Ifni

La presencia española en Ifni data de la época de los Reyes Católicos, cuando Diego García de Herrera fundó el establecimiento de Santa Cruz de la Mar Pequeña (1476). La importancia del establecimiento derivaba del tráfico de esclavos para las plantaciones de caña de azúcar de Canarias. Los españoles fueron desalojados en 1524 por los bereberes de la zona.
El territorio y su capital, Sidi Ifni, fué reconocido a España por Marruecos el 26 de abril de 1860, mediante el Tratado de Paz y de Amistad entre Españaa y Marruecos firmado en Tetuán tras una corta guerra, pero la presencia española fue inexistente hasta 1934, cuando el coronel Capaztomó posesión de la zona. No obstante, los limites de la colonia, fijados por un tratado de 1912 con Francia, son notablemente más reducidos que los establecidos en 1860.

Hasta 1952, Ifni tuvo el estatus de protectorado. En ese año se convirtió en parte del Africa Occidental Española (entidad que agrupaba las colonias del Sahara español y cabo Juby, su capital era la actual Tarfaya, en Marruecos).
En 1957 Ifni ocupaba una extensión de unos 1.700 kilómetros cuadrados, y se encontraba situado al sur del nuevo Marruecos.
Contaba con unos 40.000 habitantes, el 10 % eran de origen europeo y el 90% restante indígenas. Su capital, Sidi-Ifni, tenía una población de unos 8.000 habitantes de los que el 40 % eran españoles y el resto nativos. El 2 de marzo de 1956 Francia había concedido la independencia de su Protectorado y España lo hizo el 7 de abril, naciendo así el reino de Marruecos.
Actualmente Ifni pertenece a la provincia de Tiznit, tiene unos 54.000 habitantes, su capital : Sidi Ifni.
Geogróficamente Ifni es una franja de tierra de unos ochenta kilómetros de costa y veinticinco kilómetros hacia el interior situado entre las estribaciones del Anti-Atlas y el océano Atlántico. Se encuentra a unos 300 km. de la isla de Lanzarote. El clima es árido, con una pluviosidad escasa e irregular y temperaturas altas y regulares. La población está compuesta fundamentalmente por la tribu bereber de los baamarani, de religión musulmana.
Existen cultivos de cebada, argán (el pasto característico de los camellos) y trigo. Los españoles introdujeron el cultivo del ricino, de cuyas semillas se pueden extraer aceites lubricantes, y del henequén (planta amarilidácea), que proporciona fibras textiles. Ganadería extensiva de ganado lanar y bovino, caprino, además de camellos y explotaciones pesqueras en la costa.
Marruecos reclamó el territorio en diversas ocasiones. La primera en agosto de 1957, alegando que el tratado franco-español de 1912 había sido derogado. A finales de 1957 se produjeron graves incidentes fronterizos, siendo las guarniciones de Ifni atacadas por tropas irregulares lideradas por nacionalistas marroquíes, autodenominadas Ejército de Liberación Marroquí. El ELN se hizo con el control de la mayor parte de Ifni . Este conflicto, que también afectó al Sahara Español, se denomina generalmente la guerra olvidada. Y si bien esta guerra no fué nunca formalmente declarada ni finalizada, España y Marruecos firmaron el 1 de abril de 1958 los acuerdos de Angra de Cintra, por los que se cedía Cabo Juby (con capital en Villa Bens, actual Tarfaya) a Marruecos en junio de 1958, en cumplimiento de los acuerdos de independencia de Marruecos en 1956. Sin embargo, el territorio perdido en Ifni no fue recuperado, pasando a Marruecos. La administración de España sobre el territorio de Ifni era efectiva solo en las inmediaciones de la capital, Sidi Ifni.
La colonia se mantuvo durante apenas 35 años, desde que un grupo de soldados al mando del coronel Capaz la había ocupado el 6 de abril de 1934. La guerra que nunca se declaró y cuyo sello de paz oficial jamás fue estampado duró unos ocho meses.
La noche del 23 de noviembre de 1957 estuvo a punto de ocurrir un desastre. Estaba todo dispuesto para que guerrilleros marroquíes controlados secretamente por el actual rey Hassán, entonces príncipe heredero, asesinaran en sus casas a todos los habitantes de Sidi Ifni y que tomaran todos los fortines del interior del territorio, cuando la indiscreción de la cuñada de un policía nativo y la fidelidad de este a su capitán evitaron la tragedia: le advirtió del ataque previsto.

El asalto al polvorín y la toma de la ciudad fracasó estrepitosamente pero se saldó con un puñado de muertos, y todos los puestos del interior quedaron asediados. Son terribles las historias que han contado los supervivientes que durante unos diez días estuvieron cercados, hasta que las fuerzas paracaidistas recién creadas y los legionarios que calzaban alpargatas para combatir en un terreno de arena y piedras consiguieron liberarlos. Muchos de estos liberadores murieron en el empeño, como muchos de los asediados, y algunos nombres se conservan en el recuerdo y en el afecto de sus familias: el alférez de las Milicias Universitarias Rojas Navarrete, el teniente Ortiz de Zárate…
Las dolorosas anécdotas son innumerables. El primer muerto ilustre, el comandante Alvarez Chas, cayó al mar en un viejo Heinkel 111, con toda su tripulación, por un error en el momento del aterrizaje.
El glorioso ejército carecía de casi todo: los aviones eran antiguallas de los años treinta; los Junkers que Alemania había enviado a comienzo de la guerra civil, a falta de bombas lanzaban bidones de gasolina provistos de un sistema de explosión artesanal ideado por un teniente; a los soldados se les entregaban hasta cinco viejos fusiles Máuser, pensando que alguno pudiera funcionar.
La administración Eisenhower había prohibido la utilización por parte de las fuerzas españolas de cualquier tipo de material moderno cedido por Estados Unidos, bajo el pretexto de tratarse de una guerra colonial. Marruecos también era un aliado de los norteamericanos.
Durante los siguientes años, la presión internacional (en varias resoluciones de las Naciones Unidas 14 de diciembre de 1960, 16 de diciembre de 1965 hizo que España comenzara las conversaciones con Marruecos que desembocaron, a comienzos de 1969, en el acuerdo de devolución del territorio a Marruecos. La bandera española se arrió en Sidi Ifni el 30 de junio de 1969.
El soldadito Emilio unjubilado se encontraba con la emisora “Cabeza de Fonía de la evacuación” en el gobierno militar de Las Palmas de Gran Canarias; por lo que me considero de los últimos de Sidi Ifni.

La guerra olvidada.
El general Mariano Gómez de Zamalloa, recibió en su despacho de gobernador general de Sidi Ifni, un telegrama de Madrid con el siguiente texto: “Representante bandas armadas asegura a partir 12,00 horas día 30 harín alto el fuego ese sector. Observe cuidadosamente actitud enemigo, extremando precaución. Fuego propio totalmente prohibido. Aviación no debe volar”. Ese día era el 30 de junio de 1958. El texto del telegrama decía de manera velada que la guerra había terminado.

Pero ¿qué guerra? ¿Existió alguna vez una guerra en Ifni?
Es verdad que murieron al menos 300 españoles y que más de 500 fueron seriamente heridos en las batallas, que muchos miles de soldados de reemplazo lo pasaron muy mal en las trincheras y puestos de vigilancia montañosos de aquel enclave africano, y hasta época tan reciente como 1969 en los que seguían existiendo esos puestos a todo lo largo de la frontera y en el que los soldados se dedicaban a conversar e intercambiar alguna cosa con los marroquíes, pero ¿aquello fué una guerra?
En el lenguaje oficial de entonces se calificó el asunto como incidente, la censura de noticias fue tan dura, perfecta y rigurosa que cuatro décadas más tarde hasta el mismo nombre del escenario se ha borrado casi por completo de la memoria de la mayoría de españoles. No obstante, aquellos acontecimientos deben considerarse como la última guerra internacional que ha mantenido España.
En los sesenta, Sidi Ifni floreció como nunca y los militares cobraban tres veces su salario (A los soldaditos nos pagaban diariamente 5,50 pts, creo que en la Península les daban una peseta con cincuenta céntimos)
Muchos todavía añoran la que fué hermosa ciudad colonial, el hotel España se llama Belle Vue, el cine Avenida está cerrado, en la fachada del ayuntamiento se lee Hotel de Ville, la iglesia de Santa Cruz, descabalgadas las campanas y tapiada la gran cruz, es sede de los juzgados; el palacio del gobernador sigue siéndolo, pero de Hassán (que nunca ha querido ir a ocuparlo); el aeródromo al que volaba Iberia es un campo de matorral para cabras…
Ifni constituyó desde 1958 (terminada la guerra ignorada) hasta enero de 1969 (retrocesión a Marruecos) una provincia española, regida por un gobernador general, que enviaba procuradores a las cortes franquistas.