Re: Sobre el exceso de tecnología.

Iniciado por
GuillermoHispano
Tengo la convicción de que el sistema tecnológico, es el contraideal al estado de naturaleza. Se ha de elegir entre uno u otro, porque la tecnología industrial y post industrial, busca expandir infinitamente el poder de este.
Además, a riesgo de caer en el materialismo, es evidente que los cambios tecnológicos, sobretodo si crecen de una forma desmedida (como en la actualidad), cambian las costumbres y por lo tanto los valores de las personas cuyas sociedades son tecnófilas.
Es que debe ser al revés: la tecnología al servicio del hombre, no el hombre al servicio de la tecnología. La Religión, la Tradición, las costumbres, los valores, el conocimiento, debe estar por encima de la tecnología.
No debemos rechazar la tecnología, sino no tendría sentido que usemos estas máquinas por la cual nos estamos comunicando; debemos usarlas para el bien. Una cosa es usar internet para entrar a páginas católicas como este foro, otra cosa es usarla para cometer delitos informáticos, como estafar, hackear, etcétera...Una cosa es que en la televisión dieran buenos programas católicos, otra cosa es que ahora la utilicen para mostrarnos programas anti-cristianos...Y así sucesivamente. ¡Cómo me gustaría que en mi país hubiera al menos un canal de televisión exclusivamente católico! (Bueno, si ni siquiera hay un programa católico; y cuando aparecen curas por televisión por lo general son herejes de la teología de la liberación o carismáticos, y si es un sacerdote de verdad, sólo lo invitan al programa para burlarse de él).
He aquí un ejemplo de tecnología moderna usada para el bien: click aquí.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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