Re: Respuesta: Una duda sobre la predestinación.

Iniciado por
CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN
Estimado Valmadian:
Lo que la Iglesia enseña infaliblemente es que Dios ha predestinado a los elegidos, pero condena sostener que haya predestinado a alguien al infierno.
En nada afecta la predestinación al libre albedrío. Es decir, la predestinación no afecta en absoluto la elección, por la sencilla razón de que toda elección se hace bajo especie de bien, nadie puede elegir un mal para sí mismo; aún el que elige un mal, lo hace pensando que eso es bueno para él. De éste modo nadie puede elegir directamente el infierno, con pleno conocimiento y advertencia de lo que es.
La predestinación es una conclusión directa de la ciencia de simple inteligencia de Dios, que conoce todo y más aún el bien que quiere directamente; sin embargo, Dios no puede querer ningún mal, por eso no puede querer que alguien se condene y, en ese sentido no lo predestina a la condenación eterna.
Evidentemente hay un misterio respecto de cómo podemos ser libres siendo que Dios conoce todo lo que haremos. Caer en el fatalismo es una tentación poderosa para explicar este punto, por eso la Iglesia nos previene condenándolo pero sin negar la verdad de la predestinación. El mismo Santo Tomás se detuvo ante el misterio.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
Afirmo lo que has expuesto, en realidad es lo que es y nada que objetar. Pero si se están haciendo otras afirmaciones --no por tu parte--, en otros lugares tenidos por tradicionalistas que, en realidad, son jansenistas. De momento prefiero callar sus referencias.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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