o asusta.
Otra vez, con el corazón ardiente, la voluntad tensa y la mente clara, hay aquí unos hombres:
los que estamos ante vosotros;
los que fuimos contestatarios frente a los Gobiernos desviacionistas de la última época de Franco;
los que negamos nuestra cooperación al llamado “espíritu del 12 de febrero” -auténtico fantasma que ahora persigue a sus creadores-;
los que nos opusimos a la ruptura del Estado nacional y a la reforma política que edulcoraba la destrucción de ese Estado;
los que dijimos que “no” en el Consejo Nacional, en las Cortes y en el referéndum del pasado 15 de diciembre.
Aquí estamos -pocos o muchos- para revalidar nuestras convicciones y para hacer afirmación pública de lealtad al pensamiento y la obra de Francisco Franco.
Si Franco fue un hombre irrepetible, como señala el centro izquierda (UCD);
si su obra solo puede calificarse de gigante, como dice el centro derecha (AP);
si la sociedad española de hoy es diferente, más homogénea, más culta, mejor económicamente dotada, como reconocen los marxistas, habrá que concluir:
-que cuando una comunidad política tiene la suerte de encontrar un hombre de esa talla, le respeta y le pone como ejemplo; y no tolera que se le denigre e insulte;
-que si la obra de Franco fue gigantesca, no parece lo más acertado destruirla con regocijo y celeridad, y
-que la sociedad si la sociedad española que Franco dejó computa tantos factores positivos de madurez, lo lógico es pensar que ello se logró no por arte de magia, sino por obra de un Estado y de una doctrina económica, social y política que Franco recibió del pensamiento tradicional y del pensamiento de José Antonio, que el propio Franco concretó, con los apoyos necesarios en un orden constitucional basado en los Principios del Movimiento.
II
A la situación actual de desmonte no hemos llegado sin causas suficientes para ello.
A) Durante el famoso proceso de Burgos, en que los juzgadores se convirtieron en juzgados, el Régimen quedó herido de gravedad; y el indulto subsiguiente no fue estimado como signo de misericordia del fuerte, sino como trofeo arrancado a la debilidad.
B) El incremento de la acción terrorista en toda España, con el asesinato de españoles de toda clase y condición, llega a su ápice, por razón de su puesto político, con la consumación del llamado “Plan Ogro”, que asesinó, en pleno corazón de Madrid, al presidente del Gobierno y almirante de la escuadra española don Luis Carrero Blanco. Con este crimen, el Régimen no sólo estaba herido de muerte, sino que comenzaba a agonizar, toda vez que los anticuerpos que hubieran podido revitalizarlo, se sumieron en la pasividad serenante ordenada por el ejecutivo.
C) Los síntomas evidentes del cambio, que se disimuló con la frase larga y enigmática de “desarrollo del Régimen a partir de sus raíces institucionales”, no contuvo:
ni el crimen de la calle del Correo;
ni la invasión de la pornografía más repugnante;
ni la legalización de “facto” de las fuerzas políticas adversarias.
Al contrario, y pese a los discursos impregnados de autoridad, continuó el terrorismo, la huelga salvaje y subversiva y empezó la crisis económica y la desconfianza en el futuro.
D) El 20 de noviembre de 1975 -coincidiendo en la fecha con la muerte de José Antonio- se terminó la vida temporal de Francisco Franco, artífice de la España nueva, en una clínica de la Seguridad Social, fruto de sus desvelos.
Desaparecido el último obstáculo, y después de dejarnos como línea de conducta, fruto de su experiencia, su testamento espiritual y político, en el que nos convoca a estar alertas contra los enemigos de España y de la civilización cristiana, comienza con rapidez la tarea de desatar lo que él quiso, confiando en sus hombres, que quedase “atado y bien atado”.
E) Correspondió la puesta en marcha de la tarea al primer Gobierno de la Corona (Carlos Arias), que regresó el sistema liberal
mediante el envío a las Cortes de un proyecto de ley sobre partidos políticos que las mismas aprobaron;
mediante la autorización del Congreso de la UGT, organización entonces ilegal, durante la Semana Santa;
mediante las conversaciones al más alto nivel con el presidente del Partido Socialista Popular de carácter marxista;
mediante el regreso y pública autorización a exiliados de renombre para ofender la memoria del Caudillo;
mediante la prohibición a los combatientes de un acto multitudinario en Madrid en homenaje a Franco, a los seis meses de su fallecimiento.
F) La crisis y la constitución del segundo Gobierno de la Corona (Suárez) tuvo como consecuencia la aceleración del proceso. El canovismo fue superado y ya sólo quedaba por cumplir la obligación contraída no sé dónde ni con quién, de los llamados “reformistas”: “dos semanas, dos meses, dos años”.
G) La Reforma Suárez tuvo en la Cámara legislativa el apoyo, prácticamente incondicional, del centro-derecha (AP); como lo tuvo durante la campaña a favor del “Sí” en el referéndum.
***
Los reformistas, con independencia de su posición en el esquema oficial o fuera de él, coinciden en varias cosas fundamentales:
1º Homologación con los regímenes liberales de Europa Occidental.
2º Autonomías regionales, aunque se maticen con la salvaguarda de que no deterioren la unidad.
3º Pluralismo sindical y reconocimiento del derecho a la huelga.
4º Divorcio vincular, aunque no sea más que para el matrimonio civil, y despenalización del adulterio.
5º Reconocimiento de la objeción de conciencia a la prestación del servicio militar.
6º No al terrorismo, pero sí a la amnistía.
7º Necesidad, en suma, de un periodo constituyente, de una reforma constitucional, en cuyas líneas generales -las del Gobierno- coinciden las dos modalidades centristas (UCD y AP).
Las dos únicas diferencias que yo advierto entre ambas modalidades del centro son:
a) Posturas distintas de la oficialista y de la extraoficial en torno a la legalización del Partido Comunista.
b) Oposición clamorosa a que el señor Suárez, siendo presidente del Gobierno, concurra a las elecciones.
Ahora bien: no es lógico querer la homologación con Europa y escandalizarse por legalización del Partido Comunista. ¿Es que el Partido Comunista no está legalizado en todos los sistemas liberales los países europeos? ¿Es que el PSOE o el PSP no son marxistas? No se puede decir: “quiero homologarme”, y después colocar un dique donde me conviene. Las posturas de centro conducen irreversiblemente a estos absurdos.
No es lógico, igualmente, protestar hasta con algarabía, de la decisión del presidente del Gobierno, y abstenerse del arma legal para impedirlo o intentar impedirlo, que la interposición del recurso correspondiente, que nosotros, aunque lo perdimos, no nos dejamos en el cajón de la mesa.
III
Hoy circulan, como valores entendidos y monedas de curso legal en el mercado de la política electorera, las tesis estereotipadas del inmovilismo, el rupturismo y el reformismo.
En este planteamiento, los inmovilistas seríamos nosotros; los rupturistas, el bloque que califica al franquismo de dictadura y túnel de la Victoria, y que va desde ciertos sectores de la democracia cristiana hasta el Partido Comunista y sus adláteres; y, finalmente, los reformistas serían, con uno u otro matiz, los hombres de centro, los que siempre se profesaron como tales y los que lo eran, pero como discípulos ocultos, cuando gobernaban con Franco.
Pues bien; a mí me interesa, recabando el derecho a la autodefinición, que nadie debe confiscarnos, sin zaherir a nadie y con el máximo respeto a las personas, decir lo siguiente:
1) Que la reforma, tal y como está planteada, no es otra cosa que la ruptura del Estado del 18 de Julio, porque amputa al franquismo de su savia ideológica y doctrinal; y por ello mismo, aunque hoy sea aprovechable para la recluta de votos, mañana, por exigencias del cambio constitucional que explícitamente se acepta, quedará sofocado, extinguido, olvidado y hasta -aunque a muchos les duela- pisoteado y escupido.
2) Que entre esa reforma y la necesidad urgente que el Estado del 18 de Julio precisaba de depuración, perfeccionamiento y dinamismo, hay una enorme diferencia: la misma que existe entre el trasvase de una cuenca fluvial a otra y el dragado y limpieza de las aguas que se contaminan al echar en ellas subproductos que las manchan.
La reforma del “trasvase” no es reforma auténtica de un régimen, sino cambio del mismo. La reforma que depura. perfecciona y dinamiza es más y mejor que reforma; es, como lo hemos dicho en alguna ocasión, renacimiento. (…)
***
Mientras, lo que pudo rectificarse mediante el “renacimiento”, se hace más difícil y enconado con la reforma:
- los guardias civiles “mueren democráticamente” a la puerta de sus cuarteles.
- el falangista Ramiro Figueroa cae asesinado, pero luego la propaganda dice que la muerte se la provocó él mismo por camorrista;
- el industrial de Barcelona, sr. Bultó, muere despedazado por la dinamita.
- el señor Ybarra lleva 20 días secuestrado por ETA
- la excarcelación es el eufemismo que encubre la amnistía para condenados a muerte ya indultados:
- los pesqueros tendrán que venir al estanque del Retiro para arrojar las redes;
- las conducciones de energía eléctrica, los repetidores de televisión se dinamitan;
- la deuda exterior aumenta, la inflación crece, se trata de devaluar la peseta, el paro no es amenaza.
¡Pero qué importa! Sálvese la democracia, aunque España agonice y mueran los españoles. ¿No parece decirnos esto, con desplante, la fotografía de un candidato por Madrid que aparece en la propaganda de cuerpo entero y con las dos manos metidas en los bolsillos?
Creo que nuestras ideas están lo suficientemente claras, o por exposición directa o por contraste con otras diferentes.
***
No os pedimos los votos. Os pedimos que si compartís nuestras ideas y actitudes apoyéis a los que hemos asumido la responsabilidad pública de defenderlas y propagarlas.
¡Arriba España!
(Entre el clamor apoteósico de cerca de 40.000 personas, se entonó el “Cara al Sol”) |
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