Tema: Agresión musulmana a la catedral de Córdoba

INCIDENTE NA CATEDRAL DE CÓRDOVA


A notícia sobre a triste ocorrência, de que foi palco a Catedral de Córdova (mais um episódio a somar-se a tantos outros sinais inquietantes), pode ler-se aqui.
Aproveito o caso, tal como chegou ao meu conhecimento, para alinhar algumas observações:

Não conheço a lei penal espanhola, nem a substantiva nem a adjectiva. Por isso, não me pronuncio sobre as medidas que o juiz de instrução entendeu tomar.

Duvido mesmo que o fizesse, ainda que fosse um sábio naquele campo do direito espanhol. Entendo que não são pertinentes reparos (positivos ou negativos) sobre decisões levadas a cabo por titulares de órgãos de soberania de uma nação estrangeira, quando incidem em assuntos da sua competência interna.

Já chega o que temos dentro de portas. E se isto não formos capazes de resolver, inútil será o esforço de esgrimir lá por fora.

Porém, aquilo que já se sabe a respeito do caso aqui referido e dentro dos limites que se lê na fonte indicada, sempre me permite a seguinte reflexão:

Em Portugal, in abstracto e a fazer fé no relato que foi acolhido aqui, o golpe desferido contra o elemento da Segurança à Catedral, deveria ser qualificado como tentativa de homicídio. Com efeito, o alegado agressor, servindo-se de arma branca, cuja lâmina apresentava dimensões bastante consideráveis, apontou ao peito, onde se albergam órgãos essenciais à vida, não tendo alcançado o que parecia ser seu propósito, porque o visado lhe frustrou o intento, vindo daí a ficar ferido.

Todos estes elementos deixam presumir animus necandi . Agiu com mero dolo eventual? Custa a crer que alguém disposto a ferir com tal instrumento corto-perfurante e nas condições em que sucedeu o incidente, viesse convencer o tribunal de que apenas representou o resultado letal como possível.

Mas a hipótese não é de afastar. Por isso, teríamos o quadro da relevâcia do dolo eventual na tentativa. E aqui convém lembrar a peregrina tese que sustenta que esta forma de dolo não existe no crime tentado. A favor desta posição, vi invocado o argumento de autoridade de Faria Costa, de cuja argumentação destaco o trecho que me parece ser aquele que prova precisamente o contrário do ali pretendido: «(...) já que o agente, apesar da representação intelectual do resultado como possível, ainda se não decidiu.» ( Formas do Crime , Jornadas de Direito Criminal , p. 160, cit. por Maia Gonçalves, Código Penal , 9.ª ed., Almedina, Coimbra, 1996, p.249).

O caso em apreço é, salvo melhor juízo, a demonstração cabal da inanidade daquela posição:

Na verdade, como já foi dito, temos de admitir que o alegado prevaricador, quando atirou o bote, não o fez para matar e apenas representou como possível a morte do elemento da Segurança, tendo-se conformado com esse resultado. Mas, se realizou aquele movimento, é porque se decidiu nesse sentido. Se o presumido defendente não tivesse conseguido evitar ser atingido com maior gravidade, a estas horas haveria uma morte ou ofensas corporais mais sérias do que as provocadas. E é então a reacção do que procura proteger a sua integridade física que vai modificar o juízo sobre a motivação do acusado pelo delito?

O cenário de Córdova é eloquente: Ou o acusado se moveu com dolo eventual ou não. Se não houve dolo eventual, o problema morre aqui; e se houve, é a resistência do outro que vai matar esse dolo porque o crime não foi além de mera tentativa? Quod absurdum !

Considero isto verdadeiro onanismo intectual, para o qual felizmente alguns dos nossos tribunais não se deixam arrastar.

Concluindo: o quadro, que tracei, obedece ao que seria, a meu ver, o procedimento justo. Porém, não haja ilusões. Em Portugal, situação idêntica seria tratada pela maioria dos tribunais com muita benignidade. Não arriscarei muito se disser, que o rigor da lei só se faria sentir se fosse ao invés.

Por exemplo: um grupo de católicos introduzia-se numa mesquita e punha-se a rezar o terço; eram advertidos de que não podiam ali estar naqueles termos; finalmente, um desses católicos envolvia-se numa desordem das mesmas dimensões e com resultados similares ao que se verificou em Córdova.

Certo e sabido que seria arguido até de delito racial!

Joaquim Maria Cymbron

Publicada por Joaquim M.ª Cymbron em 01:59

La realidad se empeña en demostrar que, a diferencia de nuestra indolente y decadente sociedad, existe alguién con unos valores y una tradición dispuesto a aprovecharse de ella, imponer su credo y acabar con los débiles. Los musulmanes.

Junto a las ideologías relativistas y "progresistas", el Vaticano II, acabó de hundir la fuerza de nuestra civilización. Debemos recuperar nuestra fe, volver a la tradición, perder el miedo, ser fuertes y llamar a las cosas como son, así conseguiremos pararlos. Todavía estamos a tiempo, antes nos admiraban y temían, ahora se burlan de nosotros.

He conocido a ciertos "islamistas", sentían respeto por mí y mis fuertes convicciones religiosas, sin embargo, detestaban a los tibios, los consideraban inferiores, despreciaban a nuestras mujeres que vestían como "furcias" y se vendían olvidando su tradición y su sangre, a los hijos que tiraban a sus padres en geriátricos... no dudaban en manifestar que era mejor una sociedad islámica con valores que otra débil sin éstos, hecho que quizá sea cierto.

Por todo lo anterior, debemos recuperar la tradición y mostrarles que están equivocados, tenemos las armas necesarias: nuestra fe, es la única y verdadera, y la tradición, ya les vencimos gracias a ellas así que nos tocará volver a blandirlas o pereceremos bajo el yugo de la medía luna.

Será díficil, pero debemos reaccionar.

Las mochilas de los turistas que acceden a la Mezquita no pasan ningún control






Control de acceso a la Catedral por la Puerta de las Palmas, ayer. RAFAEL CARMONA











RAFAEL A. AGUILAR. CÓRDOBA



Actualizado Martes , 06-04-10 a las 07 : 58


Basta con comprar el tique en la casilla del Patio de los Naranjos o, si el visitante es nacido en Córdoba, mostrar el DNI, pues la entrada es gratuita. Ésos son los únicos controles de seguridad para el acceso a la Mezquita-Catedral. Este periódico comprobó ayer que los turistas pueden penetrar en el templo matriz de la Diócesis portando mochilas sin que ningún vigilante compruebe que si en ellas hay objetos que puedan ser usados como armas. Hay que recordar que uno de los dos austriacos detenidos el pasado Miércoles Santo por enfrentarse a los guardias de seguridad del edificio religioso y a la Policía Nacional portaba una navaja y que, presuntamente, la hizo valer en el forcejeo que mantuvo con los agentes tras tratar de rezar por el rito musulmán, algo que está prohibido en la Catedral. Estos dos austriacos, pertenecientes a la Asociación de Jóvenes Musulmanes de Austria, se encuentran en libertad con cargos.


Puerta de las Palmas
«No contamos con arcos de seguridad ni con escáneres en los accesos al templo», reconoció ayer en declaraciones a ABC Manuel Pérez Moya, presidente del Cabildo Catedralicio, el órgano de la Iglesia encargado de la gestión y la conservación del templo diocesano. Los visitantes penetran en el interior del monumento por la Puerta de las Palmas, ya que el acceso situada junto a la de Deanes se encuentra inutilizado debido a obras de mejora.
Allí, un vigilante les pide el boleto que se expide en la caseta del antiguo patio de las abluciones y, tras mostrárselo, el visitante tiene vía libre para pasearse por el recinto.
Aunque Pérez Moya no precisó cuántos guardias jurados custodian la Catedral, sí indicó que la tutela del edificio está encomendada a dos empresas, Prosegur y Servimax. El personal de ambas compañías se encuentra uniformado: los primeros con pantalón y cazadora marrones, y los segundos con un traje de chaqueta azul.
El personal de Prosegur suele estar más pendiente de las puertas de entrada el monumento, mientras que los de Servimax prestan atención a los elementos artísticos y sagrados más señeros del templo, como son el mihrab y el altar mayor. Es frecuente que tanto unos y como otros llamen la atención de los visitantes si su comportamiento no se atiene al decoro o si su actitud pone en riesgo la riqueza patrimonial del inmueble milenario.
En el tiquet de acceso, los turistas encuentran una serie de normas que han de observar. La primera de ellas es «tener en cuenta que visitan un templo católico, antigua basílica cristiana y mezquita de Córdoba». A ésta recomendación le siguen varias más, que son «guardar silencio y el debido decoro; no fotografiar ni filmar con trípode; no fumar, beber ni comer; y observar las indicaciones del personal vigilante». En el boleto viene reflejada una indicación más que no es baladí: «No portar mochilas o bolsas grandes». El acceso con mochilas de viaje de tamaño medio no se impide.
La reunión de este viernes
Si el Cabildo determinará en su reunión de este viernes tomar medidas de seguridad más férreas para la entrada al templo no está claro aún. «No hay nada decidido por el momento: en el encuentro de finales de esta semana se abordará lo que ha sucedido», subrayó Manuel Pérez Moya. Desde que acontencieron los sucesos del pasado Miércoles Santo, el Cabildo no ha redoblado la seguridad en la Catedral. El Obispado ha minimizado el incidente y ha afirmado que no es representativo de la comunidad musulmana. De otro lado, varias cámaras de vídeo graban en el interior de la Catedral, pero el propio Pérez Moya reconoció que hay muchas estancias que no están cubiertas por estos dispositivos. En la garita de venta de entradas hay un cartel que advierte a quienes van a penetrar en la Mezquita que la grabación de las imágenes se realiza de acuerdos a criterios de seguridad y que está amparada por la ley.

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Fuente EL MANIFIESTO


Moros procedentes de... Austria intentan reconquistar la catedral-mezquita de Córdoba

¡Ya están aquí!

RODOLFO VARGAS RUBIO

Como se sabe, el pasado miércoles santo un grupo de “turistas” musulmanes procedentes de Austria intentaron rezar según sus creencias en el interior de la mezquita-catedral de Córdoba, provocando un altercado con las fuerzas de seguridad al desobedecer las indicaciones de éstas y ser, en consecuencia, expulsados del templo católico. Eran 118, aunque sólo un puñado de ellos se mostró violento. Parece ser que la acción estaba planificada de antemano, ya que fueron penetrando en la catedral por diversas entradas en una acción coordinada mediante walkie-talkies.

Los implicados en el incidente alegaron, sin embargo, que todo fue una reacción espontánea al hallarse en un recinto “en el que se respira espiritualidad”. Pero es muy significativo que esto no haya ocurrido en la catedral de la Almudena, ni en la Sagrada Familia de Barcelona, sino en la catedral cordobesa, que efectivamente fue mezquita, de lo cual es innegable testimonio su estilo arquitectónico predominante. No es, pues, casual este hecho que comentamos y que pone de manifiesto una vez más la pretensión musulmana de que España (o Al-Andalus) pertenece de derecho al Islam.

Puntualicemos de entrada que, si bien es verdad que la actual catedral de Córdoba fue mezquita, no es menos verdad que ésta había sido previamente una basílica cristiana visigoda dedicada al diácono español san Vicente y destruida en 786. Es decir que cuando, tras la conquista de la capital del antiguo califato por Fernando III el Santo en 1236, este rey convirtió la mezquita en catedral, no hizo con ello sino devolver el lugar al culto original para el que fue destinado. Si hubo una usurpación, ésa fue la que realizaron los invasores árabes.

En la actualidad organizaciones musulmanas reclaman que se ceda un espacio de la catedral para el rezo coránico y se comparta así el templo que tantas reminiscencias tiene de su pasado islámico. El obispado ya ha respondido que tal uso compartido de la mezquita-catedral no contribuiría a la pacífica convivencia de cristianos y musulmanes, sino que sembraría confusión y favorecería el indiferentismo religioso. Y no le falta razón. Tal uso compartido ya se dio en el siglo VIII, cuando el moro Muza repartió en 714 el recinto basilical de san Vicente entre musulmanes y cristianos para que pudieran practicar su culto en la parte que les tocó. Se garantizó a los cristianos que serían tolerados mientras pagaran el tributo, pero fueron los seguidores de Mahoma los que en varias ocasiones no respetaron lo establecido y violaron el espacio sagrado de los cristianos, hasta que finalmente se les quitó, siendo demolida la basílica para construir la mezquita, íntegramente consagrada al culto islámico.

También conviene observar que, como en otros capítulos de las relaciones interreligiosas y de la tan cacareada “alianza de civilizaciones” no se da la recíproca de las pretensiones de los musulmanes. Cualquiera les dice, por poner un ejemplo, que se erija un altar para decir misa en la Mezquita Azul de Estambul o en la que Hassan II hizo construir en Rabat. Que un grupo de cristianos se ponga a rezar el rosario en público en cualquier mezquita del mundo islámico y se verá cómo no se van tan de rositas como los “turistas” austro-coránicos. Pruébese a hacer manifestaciones o sentadas ante la Santa Sofía de Estambul para pedir que el gobierno turco restituya esa antigua basílica bizantina a los cristianos, a los que les fue arrebatada a sangre y fuego en 1453, al caer Constantinopla. La policía no tardaría en disolverlas con mucha más contundencia que en Córdoba. Esto pone el dedo en la llaga de la espinosa cuestión de la universalidad de ciertos principios. En el mundo occidental se reconoce plenamente la libertad religiosa, la cual ha adquirido la categoría de un principio inviolable. Pero resulta que los países musulmanes son confesionales, la mayoría de ellos con la prohibición del ejercicio público de cualquier otro culto.¿Por qué la confesionalidad está mal vista en Occidente y, sin embargo se tolera sin chistar que en el mundo islámico sea la norma?

Otro punto preocupante es que los protagonistas del incidente de la catedral de Córdoba no han sido magrebíes o árabes recién llegados de sus tierras de origen. Por el contrario, se trata de jóvenes de la segunda y tercera generación de inmigrantes, que se supone que deberían haberse integrado a las sociedades de los países en europeos en los que han nacido y cuya nacionalidad ostentan. En el caso que nos ocupa se trataba de austríacos, pero éstos, lejos de asimilar los fundamentos de la convivencia sobre los que se asientan las sociedades occidentales, mantienen la mentalidad autóctona de sus mayores. Nadie les dice, por supuesto, que por el hecho de ser austriacos (o franceses o alemanes) tengan que abandonar la religión y las tradiciones en las que han sido criados, pero sí se tiene derecho a esperar de ellos que conformen sus actitudes al modo de ser y vivir nuestro, a nuestras reglas de sociabilidad. No puede permitirse que se perpetúen guetos étnico-religiosos que constituyen focos de desestabilización y de conflicto en nuestra gran comunidad occidental. Sin embargo, es lo que fatalmente ocurre cuando los hijos y nietos de los inmigrantes musulmanes parece que sólo han asimilado algunos aspectos materiales de la cultura occidental (forma de vestir, adelantos técnicos, etc.), pero guardan intacta la repulsión por sus aspectos más substanciales. Ciudades europeas importantes como París, Viena, Amsterdam y Berlín ya cuentan con cinturones de extrarradio en los que este fenómeno se muestra peligrosamente evidente.

No deja de ser irónico que los invasores de la catedral de Córdoba hayan venido de Austria: un país históricamente definido, en contraste con el Islam, como baluarte del cristianismo. Sus señores naturales acabaron siendo los soberanos del Sacro Imperio heredero de la antigua Roma, custodios de la civilización occidental, defensores de la Cristiandad contra la Media Luna. La liberación de Viena en 1683, gracias a la intervención combinada del rey polaco Juan III Sobiesky y del príncipe Eugenio de Saboya, marcó un hito determinante no sólo para Austria, sino para toda Europa, ya que salvó a ésta de ser avasallada por los turcos otomanos y posibilitó la ventajosa paz de Carlowitz (1699), por la que éstos hubieron de renunciar a sus afanes expansionistas y reconocer su derrota definitiva, devolviendo Hungría, Transilvania, Croacia y Eslovenia a Europa. No se olvide tampoco que los Habsburgo eran los campeones del catolicismo e hicieron de Austria una nación cuya identidad se basaba en la fe de Roma.

El problema es que cada vez hay más musulmanes nacidos en Europa y menos europeos. Aquéllos no abortan ni controlan la natalidad. Hoy entran en la mezquita de Córdoba porque la consideran suya; mañana pedirán que se retiren las cruces porque su visión les ofende; pasado mañana exigirán la retirada de los monumentos de los héroes de Mohács, Belgrado, Lepanto: Juan Hunyadi, Skanderbeg, Matías Corvino, Don Juan de Austria, enemigos irreconciliables del Islam; y acabarán acampando en el Vaticano para decirle al Papa que les construya un minarete en la Plaza de San Pedro en lugar del obelisco de Diocleciano. Desgraciadamente, ya cualquier cosa es posible. Por cierto y para terminar: la terminología híbrida “mezquita-catedral” de Córdoba se presta a equívocos, aunque es claro que aquí “mezquita” designa la forma y estilo arquitectónicos del edificio, mientras “catedral” expresa su carácter religioso como sede del obispo cordubense.

Una verguenza la reacción de los medios "progres" ante tal profanación del recinto sagrado de la catedral de mi ciudad: esta panda de cobardes no sólo no han condenado tal acto sino que lo han presentado como un incidente provocado por el obispado "por su intolerancia" al no admitir un uso compartido de nuestra catedral...
Con estos gobiernos y esta panda de rufianes que nos "dirigen" presiento tiempos muy negros para la Fe y la tracición, esencia misma de España.

La Junta islámica de España acusa al obispo de Córdoba de “no compartir su apuesta por el diálogo interreligioso”

Por Marian el Viernes, 18 Junio, 2010
La junta islámica de España sigue emperrada en echar a los cristianos de la catedral de Córdoba, ex-mezquita, y recuperarla como lugar de culto islámico. Bueno, no lo dicen así, claro. El representante de dicha junta, Mansur Escuredo, ha ido a llorar a Europa Press con un típico discurso victimista, cargado de tópicos de diálogo y manos tendidas.

La Junta Islámica de España, que preside el cordobés Mansur Escudero, dijo hoy lamentar que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, no comparta la apuesta por el diálogo interreligioso que le ha propuesto dicha organización musulmana a través de una carta, que le remitió el pasado 1 de mayo y a la que todavía no ha tenido respuesta. En declaraciones a Europa Press y después de que Fernández dijera que la propuesta de que los musulmanes también puedan orar en la Catedral de Córdoba y antigua mezquita equivale a decir “católicos váyanse de aquí“, Escudero criticó que, “nuevamente, las iniciativas de diálogo y cooperación de los musulmanes andaluces son ignoradas por el obispado de Córdoba”.

En este sentido, Escudero afirmó que, “como ya sucediera con anteriores obispos, el recién nombrado prelado de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, ha hecho caso omiso a la misiva privada que le remitió Junta Islámica hace 45 días”, ofreciéndole mantener una reunión para “profundizar en el mutuo conocimiento, enriquecernos sobre la tradición común y mejorar nuestras relaciones”.

Aclaro que, aunque aquí menciona el Concilio Vaticano II, en ningún documento del Concilio se dice que haya que ceder las catedrales para que se reconviertan en mezquitas, ni que el diálogo sea quitar iglesias como lugares de culto.

Sin embargo, según Escudero, “una vez más, los intentos unilaterales de diálogo y entendimiento de los musulmanes hacia los cristianos no puedan prosperar por culpa de quienes, interpretando de manera restrictiva los documentos emanados del último concilio de la Iglesia, impiden que muchos católicos de verdadero espíritu universal puedan disfrutar junto a sus hermanos musulmanes de los beneficios del diálogo, la oración conjunta por la paz y la cooperación con los más necesitados de nuestra sociedad”.

¿Diálogo?¿Oración conjunta por la paz? ¿Cooperación? ¿En el islam? . Pero la cosa sigue.

A pesar de ello, la Junta Islámica mantendrá sus propuestas de acercamiento a otras comunidades cristianas, “con la esperanza de que algún día se materialicen esas actividades conjuntas de las que han dado sobrados ejemploslos pontífices de la Iglesia de Roma, especialmente los que la han dirigido en las últimas décadas, así como muchos cristianos de base”.

Y vuelta al Concilio :

“musulmanes y cristianos, como sin duda conoce, tenemos mucho en común; así lo manifestó con acierto la Iglesia en la constitución ‘Nostra Aetate’ durante el Concilio Vaticano II, a la vez que hacía un llamamiento a realizar actividades conjuntas en beneficio del diálogo y la paz”.

Desde la coincidencia plena con dicha declaración de la Iglesia Católica, Escudero ofreció en su carta al obispo, como representante “del grupo más numeroso de cristianos de la provincia de Córdoba”, mantener una reunión, “cordial y amistosa”, para presentarse y darle a conocer las actividades de la Junta Islámica y expresarle su “disposición para trabajar conjuntamente en los objetivos que nos son comunes y, si el clima de entendimiento lo permite, elaborar una agenda de colaboración que incluya la posibilidad de aunar esfuerzos (materiales y espirituales) en beneficio de nuestra sociedad y de la tan deseada paz en el mundo”.

Pues nadie asocia al islam es con la palabra “paz”, de ahí la campaña de los autobuses de Londres..

En la misiva al obispo, Escudero destacó también “el enorme potencial que puede tener una relación fructífera entre cristianos y musulmanes para la consecución de objetivos tan necesarios como el diálogo interreligioso, el cese de cualquier tipo de hostilidad entre miembros de una y otra comunidad, la solidaridad con los más necesitados y, en definitiva, la mejora moral de nuestra sociedad a través del libre sometimiento a la voluntad del Único Dios Creador”.

La respuesta del obispo de Córdoba

El Obispado de Córdoba ha respondido este jueves a la Junta Islámica de España que la Iglesia Católica tiene plena disposición para trabajar con los musulmanes en la consecución de la paz, siendo otra cuestión diferente que el titular de la Diócesis cordobesa, Demetrio Fernández, a causa de su apretada agenda, aún no haya podido reunirse con dicha organización islámica.

Fuentes del Obispado cordobés dijeron a Europa Press que esa es la razón por la que Fernández no ha podido recibir aún al presidente de la Junta Islámica, el cordobés Mansur Escudero, tal y como éste le solicitó por carta el pasado 1 de mayo, con el objetivo de promover el diálogo interreligioso, considerando Escudero que el obispo “ha hecho caso omiso a la misiva”. Ante esta crítica, desde la Diócesis cordobesa se recordó que “recientemente” el obispo destacó que la Iglesia Católica tiene “una buena relación con los musulmanes” y quiere colaborar con quienes profesan la religión islámica en la búsqueda constante de “la paz, la justicia y la convivencia entre los pueblos”. Por otro lado, desde el Obispado se aludió al poco tiempo que lleva Fernández al frente de la Diócesis cordobesa, a la que se incorporó el pasado marzo, y al hecho de que “aún le está tomando el pulso, con una agenda muy apretada, sin olvidar que compatibiliza su labor en Córdoba con la atención a la Diócesis de Tarazona”, de la que sigue siendo titular. A pesar de ello, el obispo, según subrayaron las mismas fuentes, “está recibiendo, de manera progresiva, a todas aquellas personas e instituciones que le han solicitado un encuentro, en la medida que se lo permite su actividad pastoral”. (RD/Ep)

Lo triste del caso es que ante un atropello como este no va a haber fieles que escriban cartas masivas de protesta a la junta islámica, cartas donde se citen frases del corán y/o se recuerde la actuación del islam frente a los cristianos. Y no vale decir “es que estamos hablando de España” porque de lo que estamos hablando es del islam. Y el islam no coopera ni dialoga en ningún sitio del mundo donde es mayoría.
Lo realmente triste es que hasta el mismo obispo tiene que defenderse, cuando está en su perfecto derecho a negar la catedral de Córdoba al culto islámico, los musulmanes no tienen ningún derecho, ni histórico ni adquirido, a exigir esto.
Lo realmente triste es que, como nadie va a protestar, seguirán hasta que consigan lo que quieren y puedan por fin convertir la catedral en mezquita. Y entonces veremos en qué consiste el “diálogo”y la “cooperación”.
¡Ahhhh! A lo mejor por eso la Junta de Andalucía quiere que las nuevas generaciones de andaluces aprendan árabe en lugar de inglés o francés. Será para que se vayan preparando…..
Fuente: religión digital

La invasión es silenciosa, el problema no está solo en Córdoba, la permivisividad y tolerancia ál islam se va a convertir en un gran problema en los próximos 50 años, cada vez son mas y mejor organizados..

El salafismo se hace con el control de cinco mezquitas en Tarragona · ELPAÍS.com