¡ Hombre que alegría ! Yo conocí a "Hércules" Cortés por casualidad precisamente a finales de los 60, me parece recordar que en una sidrería de Madrid porque me llamó la atención la cruz de San Andrés que llevaba en la solapa. Yo le había visto luchar una vez en la Plaza de Toros de Zamora y en el Campo del Gas de Madrid y a lo largo de la conversación surgió lo del apelllido Lamamié de Clairac, resultando que mi abuela materna había estudiado en Salamanca con su propia abuela (o bisabuela, no recuerdo). Conservo las fotografías de ambas. Las vueltas que da la vida.
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