Acabo de ver que un amigo ofreció un comentario a este respecto en su blog:

¿Veneran las tres religiones al mismo Dios?


A propósito de esta pregunta formulada en el Foro hispanismo a raíz de unas afirmaciones del Papa Francisco y de una carta de San Gregorio VII a An Nadir, las cuales se encontrarían en consonancia con lo dicho en Nostra Aetate en el sentido de que "La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra", fuimos a buscar los extractos de una discusión mantenida años atrás con una x persona que defendía el aserto y éste fue el centro de nuestra argumentación:


Cita de San Gregorio Magno:

"La santa Iglesia Universal predica que a Dios no se le puede honrar con verdad sino dentro de ella, afirmando que cuantos están fuera de ella de ninguna manera se salvarán".

La adoración es : Reverencia y honra a Dios.

Los musulmanes no están dentro de la Iglesia Católica.

Ergo 1: Los musulmanes no adoran con verdad a Dios.

Ergo 2: Decir que "La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra" es falso.

En efecto, los musulmanes no reconocen a la Santísima Trinidad, y como siempre es la forma la que da el ser a las cosas, como decían los escolásticos, decir que se adora a la Santísima Trinidad "materialmente" es lo mismo que decir que no se adora a la Santísima Trinidad.

Por otro lado, no es posible argumentar, como hacen algunos, que su situación es igual a la de quienes vivieron bajo el Antiguo Testamento, diciendo que ellos tampoco adoraban a la Trinidad, por cuanto: cito del Compendio Moral Salmaticense según la mente del Angélico DoctorImprenta de José de Rada, Pamplona 1805:
P. ¿Después de la caída de Adán, y antes del Evangelio fue necesaria para la salvación la fe acerca de Cristo a lo menos implícita? R. Que lo fue; porque supuesto ya el pecado, y atenta la presente providencia de Dios, ninguno podía salvarse sino Cristo Salvador, y Mediador. Y así fue a todos necesaria, a lo menos la fe implícita de Cristo, para salvarse. Lo mismo decimos del misterio de la Santísima Trinidad. Hemos dicho, que fue necesaria la fe, a lo menos implícita; porque algunos la tuvieron también explícita de ambos misterios, como advierte S.Tom. 2. 2. q. 2. art. 7 y 8.
P. ¿Supuesta la promulgación del Evangelio es a todos para salvarse necesaria con necesidad de medio la fe explícita de los misterios de la Trinidad y Encarnación? R. Que lo es, como consta del cap. 16 de S. Marcos en aquellas palabras: Qui crediderit, et baptizatus fuerit, salvus erit; qui vero non crediderit, condemnabitur. Consta también del Símbolo de S. Atanasio, donde se propone la fe de uno, y otro misterio, como necesaria para la salvación eterna. Así S. Tom. cit.
P. ¿Podrá alguno en algún caso salvarse per accidens sin la fe explícita de los dos misterios dichos? R. Que no; porque aunque la sentencia afirmativa no carezca de fundamento en S. Tom. art. 7. Ad. 3, más expresamente defiende la negativa in 3. Dist. 25. q. 2. art. 2. quaestiunc. 2, donde dice, que cumplido y predicado el misterio de Cristo: Omnes tenentur ad explicite credendum, et si aliquis instructorem non haberet, Deus ei revelaret, nisi ex sua culpa remaneret