En una isla pequeña y de relieve muy accidentado como La Gomera, las distancias se medían en el pasado por el tiempo y esfuerzo invertido en recorrer los senderos, y no por el número de Km. existente entre dos lugares, que nunca es elevado. El desplazamiento de una orilla a otra de un valle o barranco, descendiendo por una ladera para cruzar por el fondo y ascender por la otra, podía suponer varias horas para el caminante, aunque el recorrido apenas sumase algunos centenares de metros. En este ámbito geográfico, el silbo gomero es un medio de comunicación especial, que permite enviar mensajes sencillos de un lugar a otro, a condición de que llegue el sonido.
Al desaparecer la sociedad rural que utilizaba este lenguaje e introducirse otros medios de comunicación como el teléfono, el silbo gomero apenas se utiliza fuera de las exhibiciones o demostraciones, por lo que, desgraciadamente,quedan cada vez menos personas que saben usarlo.