Cita Iniciado por Regino de Alarcón Ver mensaje
- te animo a que te leas el capital de marx y el manifiesto comunista. Ni se hace apología hacia la violencia, .


Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895)

Hegel influyó en Marx por su dialéctica y su método, que va de lo abstracto a lo concreto, aborda la unidad en su complejidad, sus contradicciones y su constante movimiento y explica su transformación a partir de la contradicción de sus componentes.

Toda contradicción conduce al desgarramiento y a la destrucción interna, es decir, al conflicto violento. Esta dimensión violenta de la contradicción dialéctica, Marx la toma de la dialéctica del amo y del esclavo de Hegel, traduciéndola en la dialéctica del proletariado y la burguesía; en otros términos, en la lucha de clases en la sociedad capitalista.

Para Marx el surgimiento del capitalismo resulta de una multiplicidad de hechos violentos sin los cuales no se puede explicar hermenéuticamente su desarrollo. Demuestra el mismo realismo que Maquiavelo al referirse a la violencia cómo una constante en la historia. Describe, por ejemplo, las conquistas coloniales con el correspondiente sojuzgamiento de los pueblos y explica como la colonización fue la base de la acumulación originaria del capital y premisa para el desarrollo de la sociedad capitalista. Fue una de las etapas más sangrientas y bárbaras de la historia, estuvo sellada por la esclavización y el exterminio de millones de seres humanos, los saqueos, las guerras entre señores feudales, la explotación y expropiación violenta de tierras y de destrucción de las culturas. Sin el colonialismo, el capitalismo no se hubiera desarrollado. 9

La colonización tuvo lugar a la par con el reparto del mundo entre los grandes imperios europeos, trajo consigo las guerras por el mercado mundial:

El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conservación del continente africano en cazadores de esclavos negros: son todos estos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista.

Estos procesos idílicos presentan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria. Tras ellos, pisando sus huellas, viene la guerra comercial de las naciones europeas, cuyo escenario fue el planeta entero). 10

Prevaleció la violencia económica, la cual de manera inmediata, para Marx, se conjugó desde sus inicios con la dimensión política objetivizada en la lucha por el poder público entre los sujetos históricos del capitalismo o, mejor dicho, entre los que están ligados directamente a la producción capitalista: el proletariado versus la burguesía.

No hay duda de que el desarrollo del capitalismo europeo se benefició de la acumulación originaria del capital, basada en la violencia y en la explotación de América y de las Indias Orientales. Eso significa para Marx que la violencia tiene sus bases en la dimensión económica. De igual manera, en su obra Anti-Dühring, Engels escribe que “en todas partes y siempre, son las condiciones económicas y los medios del poder económico los que posibilitan la victoria de la violencia”. 11 Ambos consideran que la violencia no es más que el medio, mientras que el fin es adquirir el poder económico y político, coincidiendo con Maquiavelo para quien el fin justifica los medios. Más aún, señala que la violencia que proviene de la acumulación originaria está vinculada a la producción de armamentos como una rama particular de la producción general. En otros términos, dice Engels, son “los medios materiales a la disposición de la violencia” de las grandes potencias imperiales los que permiten adquirir y conservar el mercado mundial. Por otra parte, señala que la violencia del Estado, concentrada en el ejército, además de representar un alto costo, no produce dinero. Sino que se “apodera del dinero ya hecho”. 12 Efectivamente, por una parte, la industria armamentista cambia radicalmente el arte de la guerra, las relaciones políticas de dominación y vasallaje, así como el mapa político mundial y, por otra parte, la violencia que por sí misma no produce dinero, sí es el medio para apropiarse de él, de la tierra, de los medios de producción, del capital y del poder político, es decir, del Estado.

De tal manera que, para Marx y Engels, la violencia no se presenta de manera aislada y pura, está en todas las dimensiones de la vida social. Su presentación en el escenario es diversa, pero con distintas facetas que se derivan de las condiciones económicas. Sin ella, la sociedad sería un ente estancado sin movimiento y sin historia. El drama de la historia es que es violenta y revolucionaria, es la dialéctica del desgarramiento y destrucción interna, es la vida y la muerte, es lo nuevo contra lo viejo, es la fecundación del devenir histórico. En este sentido Marx escribe en El Capital que toda la sociedad vieja gesta una nueva sociedad como potencia económica. 13 Engels reafirma esta concepción marxista en Anti-dühring al afirmar que la violencia es el instrumento que permite al movimiento social romper las viejas estructuras.

La violencia es histórica porque siempre ha estado presente en el interior de la sociedad, presentándose en cada una de sus etapas, sirviendo como medio para pasar de una formación social y económica a otra. La naciente sociedad crea poco a poco sus contradicciones que la hacen ser en su unidad y en su movimiento, su caducidad y su muerte. De ahí que, en la concepción de Marx y Engels, la violencia en la historia sea revolucionaria porque trasforma radicalmente cualquier etapa de la sociedad: esclavista, feudal, y burguesa. Por ejemplo, escriben en 1848 en el Manifiesto del Partido Comunista que en la historia, la burguesía ha desempeñado un papel altamente revolucionario porque fue capaz de destruir las relaciones feudales y su poder, creando nuevas relaciones sociales de producción, de revolucionar las fuerzas productivas y la cultura, de desarrollar el mercado mundial y de crear un nuevo poder, el Estado moderno. Insisten en el hecho de que “las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al feudalismo se vuelven contra la propia burguesía. Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios”. 15 Aquí la violencia es violencia revolucionaria.

La lucha por el poder entre las clases es la que constituye la fuerza impulsora de la política porque, en esa confrontación, según la concepción de Marx, cada clase tiene su propio ejército: uno dirigido por el Estado y el otro, por el partido. Este último es el que se encarga de la táctica y la estrategia de la revolución proletaria. En este sentido, Marx y Engels reconocen que los comunistas no ocultan sus ideas y propósitos, proclamando abiertamente sus objetivos, los cuales serán alcanzados solamente cuando se logre derrocar el orden existente. Al fin y al cabo, el proletario nada tiene que perder “más que sus cadenas” y mucho que ganar: su liberación.

Marx y Engels no elaboraron un teoría del Estado que les permitiera un análisis más completo y acabado sobre el funcionamiento de éste con relación a la sociedad, de la misma manera por lo que concierne a las clases sociales y el partido fueron proyectos que dejaron incompletos. En sus obras solo aparecen esbozos claros del papel que desempeñan el Estado, las clases sociales y el partido en la lucha de clases a lo largo de la historia. Sin embargo Marx define cada una de las clases en el tomo III de El Capital y en su obra sobre las Teorías de la plusvalía en el apartado sobre el trabajo productivo e improductivo. También tiene presente la noción de Estado en la Crítica de la filosofía del Estado en Hegel, donde habla con claridad de la separación del Estado de la sociedad civil, de la burocracia, de la política y del ejército como engranaje “formal” del Estado. En su escrito Sobre la cuestión judía, se refiere al Estado político como órgano necesario de dominación de la sociedad civil. En El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, escrito en 1852, considera que el Estado se neutraliza como Estado constitucional o República parlamentaria; que no es más que “el juego de los poderes constitucionales” que se da entre el poder ejecutivo y el legislativo, resultado del juego electoral. Por su lado el poder legislativo elabora las leyes para legitimar la violencia organizada del Estado y sostenerla.

En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884), Engels afirma que el Estado surge como una necesidad desde el momento en que emergen el desarrollo económico y las clases sociales:

El Estado antiguo era, ante todo, el Estado de los esclavistas para tener sometidos a los esclavos, el Estado feudal era el órgano de que se valía la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos y el moderno Estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado. 18

Marx y Engels son concientes de que el Estado moderno, parlamentario o República democrática, no se puede conciliar armónicamente a las clases; llámese como se llame, es el poder político de una clase en el poder que explota y oprime con violencia a otra clase, porque es al interior de su formación social donde se realizan las contradicciones de clase.

Para que el proletariado pueda defender sus intereses, tiene que conquistar el poder político del Estado mediante la revolución permanente, no sólo en un país, sino en todo el mundo. La describen con nitidez en marzo de 1850 en el Mensaje del Comité Central a la Liga de los Comunistas, definiendo el carácter permanente de la revolución y en La ideología alemana (1856) en el contexto mundial. 19 Esta revolución debe extenderse en todo el mundo porque las fuerzas productivas se desarrollan no solamente a nivel local sino a nivel mundial, el mercado y el capitalismo son una prueba de ello. La otra razón es que “el proletario sólo puede existir en un plano histórico-universal, lo mismo que el comunismo, su acción, sólo puede llegar a cobrar realidad como existencia histórico-universal”. 20 Por eso es que Marx y Engels apuestan a la utopía de dicha revolución: ésta debe iniciar con la revolución democrática-burguesa y conducir a la revolución socialista y luego al comunismo mundial.

Por otra parte, el carácter permanente de la revolución se conjuga con tres movimientos dialécticos entre sí, a saber.

En primer lugar, la teoría de la revolución permanente comienza con la revolución democrática. Este es el inicio histórico. Marx lo percibió así con la revolución burguesa de 1848 que consideró como preludio de la revolución proletaria.

En segundo lugar, la teoría de la revolución socialista como tal. Significa que durante el tiempo en que dure la lucha interna del proletariado, se transforman poco a poco todas las relaciones sociales.

Por último, el carácter internacional de la revolución socialista se debe a que todo el proceso de la producción capitalista está presente a nivel mundial, desde los productores directos de la producción, la mercancía, el dinero, el capital, la división internacional del trabajo y el mercado. Se trata de una economía mundial que rebasa con creces a las economías locales.

En el caso de la clase obrera, su lucha tiene como finalidad transformar la sociedad capitalista y establecerse como poder en el Estado, que no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado. Esta posición, ya la había planteado Marx en la Correspondencia a J. Weydemeyer el 5 de marzo de 1852, 21 como tránsito hacia una sociedad sin clases y la abolición de la propiedad privada. Lo que nos interesa subrayar aquí es el deseo de poder transportar ineludiblemente la violencia del Estado a las manos del proletariado quien, al ejercer el poder, adquiere el mismo derecho de usar la violencia hasta que desaparezcan las clases sociales.

En suma, tanto Hegel como Marx coinciden en la lucha a muerte revolucionaria por la liberación y en la necesidad de la violencia en la historia como base para el desarrollo de la humanidad. La violencia ha sido y es histórica, manifestándose en las distintas formaciones sociales, transformándose en cultura que pasa de generación en generación. Violencia entre países colonialista y guerras imperialistas; violencia ejercida por el Estado y revolucionaria, luchas de clases, etc. Para ambos pensadores la violencia es humana y universal, que se consigue en la lucha por la vida o la muerte como premisa de la libertad.


http://www.kmarx.wordpress.com/2014/...-hegel-y-marx/