Menudo revoltijo. Y además del anacronismo y el absurdo de afirmar la pertenencia a la Masonería de Santo Tomás de Aquino (¡al que llega a llamar mago!) y San Alberto Magno llega a afirmar que Pío IX también fue masón, y a hacer un mártir de la "temible" Inquisición a un sinvergüenza como Cagliostro, que se recorrió Europa estafando a medio mundo. ¿Para qué seguir?
Si la Masonería se oculta, es por algo. Huye de la luz porque sus obras son malas. Y si no, que den la cara y se dejen de tanto secreto. ¿O será que temen que la gente se ría de ritos tan ridículos que practican?
Es inútil. Aunque traten de infiltrarla y destruirla, las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia.
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