Una excelente forma de centrar un debate en torno a Cicerón consiste en una lectura -o relectura, según los casos-, de sus propias obras. Sino se corre el riesgo de hacer interpretaciones erróneas o, peor aún, poner en boca suya lo que nunca dijo. Para el tema del hilo, en mi opinión sería conveniente seguir este orden:

Tratado de las Leyes

Contra Lucio Catilina, los cuatro discursos conocidos como Catilinarias

En cambio, tiene menos importancia el Tratado de la República que es propiamente dicho un análisis de La república de Platón.