No, de eso nada, no hay mayor injusticia que incumplir la voluntad de Dios, ¿no cree?
No suelo esconder yo los engaños y los respetos humanos detrás de la máscara de la prudencia.
Ya estamos, no es cuestión de lo que a usted le guste o le deje de gustar, sino de agradar a Dios y cumplir con los REQUISITOS que Él exige para obtener los frutos de la Consagración. Y de la Santa Misa ni hablemos, para empezar que en toda las propaganda de la Jerarquía está protestantizada y ni una vez sale la palabra misa. Eso sí, presidencia y eucaristía las que quiera.
Bien, usted se ha contestado.
Primero debiera saber usted en qué consiste la Realeza social de Cristo, cosa que por lo escrito observo que no conoce y responde más a un sentimentalismo ciego que a una voluntad firme dirigida por la razón.
Y usted con su reverendísima y que con su pan se lo coma.
*Supongo que ha querido decir tridentino.
Marcadores