Elecciones trucadas. Monarquía real ya

Agencia FARO

Madrid, 23 mayo 2011, festividad de la Aparición del Apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo. El sufragio universal, escribió don Félix Sardá y Salvany, es mentira universal. Cuando unas elecciones municipales y autonómicas se celebran y se analizan en clave de elecciones generales, la mentira es aún mayor. Contra esta práctica (habitual ya en la democracia juancarlista) se advertía el pasado 7 de mayo, en el seminario de formación del Círculo Cultural Antonio Molle Lazo "Tradición constitucional y constitución tradicional del municipio. Pueblos, villas y ciudades ante las próximas elecciones".

Y así ha sido. Cegados por décadas de tiranía política y mediática, angustiados por la pavorosa recesión en que las políticas gubernamentales y europeas han sepultado a España, espoleados por una jerarquía eclesiástica liberal y suicida, muchos españoles han vuelto a votar en esa clave en las elecciones autonómicas de trece de las comunidades autónomas, más las dos ciudades autónomas, de las diecisiete en que la Usurpación tiene divida a lo que de España queda, y en las elecciones locales (ayuntamientos, diputaciones y cabildos insulares) en todo el territorio. Y lo han hecho en favor de esa izquierda vergonzante que se hace llamar "centro-derecha": el Partido Popular, principalmente; más la coalición Convergencia y Unión en Cataluña, el PNV en las Provincias Vascongadas, UPN en Navarra, el PRC en el territorio ahora conocido como Cantabria y la recién aparecida escisión del PP en Asturias, el FAC.

La primera distorsión a la que se han arrojado políticos y medios del sistema ha consistido en hablar de la "gran victoria" del PP y del retroceso de la abstención. Como veremos a continuación, según los resultados oficiales provisionales de las elecciones del domingo 22 de mayo, ambas afirmaciones son falsas. Empecemos por las elecciones locales, que por su cercanía al español de a pie deberían ser las más importantes y son, en cambio, las más ninguneadas.

El Partido Popular crece, es verdad. Pero crece muy poco, teniendo en cuenta la desastrosa gestión del Gobierno de Rodríguez Zapatero y de los ayuntamientos y diputaciones en manos del PSOE: el PP pasa de 7.916.075 votos en 2007 a 8.474.031 en 2011. Es decir: un aumento de poco más de medio millón de votos, sobre un censo de treinta y cuatro millones y medio de votantes potenciales. A esto debe añadirse la trampa de la ley D'Hondt, que regala a las candidaturas elegidas los votos válidos que no alcanzan representación, votos en blanco incluidos. La diferencia sobre el Partido Socialista se debe más bien a la caída en votos de éste: casi millón y medio de sufragios perdidos, de 7.760.865 en 2007 a 6.276.087 en 2011.

Crecen también moderadamente los votos en favor de Izquierda Unida, a pesar de que esta coalición se coaliga a su vez con el PSOE siempre que puede y está salpicada de los mismos casos de corrupción y pésima gestión de los socialistas. Y crece espectacularmente la nueva marca electoral de ETA, Bildu, que --como los lectores de FARO saben-- ha podido presentarse a estas elecciones gracias al Tribunal Constitucional y al acuerdo entre el PSOE y el PP, coaligados de hecho en el gobierno autónomo vasco. En Guipúzcoa, la provincia vasca más aterrorizada desde hace cuarenta años, "gana" Bildu con el 34,60 % de los votos emitidos (y con una abstención del 37,27% del censo, notablemente superior a la media nacional; es decir, muchos más votantes que Bildu). En Álava (con abstención también superior a la media nacional), en cambio, gana claramente el PP por número de votos, pero queda el tercero en el de concejales, por detrás del PNV y de Bildu: el chantaje nacionalista es más fuerte cuanto más pequeñas son las poblaciones. Y el PP ha abandonado a los pocos valientes que se atrevían a desafiar al terror separatista.

La abstención general apenas decrece: pasa del 36,03% en 2007 al 33,77% ayer, a pesar de la intensa campaña para llevar a los votantes a las urnas. Crece, además, el rechazo a las elecciones en otras formas: los votos nulos pasan del 1,17% hace cuatro años al 1,70% en estas últimas votaciones. Los votos en blanco, otra forma de rechazo (bien que torpe, pues como se ha dicho más arriba estos votos se computan en favor de las candidaturas más votadas), crecen del 1,92% en el año 2007 al 2,54% ayer. En total casi un millón de votantes que repudian la farsa, que se añaden a los casi doce millones de abstencionistas. Es decir: veintidós millones han votado a las candidaturas presentadas; trece millones las han repudiado. Trece millones, al lado de los ocho y medio de votos recibidos --muchos de ellos por personas que han votado tapándose las narices-- por el partido que se está declarando vencedor, el PP. Recuérdese, por cierto, que la Comunión Tradicionalista pidió la abstención, con unas pocas excepciones en las elecciones municipales, a las que más abajo nos referimos.

En Cataluña casi la mitad de los censados con derecho a voto, el 44,99%, ha optado por la abstención. Esta región da otro de los escasos datos positivos de ayer. La Plataforma por Cataluña (PxC) obtiene, según los datos provisionales oficiales, al menos sesenta y siete concejales. Parece que las impugnaciones de arbitrariedades en las mesas electorales van a conseguir que se reconozcan otros dos concejales más elegidos en Reus, y puede que en otros lugares. PxC obtiene concejalías en la segunda mayor ciudad de Cataluña, Hospitalet de Llobregat; así como en Mataró, Santa Coloma de Gramenet y Sant Boi del Llobregat. Se consolida y aumenta en Vich, en Olot y en El Vendrell, y obtiene concejalías en Manlleu, en Salt y en Ripoll. La Comunión Tradicionalista había autorizado el voto a las candidaturas de PxC, con los mismos criterios que a las candidaturas municipales independientes. Parece que los elegidos cumplen dichos criterios. Enhorabuena, pues.

Como pequeña nota al margen, constatemos el completo fracaso del llamado "Partido Carlista-E.K.A.". A pesar de cierta cobertura por parte de los medios, especialmente de los nacionalistas, las dos candidaturas municipales que el falso partido carlista consiguió presentar --Bilbao y Pamplona-- han quedado las últimas, por debajo del centenar de votos. Las que presentó a las "Juntas Generales" de Vizcaya han obtenido resultados aún más ridículos, como los cinco votos de Ermua. La impostura tiene cada vez menos éxito.


Parecido análisis puede hacerse de las elecciones autonómicas. En Navarra, la vieja UPN-PP, fragmentada en las candidaturas de UPN, PP y CDN, obtiene sólo 23 escaños (19 UPN y 4 el Partido Popular) de los 50 que tiene el Parlamento autonómico (mal llamado "Foral"). Aquí también aparece con fuerza la proetarra Bildu, con 7 escaños, que se suman a los 8 de Na-Bai y a los 3 de la variante regional de Izquierda Unida. El PSOE obtiene 9.

En Asturias, donde quizá sea más aguda la percepción general de que PSOE y PP son exactamente lo mismo y actúan de hecho coaligados, ambos partidos se derrumban ante la irrupción del nuevo formado por el ex Vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez-Cascos. el FAC ("Foro Asturias") que obtiene 16 escaños en el parlamento autonómico, por 15 del PSOE, 10 del PP y 4 de Izquierda Unida. Parecidos resultados se dan en los dos principales concejos de la región, Gijón y Oviedo; aunque en el conjunto del Principado el PSOE pierde pocos concejales en las municipales. Se da la paradoja, sin embargo, de que el citado Álvarez-Cascos sea él mismo compendio de los peores vicios del PP y del PSOE.

Mención aparte merece también Melilla, donde (con una abstención del 37,89%) el Partido Popular ha obtenido un holgado 53,93% de los votos emitidos. A pesar, sin embargo, de la aberrante política pro mahometana seguida por el PP en esta ciudad (al igual que en la villa de Madrid y en la comunidad autónoma del mismo nombre), que ha llegado a oficializar la salvaje fiesta mahometana del cordero, en una ciudad donde no había presencia de moros hasta la década de 1950, la llamada "Coalición por Melilla", partido mahometano integrado en la comunista Izquierda Unida, y manejado desde Marruecos, ha desencadenado una oleada de violentos disturbios, motines, incendios y agresiones --prácticamente ignorada por los medios del sistema-- desde que se conoció que sólo obtenía el 23,70 % de los votos. Los responsables de dicha CpM habían obtenido una fetua o decreto prohibiendo votar por "cristianos", procedente de un muftí de Jordania; lo cual se supo en las mismas fechas en que el "Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso" y el "Real Instituto para Estudios Interreligiosos" de Jordania celebraban en el Vaticano un coloquio con el escandaloso título "Valores humanos y religiosos compartidos por cristianos y musulmanes para una educación común".


En resumen: tras el despilfarro electoral, retrocede --un poco-- el liberal, laicista, europeísta, abortista, divorcista, proseparatista y aberrosexualista PSOE; avanza --un poco-- el liberal, laicista, europeísta, abortista, divorcista, proseparatista y aberrosexualista PP. Los municipios españoles quedan en manos de la misma espesa trama caciquil y progresista que los dominaba hasta ahora. La oligarquía sigue tan tranquila como en la víspera. La derecha sociológica respira aliviada; la izquierda sociológica, con el pequeño avance de IU y el gran avance de Bildu-Batasuna, también. España, hoy, está peor que ayer. Son las consecuencias del sufragio universal, aderezado con eso que llaman "mal menor" y "voto útil".