Revista FUERZA NUEVA, nº 546, 25-Jun-1977
Los asesinos andan sueltos
No, no es el título genérico de una nueva serie de telefilmes “made in USA” para nuestro bendita Televisión. Nada de eso. Lo cierto, lo triste y dolorosamente cierto es que es el título de una fría y cruda realidad. Una más, entre tantas amargas y penosas realidades como España está viviendo desde el 20 de noviembre de 1975. Muy especialmente desde el infausto verano de 1976. Y ustedes ya me entienden... (*)
Ahora resulta que, mientras en la Alemania Federal, país al que no creo que podamos en buena ley calificar hoy en día de “antidemocrático” o cosa parecida, importantes figuras de su Gobierno hacen declaración formal de reprimir por todos los medios a su alcance el terrorismo y declaran de modo oficial, reproducido en toda la prensa internacional, que todo terrorista político que cometa un delito de sangre “deberá ser tratado como un delincuente vulgar, como un criminal más, ya que ninguna motivación política justifica el asesinato”, vamos nosotros, los “superdemocráticos” españoles de 1977… ¡y abrimos las puertas de todas las cárceles nacionales, para que los asesinos salgan a la calle, y se vayan al extranjero por un corto tiempo -para cubrir, eso sí, las apariencias, que son lo más importante del momento- y luego regresen aquí para seguir ametrallando taxistas, honrados obreros de los que no levantan el puño, guardias civiles y miembros de la Policía Armada, en la más absoluta impunidad. Protegidos por la férrea coraza del generoso indulto real, de la amnistía suarecista y de todo lo que ustedes quieran, llámese como se llame y proceda de quién proceda.
Los “buenos” amigos
Sí, así somos ahora en España. En vez de castigar, excarcelamos. Cuatro jovenzuelos que medran y viven gracias al dinero de sus padres se lanzan a la calle con pegatinas de partidos socialistas o comunistas, con ikurriña y banderas rojas… y, ¡ale!, el Gobierno, dócil a las voces de la turba, atemorizado por secuestros sin resolver y por violencia sin controlar, suelta a todo recluso. Eso sí, recluso vasco, recluso de ETA, de FRAP o de GRAPO, y a ser posible bien bañado en sangre, con tres o cuatro penas de muerte encima, y que apenas llegue a nuestra “amiga” Bélgica, país regido, además, por una reina consorte española, junto a su esposo, el rey Balduino, que pasa sus vacaciones en España, alcen su puño derecho, canten en vasco canciones de revolución y de sangre, y esperen el regreso para proseguir su carrera de “libertadores del oprimido pueblo vasco.” Un pueblo “oprimido” donde la renta per cápita es de las más importante de España (…).
Más tarde será otro buen “amigo”, Holanda, exportador de jugadores de fútbol a España (…) la que ofrezca suelo generoso a los excarcelados vascos y a todo excarcelado político, por muchos que sean los asesinatos cometidos. Incluso presuntos responsables de su implicados en el magnicidio del almirante Carrero irán a parar como vulgares turistas o emigrantes a esas tierras europeas, tan democráticas y liberales ellas. (…)
En otras partes no pasa lo mismo
Inglaterra, lógicamente, trata con dureza a los guerrilleros y terroristas del IRA, y sus componentes son arrestados sin contemplaciones, interrogados duramente en los centros policiales o militares -a veces con acusaciones de tortura, incluso- y no se les deja en libertad por difícil que sea la situación en el Ulster, o por mucho que exijan el IRA por un lado y el reverendo y virulento Ian Paisley por el otro. ¿Por qué? Porque el Gobierno inglés, con todos sus defectos, es un Gobierno fuerte y sensato, que no puedo abrir las puertas de las cárceles a los extremistas, como tampoco lo hacen los norteamericanos (…). Y creo que he mencionado a países eminentemente “democráticos”. De la verdadera democracia, claro, no de esa otra que, en China roja, por ejemplo, fusila en veinticuatro horas a ocho jóvenes acusados de ¡hacer pintadas en las paredes! (…)
Todo resuelto con las urnas
Ahora, con las elecciones celebradas, todo aparece diáfano y limpio. Para el Gobierno, cuando menos y para los excarcelados, que se ven libres y haciendo turismo en el extranjero. Supongo que incluso les pasaran una pensión vitalicia a los pobrecitos. ¡Faltaría más!...
Sí. Todo se ha cumplido. Amnistía total, incluso para los que mataron sin piedad, por la espalda por sorpresa.
Ahora, los alcaldes vascos no tienen ya que molestarse en dimitir. Los obispos del Norte no tienen que pronunciar homilías acusando a las fuerzas del Orden Público de duras represiones sobre los “inocentes manifestantes” que manejan cócteles molotov, piedras, ladrillos e incluso armas de fuego. Ni para los que queman coches, autobuses y destrozan comercios, enarbolando banderas extranjerizantes o rojas y republicanas. No, ahora ya tienen motivo de regocijo muchos de nuestros religiosos, los que simpatizan más con el puño en alto -olvidando que ésos fueron los que quemaron sus iglesias y acribillaron a sus compañeros de sacerdocio-, los que negaron misas en memoria de Francisco Franco. Los que, en cambio, se apresuraron a autorizar y bendecir paternalmente las misas por los legalmente ejecutados miembros de ETA o de FRAP, confesos y convictos de asesinato. (…)
J. S. M. |
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