Bueno Aliocha, lo cierto es que este tema es sobre jóvenes que han perdido los valores porque la generación de sus padres y también de sus abuelos (algunos "sesentayochistas" ya lo son), no se los han transmitido y es que, al fin y al cabo, esas generaciones son buena parte de la sociedad que ha venido renunciando a lo que realmente justifica la existencia, en favor del hedonismo y la directa dependencia del consumismo, de ese "estado del bienestar" que da seguridad a cambio de obediencia, sometimiento, "pan y circo".

Pero esto no tiene nada que ver con las referencias a adventistas, testigos de Jehová o ecologistas en sus facetas apocalípticas, de amenazas de asteroides, bombas nucleares o derretimiento de los polos (por cierto que el Polo Sur ha tenido el mayor crecimiento de hielo en sus costas desde 1974, año en el que empezaron las observaciones aéreas: nada menos que un 70 % más).

Cuando nosotros, en sentido muy general pues ese "nosotros" creo que abarca algunas tendencias aunque con elementos comunes, y que por cierto "no somos los fariseos" y te pediría que abandones el uso de ese término que ya has repetido en varios mensajes en diferentes temas para referirte a ese "ustedes los tradicionalistas". Repito, cuando nosotros nos referimos al Apocalipsis, lo hacemos al recogido en el Nuevo Testamento, el de San Juan. No tiene fecha definida, habla en muchos aspectos de forma un tanto críptica y usando metáforas para indicar cuestiones que no deben ser malinterpretadas... Además, no sólo el evangelista nos indica ciertos hechos que han de acaecer, también se recogen en el Antiguo Testamento en Daniel, u otras veces son palabras de Jesucristo. Sabemos que habrá una Segunda Venida, sabemos que antes deberán suceder una serie de acontecimientos terribles, y muchas de tales señales que se predijeron entonces, se parecen demasiado a los acontecimientos que convulsionan el mundo hoy día.

Por otro lado, lo que se entiende por "fin del mundo", no ha de confundirse con "fin de los tiempos". Lo primero ya ha sucedido antes y lo hemos mencionado con otros términos: fin de las civilizaciones de las que ya han desaparecido veinticinco. Lo que sucede es que la civilización actual es global, abarca todo el planeta y su desaparición será mucho más traumática. ¿Acaso no es el fin para aquellos que han visto caer su mundo, su diario acontecer, su ciudad, su cultura...? Y todo lo que en este mundo hay tiene un principio y tiene un final.

No obstante, siempre hay un riesgo evidente de que suceda una hecatombe, hasta una extinción masiva súbita: para que esto último sucediese bastaría con que una estrella masiva supernova razonablemente próxima explotase en un estallido de rayos gamma dirigidos hacia nuestro mundo. Y este fenómeno, aunque tiene una probabilidad infinitesimal de que nos afecte, sin embargo es posible y en la historia biológica de la Tierra ya ha habido varias de esas extinciones. Es decir, este ejemplo debería servirnos para concienciarnos de que son muchísimos los riesgos para esta "civilización feliz", hasta si al Sol le diese por estornudar fuerte (una inusual tormenta fotónica con expulsión de masa coronal) podría hacer que las telecomunicaciones sufriesen un retraso de 20 años.

Pero todo eso no es ser apocalíptico, sino tener los pies en el suelo sobre los enormes riesgos que amenazan este "paraíso materialista de seguridad total y feliz Arcadia". De cualquier modo, repito que está predicho. Y desde luego, no tenemos nada que ver con adventistas, testigos de Jehová, ecologistas, visionarios extraterrestres, conspiranoicos, ni demás grupos, grupúsculos y otras hierbas similares.

Y para concluir este mensaje voy a dejar una reflexión inquietante: Muchos de esos jóvenes viven permanentemente como si cada "hoy" fuese el último de sus días, ¿por qué?