La entrevista, también (...es que no tiene desperdicio) en su página 18 lanza una clara advertencia, que casi suena a amenaza, para los amantes del rito tradicional de la misa. Y dice:
Ya veremos cuánto tiempo tardan en perder los pequeños espacios que a instituciones tales como el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote les cedieron para poder celebrar lo que ellos llaman 'la misa por el rito extraordinario'. En cuanto algún obispo 'sienta correr el rumor' de que pudiera existir 'peligro de ideologización' entre los fieles que comienzan a acudir de manera creciente 'a este tipo de celebraciones', les 'cierran el grifo de inmediato'."El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a partir de una situación histórica completa. Sí, hay líneas de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible. Luego están algunas cuestiones concretas, como la liturgia según el Vetus Ordo. Pienso que la decisión del papa Benedicto estuvo dictada por la prudencia, procurando ayudar a algunas personas que tienen esa sensibilidad particular. Lo que considero preocupante es el peligro de ideologización, de instrumentalización del Vetus Ordo.
¿Os imagináis qué hubiera ocurrido, qué ocurriría hoy mísmo, si la FSSPX no se hubiera mantenido firme tal y como hizo y se hubiera dejado encandilar por los cantos de sirena que se escucharon hace escasamente un año?. Gracias a Dios no lo hizo...
Un saludo en Cristo
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