Soy de los afortunados que estudiaron con el antiguo Plan, con todos sus defectos, pero muy superior en todo al actual que no es sino lo que Ortega y Gasset llamó la barbarie del "especialismo" -La rebelión de las masas Cáp., XII-, y no es algo que vayamos a pagar en un futuro, sino que ya lo estamos pagando. Pero hay algo más, y es que el alumno avisado y que se da cuenta, no gana nada con quejarse y ha de poner soluciones por sí mismo. Alguien que hoy hace esa cosa que llaman "grado", antes "Primer ciclo", después "Diplomatura", es evidente que no hará nada sin la cursilada de un "master", antaño la "Licenciatura", con tesina o sin ella, pero que conformaba el "Segundo Ciclo", así que deberá buscar como resolver las carencias que le surjan. Lo cierto es que los "másteres" surgieron en España como "buscadores" de futuros ejecutivos de altos vuelos, eso sí, a costa de sus propios bolsillos, pues los "másteres" los organizaban escuelas de negocios de acuerdo con los Bancos que "generosamente" hipotecaban a los incautos que se matriculaban en semejantes proyectos. De ello se beneficiaban los organizadores -"la pasta" había que devolverla con los usureros intereses al banco prestamista-, la escuela correspondiente -o academia de altos vuelos, se forraba con la participación-, y las grandes empresas "pescaban" así a los futuros directivos ya "formados", con lo que se ahorraban un pastón en eso. Y así todos contentos.

Pero uno de los pecados capitales de España es la envidia, y por dicha causa empezaron a aparecer -tímidamente, eso si-, los "másteres" universitarios, pues los Bancos no iban a financiar, ni a las empresas interesaban, "Máster en pensamiento platónico y su aplicación a la ética del Modernismo", por decir la primera chorrada que "se me viene a la mente". Sin embargo, no era raro encontrar a gente que acabando de terminar su licenciatura en Filosofía y Letras, ya estaban matriculándose en el "master" antes mencionado y que eso si, no resultaba tan oneroso. Los caros quedaban para los que salían de ICADE-ICAI. Este fue el laboratorio, perdón, la cocina, en la que se fue preparando el potaje que hoy estáis viviendo para vuestro solemne perjuicio muchos de vosotros, como si tuviéseis la culpa por no haber nacido antes.

¿Qué podéis hacer? Veamos, ir al extranjero está muy visto ya y dentro de nada el "mundo-mundial" estará saturado de españolitos con el titulín boloñés debajo de la axila. Aquí, a pasar "jambre" que diría el gitano, pero con un marco encerrando el papelajo colgado de la pared. A no ser que os hagáis vuestro propio currículo, aunque no a costa de soltar pasta porque las becas Erasmus son para comprar el pan solamente. Y ese currículo se empieza a fabricar por abajo. Un consejo aunque ni os gustará, ni haréis caso: después de acabar haced un módulo superior de formación profesional. Se trata de acceder, de eso que se dice "poner una pica en Flandes", luego, ya vendrán otras cosas. Lo que os pierde es no saber qué, cómo, cuándo y dónde. Mientras tanto, el alimento intelectual -y espiritual-, se puede ir adquiriendo por cuenta propia. Nada impide ser autodidacta en aquello que más gusta, y hasta con el tiempo llegan las oportunidades también en eso.