No es ninguna molestia jasarhez.

Cuando hacía referencia al cheque escolar, cheque médico, etc..., era por utilizar conceptos que quizá fueran más cercanos a nuestro ambiente que el de dividendo social. Pero aquéllas políticas sólo las señalaba como remótamente análogas o semejantes a las del dividendo social, no que fueran lo mismo (y, ni mucho menos, que yo las considerara como la solución ideal).

La crítica que subyace al sistema de la Seguridad Social es la misma en todos los que abogan por una renta dineraria para la población: deshacerse de las molestosas condiciones por las que se tienen que pasar para obtener la renta de la S.S. (que para colmo es una renta insuficiente, actualmente). O dicho con otras palabras, la estabilidad económica, si bien debe dar seguridad, no debe ser a costa o con menoscabo de las libertades o de la iniciativa privada.

La política del dividendo social ha tenido y tiene numerosos partidarios entre los economistas desde el punto de vista teórico, y también se han llevado a la práctica (de manera imperfecta) en algunos casos.

A nivel teórico, lo han defendido algunos liberales como Milton Friedman con el nombre de Impuesto Negativo sobre la renta (el pasado 4 de Octubre salió incluso en la Tercera del ABC defendiéndolo Guy Sorman); también lo defienden con el nombre de Ingreso Básico otros economistas ortodoxos como Jordan, Parker, Purdy o Walter (que hacen recaudar este ingreso quitándolo a otros por los impuestos) y Meade, O´Brian y Olson (que abogan por una renta que no se recaude por impuestos a otros miembros de la comunidad, sino por otros medios).

En la práctica ya Vázquez de Mella defendía en el Parlamento revolucionario alfonsino la posibilidad de crear un fondo a partir de lo recaudado en el arancel a las importaciones para con él reducir la Deuda Nacional y rebajar los impuestos (medida que, por cierto, llevaría a la práctica Echegaray). Hoy en día cabe destacar el caso de Alaska en el que se reparte un dividendo anual a todos los ciudadanos del Estado (se recauda de fuera del Estado por medio de impuestos a la exportación y principalmente por los royalties procedentes del uso petrolífero de su suelo). También cabe mencionar la referencia hecha por el actual poseedor de la potestad legítima española a título (por ahora) de Regente, D. Enrique de Borbón, al Régimen del Coronel Gadafi y el dividendo mensual que éste repartía a sus ciudadadanos procedente de la exportación de petróleo antes de la invasión de los judeoconservadores occidentales.

Se ha destruido al único país africano de situación social razonable. Con los recursos del petróleo, el Estado proporcionaba a cada familia el equivalente de entre cuatro y cinco mil euros mensuales. Cualquier iniciativa empresarial de un súbdito libio era sufragada por el Estado. Datos como estos muestran la falsedad de la pretendida desesperación del pueblo libio difundida por casi todos los medios occidentales.
Estos son ejemplos de cómo funcionaría, más o menos, la aplicación del dividendo social (que sustituiría a todo el innecesario aparato de la Seguridad Social). Evidentemente ese dividendo no se generaría por los medios indirectos antes señalados (aranceles a la exportación y a la importación, de los impuestos de otros ciudadanos, de la exportación de petróleo, de los royalties del uso del suelo, etc...) sino que se generaría directamente creándolo como dinero nuevo libre de deuda. Cabe destacar, en este sentido los trabajos de la economista Frances Hutchinson de la Universidad de Bradford, y fiel continuadora de los postulados económicos de C.H.Douglas.