Sobre todo cuando en Occidente el fin principal del matrimonio ha dejado de ser la procreación.
Si el fin del matrimonio ya no es tener hijos y darles una protección jurídica, sino más bien reconocer un interés o un afecto mutuos entre los contrayentes, entonces tampoco tiene mucho sentido negarles a los maricas -estériles por naturaleza- que se casen. Es un disparate, pero es la conclusión lógica de desligar el matrimonio, y anteriormente la sexualidad, de la procreación.
Como tú dices, en diez años han conseguido lavar el cerebro a la gente. Yo he asistido a esos cambios de opinión; he visto que mis conocidos han dejado de utilizar "maricón" como insulto, y he visto a conservadores católicos pasar de defender la doctrina tradicional a aprobar las uniones de hecho homosexuales con tal de que no se llamen "matrimonio". He visto todos esos cambios, y aunque no acabo de entender cómo esas personas pueden ser tan volubles, me atrevo a decir que la tele y sobre todo internet han jugado un papel fundamental. Google, Facebook y el resto de empresas punteras, sin excepción, se han volcado en la defensa del matrimonio homosexual, aportando cantidades ingentes de dinero, utilizando técnicas de presión y haciendo una incesante propaganda a través de sus plataformas, pero sobre todo suministrando una realidad deformada a los ciudadanos occidentales. Mientras estas empresas medien nuestra realidad veo francamente imposible revertir estos procesos de ingeniería social.
Es muy interesante este debate que has abierto y estoy de acuerdo con lo que habéis planteado tú y Rodrigo.
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