La isla de la Gomera, con su difícil geografía surcada de barrancos, conserva todavía el lenguaje silbado utilizado originariamente por los guanches (se usó también en Hierro, Tenerife y Gran Canaria), para comunicarse a través de los barrancos. Una vez extinguido el idioma guanche, se adaptó sin problemas al español y siguió utilizándose sin problema.
El lenguaje consta de media docena de sonidos, dos vocales y el resto consonantes, que se articulan como silbidos, permitiendo expresar más de cuatro mil palabras o conceptos. En las lenguas silbadas, los fonemas se expresan en silbidos modulados con ciertas variaciones de tono, longitud e intensidad. Este sistema permite comunicarse a grandes distancias, normalmente entre un kilómetro y dos, en algunos casos hasta cinco.
El silbo de la Gomera no es el único caso de un lenguaje que se expresa en silbidos. Estos lenguajes existen o han existido en los cinco continentes, si bien muchos se han extinguido, como el que se utilizaba en el pueblo de Aas, en los Pirineos Occidentales franceses. La última persona que lo usaba falleció hace pocos años. En Kuskoy (Turquía), conocido como «el pueblo de los pájaros» por esa razón, los habitantes también se comunican a través de los barrancos en una forma silbada del turco. Los lenguajes silbados del África continental se diferencian de los demás en que en muchos casos se emplean silbatos en vez de la boca como en los demás, y en que --como en México--, solo los varones silban y no las mujeres. Entre los indios mazatecos, que viven al norte de Oaxaca está muy vivo un lenguaje silbado, tradicionalmente en lengua mazateca, aunque no es raro hoy en día oír a los jóvenes silbarse en castellano. El mazateca es una lengua tonal que se silba según los tonos, mientras que en el silbo canario se silba según la altura de las vocales, es decir, según sean más agudas o graves. En Huautla de Jiménez, principal población de la sierra mazateca, el silbo está tan vivo que la gente se comunica de este modo de una acera a otra e incluso en las casas.
Ante el avance de la telefonía móvil y la paulatina desaparición del pastoreo y las labores agrícolas, situaciones en que más se utilizaba el silbo, la Junta de Canarias reguló su enseñanza en las escuelas gomeras y lo declaró patrimonio etnográfico de las islas en 1999. En abril de 2003 se celebró en La Gomera el primer congreso internacional de lenguas silbadas.
Un estudio de la Universidad de La Laguna publicado en 2005 reveló que las personas que se comunican en silbo procesan el lenguaje en el cerebro de la misma manera que si fuera una lengua hablada. Monitorizando la actividad cerebral por resonancia magnética, se comprobó que quienes no sabían expresarse en silbo lo procesaban como silbidos, mientras que los hablantes de silbo lo procesaban con las mismas partes del cerebro que procesan las frases en español.
Se cuenta que algunos pájaros han aprendido y repiten frases silbadas oídas a los humanos.
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